ANÁLISIS Y EXPLICACIÓN DE DOCUMENTOS ESTADÍSTICOS Y GRÁFICAS HISTÓRICAS
Historiadores, sociólogos y economistas han venido utilizando cada vez con mayor profusión el documento estadístico. La introducción de la cuantificación en la historia, llevada a cabo primeramente en la historia económica, data de los años treinta de nuestro siglo, cuando un grupo de historiadores pertenecientes a la revista francesa Annales (Marc Bloch, Lucien Febvre, Ernest Labrousse y François Simiand) la utilizaron en sus estudios de los aspectos sociales y económicos. De este modo, un nuevo instrumento de investigación y análisis de los hechos del pasado, la estadística, entró a formar parte de los métodos de la historia.
Este nuevo enfoque de la llamada “historia serial”, ha permitido completar las técnicas de análisis histórico, extrayendo el sentido a las series numéricas y relacionándolas con los demás testimonios. El documento estadístico tiene, pues, una serie de características especiales que lo diferencian de otros documentos. Contabiliza y mide magnitudes y unidades de diversos tipos. Suele ser un documento resultado de un proceso de elaboración de datos, realizado por economistas demógrafos, sociólogos e historiadores, pues rara vez éste se nos presenta tal y como se obtuvo de la fuente original. Por ello, se ha de contar con el concurso de unas técnicas de recogida, tratamiento, elaboración e interpretación de los datos.
Sin embargo, no han faltado críticas serias a la historia cuantitativa. No todos los aspectos del comportamiento humano son susceptibles de ser medidos con números concretos. El historiador, a diferencia de otros científicos sociales, se halla limitado en sus mediciones, y corre muchas veces el peligro de la simplificación y el encasillamiento. Otras limitaciones en el uso de los datos estadísticos proceden del momento en el que se recogieron los datos. Hasta mediados del siglo XIX, los países más avanzados de Europa y América no introdujeron los métodos estadísticos. Esta tardanza acrecienta los obstáculos a medida que nos alejamos en el tiempo y en el espacio, o sea, de las áreas desarrolladas a las subdesarrolladas.
Por otro lado, frente a los abusos de la cuantificación por la New Economic History americana, surgió a finales del siglo XX una reacción en la que se priman los estudios de historia narrativa, de historia de las mentalidades o de microhistoria, en los que el ser humano concreto y tangible es el protagonista frente a la fría relación de números de la historia cuantitativa.
Pero, ¿qué documentos históricos pueden ser objeto de cuantificación? Estos documentos son muy variados y entre ellos podemos citar como muestra: los registros de nacimientos, matrimonios y defunciones, censos de población, documentos fiscales, libros de contabilidad, registros de operaciones comerciales (mercados, ferias, bolsas), actas de procesos y condenas judiciales, de partidos políticos o sindicatos, actas de resultados electorales, etc. Esta relación es más que suficiente para resaltar la importancia de tales documentos.
1. LOS DIFERENTES TIPOS DE DOCUMENTOS GRÁFICOS
La función principal de la estadística es la de facilitar la comprensión del material cuantificable y ayudar al historiador a analizar y entender sus resultados. La mejor manera de apreciarlo es representar los datos de un gráfico, aunque también el cuadro o la tabla pueden ser de gran utilidad.
Las representaciones gráficas dependen de la presentación de los datos. Éstos se dividen, generalmente, en tres tipos: nominales, ordinales e intervalos y su plasmación gráfica es amplísima veremos detenidamente los gráficos de barras, que tienen infinidad de variantes (barras horizontales, verticales, apiladas…), histogramas, gráficos lineales aritméticos y semilogarítmicos, que también tienen una gran cantidad de variaciones y combinaciones y los diagramas de sectores. Además existen más tipos de gráficos como los de dispersión, burbujas, radiales, velas… De los que tenéis un ejemplo aquí abajo, pero que no analizaremos en detalles.
EL GRÁFICO DE BARRAS
Cuando los datos son del tipo nominal, el número de operaciones estadísticas que se puede efectuar es muy limitado. El método más utilizado es el diagrama de barras o gráficas de bastones.
En el diagrama de barras, los rectángulos de la gráfica se sitúan separados unos de otros. De este modo mostramos que se representan datos nominales y que no hay relación ordinal o de intervalo entre los datos de la gráfica. Por ello podemos fácilmente cambiar el orden de los rectángulos sin causar confusión alguna. Pero si fuesen ordinales, o de intervalo, deberíamos ordenar los rectángulos según las categorías o variables allí representadas por una sencilla razón, porque el orden de las categorías o variables son un elemento adicional de información sobre los datos.
En la gráfica 1, el primer rectángulo corresponde a los países o continentes que recibieron las exportaciones británicas de algodón en 1820, representa datos nominales; por lo tanto podríamos variar el orden sin alterar para nada su interpretación.
