En la Edad Media leer y escribir eran dos actividades que muy pocos hombres controlaban, solo en los monasterios y los conventos unos pocos afortunados podían conocer los misterios de la Antigüedad. Estos conocimientos eran copiados y conservados, pero también convenientemente ocultados del pueblo: nada podía desviar la voluntad de Dios
EL NOMBRE LA DE ROSA (1986) J.J. ANAUDD