Sin embargo, el segundo rectángulo, que representa las variaciones de las exportaciones británicas en 1840 con destino a los mismos países o continentes, al ser una información adicional, ya no nos permite obviar el orden (datos ordinales). Así pues, el mismo gráfico, descomponiendo los datos representados, nos sirve como ejemplo de representación de dos tipos de datos: nominales y ordinales.
EL HISTOGRAMA
Cuando el material de que se dispone permite representar intervalos, podría utilizarse el diagrama de barras, pero es más corriente hacerlo en un histograma (gráfica 2). En el histograma, los datos expresados en forma de intervalos, no pueden separase como en el gráfico 1, sino que deben situarse uno tras otro. Ello se debe a que lo que representa el gráfico 2 -el tamaño de la tripulación- son los intervalos de tripulantes y el número de barcos tripulados. De ahí que los rectángulos representen las dos variables: el eje vertical (número de barcos) y el eje horizontal (tamaño de la tripulación).
Los intervalos también pueden representarse en forma gráfica, uniendo los puntos medios del rectángulo en su parte superior, construyéndose así lo que denominamos un polígono de frecuencias. De esta manera ofrece una visión de grupo permitiendo observar una preferencia, o tendencia, por parte de la muestra o población por ubicarse hacia una determinada región de valores dentro del espectro de valores posibles que pueda adquirir la característica. Así pues, podemos evidenciar comportamientos, observar el grado de homogeneidad…
La cuantificación en el campo de la historia comenzó por el estudio de series largas de precios y producciones (varios años e incluso siglos). De ahí la importancia de la utilización de los gráficos lineales para representar estas series.
GRÁFICA LINEAL ARITMÉTICA
En las gráficas lineales, que adoptan la forma de una curva, podemos utilizar en su elaboración dos sistemas: la curva aritmética (gráfica 3 o la semilogarítmica (grafica 4).
Para el trazado de la curva aritmética y su interpretación hemos de tener en cuenta que en ella las unidades o magnitudes que figuran en la ordenada están dispuestas de manera regular y proporcional. A una misma unidad o magnitud corresponde en todos los intervalos de la curva la misma longitud. En el eje de las abscisas (o cronológico) sucede del mismo modo. Existen, además, una serie de principios a tener en cuenta a la hora de confeccionar la gráfica aritmética que conviene no olvidar:
- Los intervalos de la ordenada y de la abscisa deben ser proporcionados.
- Se aconseja generalmente, que el eje vertical debe medir dos tercios de la longitud del eje horizontal.
- Todos los puntos de la curva deben unirse mediante un trazo continuo, o cuando falten algunos datos reflejarlo con un trazo discontinuo o bien dejarlo en blanco.
- No es aconsejable el trazo de más de tres curvas en una sola gráfica. En el caso de hacerlose utilizarán diversos trazos o colores.
- Si en una misma gráfica representamos dos curvas de diferente escala o unidad, cada una de ellas se representará en la vertical derecha o izquierda, respectivamente.
La curva aritmética es fácil de confeccionar, pero el inconveniente es que su representación únicamente nos muestra los valores absolutos, y en determinados momentos o períodos en los que los cambios se suceden con rapidez, lo que más interesa al historiador es conocer las variaciones porcentuales, es decir, la tasa de crecimiento para poder comparar diferentes períodos. La curva aritmética exagera los valores más más elevados. Así, por ejemplo, para períodos iguales la pendiente de la curva es la misma para un crecimiento de 50 a 100 que de 100 a 150. Pero en el primero, el crecimiento es del 100% y en el segundo es del 50%. Esto mismo podemos comprobarlo igualmente comparando en las gráficas 3 y 4 cómo están representados en cada una de sus curvas los años 1772-1773 y 1790-1791
GRÁFICA LINEAL SEMIGOLAGARÍTIMICA
La gráfica semilogarítmica, cuya elaboración es relativamente sencilla, expresa no el valor absoluto de crecimiento como la aritmética, sino su valor relativo: la tasa de crecimiento. En el eje de la ordenada, que es logarítmica, se representan los valores originales, y en la abscisa, que es aritmética, la cronología. El papel semilogarítmico reproduce ya los “módulos” que representan de abajo arriba de 1 a 10, de 10 a 100, de 100 a 1000… (véase gráfica 4).
Una vez trazada la curva podemos, de una ojeada, observar la tendencia evolutiva (ascendente o regresiva).
Y no solo eso, sino que también podemos ver claramente las variaciones bruscas, lo que permitirá un comentario de su frecuencia; la amplitud y la naturaleza de las variaciones (crisis cíclicas, de larga duración, crisis estacionales). Sin embargo, también la curva semilogarítmica tiene sus inconvenientes: es muy sensible a las pequeñas variaciones y, además, puede falsear crecimientos porcentuales iguales pero cuantitativamente muy diferentes que pueden obedecer a fenómenos distintos. Así, por ejemplo, este tipo de curvo refleja de igual modo un crecimiento de 2 a 4 libras de algodón que de 2 a 4 millones de libras de algodón. A pesar de todo ello es un sistema muy utilizado.
DIAGRAMA DE SECTORES
Es un documento gráfico mucho más simple que los anteriores, ya que solo contamos con valores nominales para un fenómeno concreto, en caso de que quisiéramos observar el mismo fenómenos en años diferentes, por ejemplo, deberíamos contar con un gráfico de sectores para cada años, ver gráfica 5. Representa los datos en un círculo, de modo que la frecuencia de cada valor viene dada por una porción de área del círculo. Así, el círculo queda dividido en sectores cuya amplitud es proporcional a las frecuencias de los valores.
Veamos un ejemplo:
En la clase se realizó la siguiente encuesta: ¿Cuál es tu fruta favorita? A partir de los resultados obtenidos se construyó la siguiente tabla de datos:
Al realizar el Diagrama de Sectores a partir de los datos obtenidos, se logra la siguiente gráfica, donde se puede observar visualmente la proporción de las preferencias.
Para representar esta información en un Diagrama de Sectores se tienen que realizar los siguientes cálculos:
Como la medida de la superficie de cada sector es directamente proporcional a la medida del ángulo central, se hace una proporcionalidad directa entre la cantidad de alumnos que hay en el sector con respecto al total de alumnos y el ángulo del sector (la incógnita) con respecto al ángulo central de todo el circulo, es decir, 360°.
Para el sector fruta: mango se tiene:
30 estudiantes____________360° (todo el círculo)12 estudiantes____________incógnita (sector del círculo correspondiente a mango)
- Ángulo sector Mango = 360° x 12 estudiantes / 30 estudiantes= 144°
- Ángulo sector Fresa= 360° x 6 estudiantes/ 30 estudiantes= 72°
- Ángulo sector Uva= 360° x 7 estudiantes/ 30 estudiantes= 84°
- Ángulo sector Manzana= 360° x 5 estudiantes/ 30 estudiantes= 60°
Si se suma la amplitud de los cuatro sectores, tiene que dar el círculo completo: 144° + 72° + 84°+ 60° = 360′
2. PAUTAS PARA EL COMENTARIO DEL GRÁFICO HISTÓRICO
Como ya hemos dicho, el esquema propuesto para el análisis y explicación del texto histórico puede ser aplicado, en lo esencial, a un gráfico, prescindiendo de aspectos que no vienen al caso (autor, destinatario…) y centrándonos más en los cambios o mutaciones que se producen en las fases en las que hemos dividido la curva y en el análisis del momento histórico concreto al que hace mención todo el gráfico y sus diferentes fases. En pocas palabras, podemos decir que son cuatro las fases de un análisis y comentario:
1. INTRODUCCIÓN Y DESCRIPCIÓN
a. Tipología del gráfico:
Dado que la variedad de gráficos es muy amplia, será importante fijarnos en su naturaleza específica:
- Gráficos de barras y sus derivados
- Histogramas
- Gráficos lineales aritméticos
- Gráficos lineales semilogarítmicos
- Diagramas de sectores
- Gráficos de dispersión, burbujas, radiales, velas…
Y mencionar que tipo de fuente es:
- Fuente primaria: en este caso difícilmente encontraremos gráficos o estadísticas que sean anteriores al siglo XIX o incluso pertenecientes a este siglo.
- Fuente secundaria: normalmente todos los gráficos y estadísticas históricas con las que trabajemos serán fuentes secundarias creadas por historiadores con una finalidad educativa, lo que hará que no podamos desarrollar una información detallada sobre algunos aspectos de la introducción.
b. Autor o autores:
Normalmente los gráficos a analizar serán fuentes secundarias realizadas por historiadores, economistas o geógrafos para una editorial que publica atlas históricos o manuales de historia, aunque también habrá instituciones interesadas en dar a conocer un acontecimiento o evolución geográfica de un hecho:
Según su autor, un gráfico puede ser:
- Anónimo
- Individual
- Colectivo
Conocido el autor, por ejemplo el historiador X, debemos decir en que publicación apareció el gráfico o los datos con los que hicimos el gráfico, pero también podría darse el caso de que el origen del gráfico sea el gobierno de un país o una determinada institución…, en estos casos podría esbozarse su evolución política para ver cómo se manifiesta su intencionalidad en el gráfico.
c. Destinatario:
Hay que decir a quién va dirigido el gráfico y su finalidad: objetivos didácticos, propaganda, información; dirigido a la opinión pública a estudiantes…
d. Cronología y lugar de creación:
Como ya hemos mencionado, normalmente contaremos con gráficos publicados por editoriales con objetivos didácticos, pero si nos encontramos con una fuente primaria sería óptimo comentar brevemente algo acerca del lugar en el que fue redactado y cuando, normalmente, esta información estará reflejada en el propio gráfico, en caso contrario, deberemos intentar aproximarnos lo máximo posible a través de la información indirecta que proporcione el gráfico.
e. Intencionalidad:
Cuál es la importancia del fin o intención que se persigue, distinguiendo entre el “fin perseguido” y el “fin logrado”
f. Descripción:
En la descripción intentaremos detallar los aspectos técnicos que hay en el gráfico, en caso de que existan:
- Aunque parezca baladí u obvio, es importante describir la gráfica, su forma, colores, dimensiones, debe ser algo somero, pero suficiente para hacernos una idea de lo que estamos viendo.
- Observar si la curva, las barras, los sectores cuentan con la información completa o no, es decir, si en la serie de datos transformados en una curva, barras o sectores existen o no lagunas. Si las hubiese, en ningún caso debe completarse con otros datos distintos a los de la fuente original.
- Observar si la gráfica está referida a un solo país o a varios, a un solo producto o a varios. Si está referida a un periodo corto de tiempo (6, 10 años) o a una serie larga (20, 50 o un siglo).
- Hallar el trend o la tendencia general de la curva. Para ello es suficiente unir los “puntos medios” de las “cimas o depresiones”. También pueden utilizarse otros procedimientos más precisos que el anterior (medias móviles, mínimos cuadrados, ajuste exponencial…). Efectuada esta operación podremos determinar si se trata de una tendencia ascendente o regresiva.
- Cuando la curva exprese un cierto número de fases claramente perceptibles, éstas deben delimitarse, al igual que en la preparación de un texto anotamos las ideas fundamentales.
- Si deseamos profundizar posteriormente en el análisis de la gráfica, debemos señalar las fluctuaciones existentes en cada una de las fases de la curva. Esto presupone un análisis más detallado y, por tanto, dispones de una bibliografía muy especializada.
- En el caso de gráficos de barras o diagramas de sectores, únicamente hay que ceñirse a los valores nominales que aparecen y a sus relaciones con otros valores (años, países, industrias…)
2. CONTEXTO HISTÓRICO
Tenemos que relacionar el gráfico con la situación histórica en la que se sitúa. Deberemos por lo tanto contextualizar las diferentes fases de la curva en el momento histórico correspondiente, poniéndolas en relación con todos los fenómenos históricos directamente relacionados con ella. Para ello deberemos reunir unos antecedentes al gráfico o bien vincular los hechos históricos relacionados con el gráfico con otros; en una palabra, ambientar el gráfico dentro del momento histórico teniendo en cuenta 3 partes:
a. Contexto general
Son los hechos históricos que envuelven el acontecimiento o hecho que describe el gráfico. Normalmente haremos referencia a los hechos que han tenido lugar previamente a la creación del gráfico a su localización cronológica. Pongamos por caso que estamos analizando un gráfico sobre la revolución industrial en Inglaterra, en este caso deberíamos hablar de la Europa del siglo XVIII, la situación política del continente, haciendo especial referencia a las excepciones inglesa y neerlandesa, comentar aspectos el progreso científico y la Ilustración…
b. Contexto concreto
Aquí tenemos que describir el acontecimiento concreto que describe el gráfico. Si seguimos con el ejemplo de la revolución industrial, lo que deberíamos hacer es hablar de manera concreta de este hecho y de aquellos episodios descritos por el gráfico.
c. Repercusiones inmediatas
En esta última parte del contexto describiremos a modo de conclusión los acontecimientos más importantes que acaecen a partir de lo expuesto en el gráfico. De manera breve tendremos que hablar de cómo acabó evolucionó el hecho retratado en el gráfico y su influencia en los años o meses inmediatamente posteriores. Es importante dejar las repercusiones a más largo tiempo para la conclusión del comentario.
Para llevar a cabo esta parte del comentario es necesario tener en cuenta que:
- Tenemos que usar los conocimientos que hemos adquirido en clase y en casa con nuestro trabajo sobre ese acontecimiento histórico a tratar. Estos conocimientos deben servir para explicar el contexto del gráfico. Pero, además, en el mismo gráfico tendremos información, que adecuadamente tratada, puede ayudarnos a hacer esta parte del comentario.
- El contexto debe ser ordenado cronológicamente (hay que tener cuidado, el gráfico puede hablar de varios acontecimientos y no tienen por qué estar ordenados cronológicamente) y tampoco es correcto “separarse” demasiado del gráfico, es recomendable hacer referencias puntuales a hechos relacionados de alguna manera en el mismo.
3. ANÁLISIS Y COMENTARIO
Esta es la parte más compleja. Se trata de señalar las grandes líneas y los grandes problemas que describe el gráfico con la información que refleja. Debemos analizar cada una de las fases en que hemos dividido la curva, cada una de las barras y su información, cada uno de los sectores, etc. y relacionar la información que proporciona con el contexto histórico que hemos descrito previamente.
En cuanto a la crítica del gráfico, hay que distinguir lo que sería una crítica muy especializada, como es la crítica de fuentes, que no puede tener lugar aquí, ya que es muy complicado por no decir imposible el acceso a las fuentes históricas a las que el autor ha tenido acceso para configurar el gráfico.
Lo que si podemos llevar a acabo es una crítica en la que valoremos el alcance real del documento, su significación para los hechos a los que se refiere, etc. Aspectos, estos últimos, que quedarían encuadrados, como veremos, en la conclusión.
4. CONCLUSIÓN
La conclusión de contener, de forma breve, un balance global de lo que el gráfico expresa y una valoración de la impresión subjetiva que nos ha causado y puede abarcar los aspectos siguientes:
a. Síntesis del gráfico:
Iniciaremos esta última fase resumiendo en unas pocas líneas la información más relevante que nos proporciona el gráfico, fijándonos en las ideas básicas y en su estructuración.
b. Encuadre histórico
Esta síntesis que acabamos de describir arriba deberá ir enmarcada en un contexto histórico, indicando qué aspectos de interés aporta para el conocimiento del momento histórico en que se inscribe el documento gráfico.
c. Sentido general
Con todos los puntos anteriores el alumno tratará de dar un sentido general al gráfico, evaluando emitiendo juicios y opiniones, pero siempre basados en conocimientos históricos que deberán justificarse debidamente (esto último es importante ya que no estamos dando nuestra opinión personal, sino nuestra opinión como historiadores).
d. Alcance e interés último del documento cartográfico
El alcance de un gráfico histórico, tal como comentábamos más arriba en el análisis, tiene su base en las consecuencias que de él puedan deducirse, tanto positivas como negativas y en puntualizar los condicionamientos existentes, tanto del autor como de la época, siempre y cuando sea una fuente primaria, en caso contrario nos limitaremos a valorar los datos que aporta para comprender mejor diferentes aspectos de la época histórica a la que se refiere.
DISTRIBUCIÓN APROXIMADA DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS Y SILVESTRES EN LA COVA DE L'OR (ALICANTE)
J. LYNCH Coord. LA PREHISTORIA. "El neolítico" B. Martí Oliver. Pág. 222. El País. 2007
1. INTRODUCCIÓN Y DESCRIPCIÓN
En esta ocasión nos encontramos ante un diagrama de sectores que representa las cantidades de restos de los diferentes animales consumidos por los seres humanos que ocuparon la Cova de l’Or entre el neolítico antiguo y medio. Es por lo tanto una fuente secundaria elaborada por los arqueólogos para mostrar de manera visual y clara que especies son las consumidas comparativamente.
El autor es B. Martí Oliver reconocido arqueólogo valenciano que excavó la cueva de l’Or con técnicas muy modernas para su momento, los destinatarios son todas aquellas personas interesadas en el conocimiento del Neolítico. Posiblemente en un principio estos datos se publicaron en alguna revista especializada, pero ha llegado a nosotros a través de una edición generalista del diario El País, que publicó en Madrid en el año 2007.
El diseño del diagrama muestra una clara intencionalidad por remarcar la importante diferencia que hay entre los diversos grupos de animales consumidos en la cueva de l’Or. Los sectores han sido rellenados con negros, grises y blancos que permiten diferenciarlos unos de otros y la vez en el extremo exterior de cada uno hay una figura con la silueta del animal al que pertenece cada sector, debajo de cada dibujo aparece el nombre científico y común de la especie animal representada. Es destacable el hecho de que los sectores que representan animales salvajes han sido desgajados del diagrama para profundizar en la diferenciación entre éstos y los animales domesticados, remarcando de esta manera la mayoritaria presencia de estos últimos.
2. CONTEXTO HISTÓRICO
a) CONTEXTO GENERAL
Tal y como puede leer en la nota que hay bajo el gráfico nos encontramos en el neolítico antiguo y medio del levante peninsular. Por lo tanto, estaríamos hablando del VI milenio antes de Cristo para el primer periodo (hace unos 7000 años desde el presente) y el tránsito del VI al V milenio a. C. para el segundo (hace unos 6000 años desde el presente).
Es importante remarcar que el Neolítico llega a Europa con mucho retraso con respecto a otras zonas del planeta, en Oriente Próximo se manejan fechas en torno al 8500 a.C. por lo que este importante hito en la historia de humanidad llegó a la península ibérica con unos 3000 años tras su aparición en el entorno de los ríos Éufrates y Tigris.
El Neolítico, que se traduce como “piedra nueva”, es un periodo que va desde el 8500 a.C. hasta el 3.000 a.C. más o menos y dependiendo de la zona y está comprendido entre el Paleolítico y el inicio de la Edad de los Metales (cuyo primer periodo es conocido como calcolítico) o directamente de la Edad Antigua.
Las principales características del neolítico son la aparición y generalización de la agricultura y la ganadería, el desarrollo de la alfarería, la construcción de los primeros asentamientos sedentarios.
Tal y como ya hemos mencionado uno de los primeros lugares donde los arqueólogos han detectado el desarrollo del neolítico es la zona de Oriente Próximo, donde parece que se desarrolló en primer lugar hace unos 10000 años en el entorno de los ríos Éufrates y Tigris, pero de manera aparentemente autónoma también a pareció en zonas del subcontinente indio, la actual China, Centroamérica y diferentes áreas de África. Desde donde se extendió al resto del planeta. En el caso que nos ocupa parece que el neolítico llegó a Europa y la península ibérica desde el este del Mediterráneo.
b) CONTEXTO CONCRETO
El neolítico peninsular ha sido tradicionalmente considerado muy tardío, se constata por primera vez en la zona levantina y sur hace unos 7000 años, por lo que tardó cerca de 3000 años en llegar desde Oriente Próximo. Los primeros estadios de este periodo histórico conocido como Neolítico Antiguo se desarrollan entre 5500 a.C y el 4500 a.C y se caracteriza por un predominio claro de la ganadería y el uso de cavernas como zonas de hábitat, por lo tanto es evidente la pervivencia de forma paleolíticas en este temprano neolítico peninsular. Además, se han encontrado los primeros restos cerámicos que son muy característicos debido a su decoración cardial (hechas con conchas de berberecho) y es en este contexto en el que se enmarca el gráfico analizado.
Por su parte, el Neolítico medio abarca un paréntesis cronológico que va desde el 4500 a.C. al 3500 a.C. dependiendo de la zona y se caracteriza por una extensión hacia el valle del Ebro y la meseta, mientras que en el sur aparecen las primeras construcciones megalíticas. En este caso ya predomina la agricultura y cuentan con técnicas cerámicas muy avanzadas, además, sus necrópolis son muy características en Cataluña: existen sepulcros de fosas que son enterramientos individuales tapados con grandes losas. Por último, es destacable el hecho de que en todo el Levante han aparecido pinturas muy esquemáticas monocromáticas en cuevas y refugios.
c) REPERCUSIONES INMEDIATAS
El gráfico nos habla de estos dos periodos mencionados y nos da claves interesantísimas sobre la forma de vida de estas personas hace más de 6000 años, como veremos en el análisis, la información que aporta el diagrama de sectores nos permite vislumbrar una sociedad marcadamente ganadera.
3. ANÁLISIS
El diagrama, tal y como hemos descrito en la introducción, nos muestra las cantidades de restos óseos encontrados en la Cueva de l’Or pertenecientes a diferentes especies animales. Las más representada es sin duda la oveja, que junto con la cabra sobrepasarían el 50% de restos óseos encontrados. En tercer lugar, tendríamos al cerdo, otro animal doméstico y a continuación deberíamos fijar nuestra atención en los animales salvajes cazados por los habitantes de la cueva, donde destacan el conejo, el ciervo y el corzo.
Los restos de Buey y perro dentro de los animales domésticos son testimoniales, así como los de jabalí, cabra montés y uro entre los salvajes. Esta distribución nos muestra claramente como la ganadería es una actividad mucho más importante para los habitantes de la cueva que la caza y por lo tanto podríamos hablar de un grupo neolítico aun cuando desconocemos el tipo de cerámica producida o su capacidad agrícola. En cualquier caso, la presencia de estos restos animales y el uso de la cueva como lugar de habitación os dan las claves para presuponer que los habitantes con los que se relaciona estos hallazgos vivieron durante el Neolítico antiguo y/o medio.
4. CONCLUSIÓN
En definitiva, el gráfico nos muestra que en la Cova de l’Or sus ocupantes del Neolítico eran sin duda ganaderos, cerca del 75% de los restos pertenecen a animales domesticados y dentro de los mismos los ovicápridos ocupan un lugar destacado, ya hemos mencionado que más del 50% de los restos pertenecen a ovejas y cabras. La vaca y el cerdo aparecen bien representados, mientras el perro, aunque poco relevante desde el punto de vista de la contribución a la dieta alimenticia de acuerdo con el número de sus restos, abre con su presencia la perspectiva de encontrarnos ante el compañero de caza y guardián.
Sería importante conocer la cronología exacta de los restos representando en el gráfico y compararlos con los posibles restos agrícolas y cerámicos para observar si la neolitización comenzó con la presencia de todas estas actividades a la vez o fue alguna de ellas la que ayudó a desarrollar el resto, por otro lado se hace también indispensable conocer los restos encontrados en otros yacimientos similares de la zona para poder interpretar este gráfico en un contexto más amplio y saber si este patrón se repite.
Por último, es destacable el hecho de que las dos principales especies representadas (oveja y cabra) no son originarias de Europa, por lo que fueron introducidas en nuestro continente presumiblemente desde Oriente Próximo, lo que vendría a confirmar que la aparición del Neolítico en la península ibérica es una aportación exógena.
En cualquier caso, el gráfico es un documento valiosísimo para conocer las sociedades neolíticas levantinas de la península ibérica, aunque por sí solo únicamente nos aporte una foto fija de un yacimiento.
PRODUCCIÓN MUNDIAL DE PLOMO
Fuente Wikipedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:World_Lead_Production.jpg
EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS Y DE LAS IMPORTACIONES DE ORO Y PLATA DESDE LA COLONIAS ESPAÑOLAS AMERICANAS ENTRE 1500 Y 1650
Autor desconocido
IMPORTACIONES DE ALGODÓN EN RAMA EN EL REINO UNIDO ENTRE 1770 Y 1800
Fuente de datos: B. R. Mitchell y Ph. Deane: Abstract of British Historical Statistics. Cambridge University Press. 1962, págs. 177-178. Gráfico: Elaboración propia
1. INTRODUCCIÓN
Nos encontramos ante una gráfica lineal semilogarítmica, este dato puede confirmarse rápidamente observando el eje vertical o de ordenadas, en el que los valores tienen una progresión logarítmica, mientras que los años en el eje de abscisas tienen una progresión aritmética. Es claramente una fuente secundaria ya que los datos con los que ha sido creada fueron publicados por historiadores ingleses en 1962.
Los autores de los datos sobre los que se ha creado el gráfico, tal y como ya hemos mencionado, son ingleses, pero no tenemos más datos sobre los mismos que sus nombres: B. R. Mitchell y Ph. Deane. Los datos se publicaron en un artículo científico de la Universidad de Cambridge por lo que los destinatarios eran historiadores o economistas especializados y su finalidad no debía ser otra que la de aportar información sobre el tema del mencionado artículo.
Tal y como ya hemos dicho, el documento a analizar es una gráfica lineal semilogarítmica y en su eje de ordenadas se encuentran las cantidades de algodón en rama que llegaban al Reino Unido en miles de libras de peso con una progresión logarítmica que da inicio en 1.000 libras y acaba en 100.000, mientras que en el eje de abscisas tenemos una división bianual que comienza en 1770 y finaliza en 1800. El gráfico cuenta con un total de 4 curvas, la curva de la gráfica en color azul, la tendencia general de la gráfica en color negro punteada y en rojo rallado las fases de la curva que nos aportan los límites máximos y mínimos que de la curva.
Es destacable también el hecho de que la gráfica ha sido dividida en 4 fases diferencias que marcan evoluciones de subida o de bajada de la curva, lo que nos ayudará con el contexto histórico y con el análisis.
Por último, la gráfica cuenta con una leyenda que describe las curvas y un nota en la parte inferior que describe el contenido del gráfico y que nos podría servir a modo de título.
2. CONTEXTO HISTÓRICO
a) CONTEXTO GENERAL
Nos encontramos en los últimos 30 años del siglo XVIII, un periodo profundamente inestable desde el punto de vista político, pero al mismo tiempo increíblemente rico en el desarrollo científico-tecnológico. Simplemente baste con señalar que en este arco temporal tienen lugar la revolución americana en 1776 y la francesa en 1789, son dos acontecimientos de primer orden que cambiarán para siempre el devenir histórico del planeta. En ambos estará involucrada Inglaterra de manera directa, en el primero perderá sus colonias en Norteamérica, que con los años se convertirán en su principal mercado de compra de materia prima para sus flamantes factorías algodoneras y en el segundo participará en las primeras etapas de la Revolución francesa con poco protagonismo, pero tras la llegada de Napoleón el enfrentamiento será directo.
Sin embargo, también es la época en la que se publica la Enciclopedia, aparecen inventos profundamente ligados a la industria del algodón como maquinas de hilar o de telar, al mismo tiempo que se consolidan los primeros prototipos de máquinas de vapor, que moverán las hiladoras mecánicas, como la spenning jenny, la water frame o la mule, que se sumarán a invenciones relacionadas con el tejido como la lanzadera volante de Kay, anterior a estas tres hiladoras.
Además en estas tres décadas asistimos también a la revolución agrícola y demográfica en Inglaterra, se aprueban las Inclosure Acts (leyes de cercamiento), aparecen nuevas técnicas de explotación, maquinaria y cultivos procedentes de América que provocarán un aumento importantísimo de la producción que mejorará la esperanza de vida de la población inglesa y por lo tanto el número de habitantes, que a su vez harán aumentar la demanda de todo tipo de productos, incluidos por su puesto los tejido de algodón.
Estamos por lo tanto, ante el nacimiento de la Revolución Industrial.
b) CONTEXTO CONCRETO
La industria algodonera tuvo una gran importancia en la revolución industrial británica (1750-1850), hasta el punto de que muchos historiadores de la economía de ese país consideran que jugó un papel decisivo en la transformación de la economía nacional. Sin embargo, a principios del siglo XVIII parecía impensable que la manufactura del algodón desplazase paulatinamente a la de mayor tradición en Inglaterra: la lana. Ésta poseía unas ventajas claras: se disponía de la materia prima en el propio país; era además de alta calidad y su producto acabado se consumía en los mercados más desarrollados, situados en Europa occidental.
Por el contrario, el algodón presentaba una serie de inconvenientes: había que importar la materia prima, el producto acabado tenía que competir con otros tejidos importados de Asia. Dado su atraso técnico el producto manufacturado era de poca calidad y, por tanto, los beneficios que reportaba el algodón eran excasos. Según Ph. Deane “hacia 1760 el valor medio anual de las exportaciones de tejidos de algodón apenas superaba las 200.000 libras, mientras que las exportaciones de tejidos de lana superaban en la misma época los 5,5 millones de libras esterlinas“.
A pesar de todos los inconvenientes, hacia la década de 1750 aumentó la demanda interna (crecimiento de la población y de las rentas) y la externa (desarrollo de los mercados coloniales). También incidió muy favorablemente la incentivación de las innovaciones, que lentamente, a partir de la década de 1730, comenzaron a adoptarse. Por otro lado, el gran desarrollo del comercio exterior inglés en el siglo XVIII favoreció la adquisición de la materia prima, primero de Levante y de la India y, desde la década de 1790 sobre todo, de los estados del sur de los Estados Unidos de América.
c) REPERCUSIONES INMEDIATAS
La industria textil del algodón se convirtió en una industria rectora y arrastró a la siderometalúrgica y a los transportes, lo que provocó el desarrollo de la Revolución industrial en Inglaterra, la demanda de tejidos crecía, no solo en Inglaterra, sino que también en el resto de Europa, América y las colonias británicas, esto supuso a su vez el aumento en la importación de algodón en rama y el desarrollo de grandes plantaciones esclavistas en los EEUU.
A partir de 1815 los tejidos de algodón constituían el 40% de las exportaciones y aunque en ese preciso momento descendieron vertiginosamente los precios, en 1812, el algodón producía ya entre el 7 y el 8% de la renta nacional y seguía creciendo.
3. ANÁLISIS
Observando detenidamente la gráfica podemos dividir, tal y como ya habíamos mencionado, en 4 fases la curva. Esta división ya aparece diferenciada en la misma gráfica, algo que no es muy común, pero que es muy recomendable realizar en caso de que no esté presente.
- 1770-1780. Podríamos denominarla fase inicial. Hasta la década de 1750, los tejido de lana constituían el 46% de las exportaciones británicas. Desde 1770 se inicia el despegue del algodón, producto muy vinculado al comercio (importación de la materia prima y exportación de buena parte de la producción) y que por ello sufre las consecuencias de las interrupciones del tráfico con América y Europa. Aun cuando las colonias americanas todavía no eran el principal abastecedor de la materia prima, la Guerra de Independencia norteamericana (1776-1783) produjo un desastroso hundimiento en una industria que acababa de dar sus primeros pasos.
- 1780-1790. Fase netamente expansiva. En esta fase empezaron a actuar toda una serie de factores favorables que permitirían la progresiva expansión y modernización de esta industria manufacturera, lo que se tradujo en un incremento, notable ya, de la demanda de materia prima. Junto a la producción de la India estaban las plantaciones de esclavos de los estados del sur de los EEUU que llegarían a ser, desde la década de 1790, el proveedor casi exclusivo de Gran Bretaña. Esta fase contempla así mismo el paso paulatino de la producción artesanal a la producción moderna en factorías. Lancashire conservó y amplió esta industria, estrechamente vinculada a la exportación. Según E.J. Hobsbawn, hacia fines del siglo XIX se exportaba alrededor del 90% de la producción. La mecanización de esta industria se completó una vez resuelto el problema del desequilibrio entre la eficiencia del hilado y la del tejido. Tres invenciones muy conocidas equilibraron la balanza: la spinning-jenny (1764), la water-frame (1767) y la mule (1780), rompiendo definitivamente este desequilibrio provocado por la insuficiencia del sector del hilado. Muy pronto se llegaría a aplicar el vapor, los telares mecánicos y los telares automáticos, con lo que se afianzaba todavía más el proceso de mecanización. De este modo, entre 1780 y 1790 las importaciones de algodón en bruto se multiplicaron casi por cinco y la industria algodonera inició su camino sustituyendo a la lana.
- 1790-1798. Fase de relativo estancamiento de la demanda de algodón. En 1788, el naciente capitalismo británico sufre su primera crisis de sobreproducción que afecta especialmente a la industria “motor” de la industrialización. Después del boom de 1780-1790, se produce un crack en 1793, dando lugar a un relativo estancamiento de la demanda. Este periodo coincide con las crisis económicas de fin de siglo en varios países europeos y una serie de enfrentamientos navales con la Francia revolucionaria.
- A partir de 1798. Fase de expansión y consolidación. La progresiva introducción de la mecanización en la hilatura y el tejido, la adopción del sistema fabril y la apliación del mercado exterior, sitúan a esta industria -a comienzos de siglo- en el primer lugar de las exportaciones británicas.
La importancia del estudio de la industria algodonera en la Revolución Industrial británica radica en que fue la primera en la que se iban a producir los factores propios de la industrialización: mecanización, mano de obra abundante y especializada, concentración geográfica, rápida acumulación de capitales y producto final destinado preferentemente a la exportación.
4. CONCLUSIÓN
a) SINTESIS DEL GRÁFICO
Sin duda alguna esta curva, que representa las importaciones de algodón en rama en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, posee un valor referencial, por cuanto a través de esta variable (importación de una materia prima) podemos realizar indirectamente un estudio de la industria a la que iba dirigida. Sin embargo, es patente que solo con este documento no podemos analizar todo el conjunto de factores y causas que explican la evolución y las características de esta industria en el periodo contemplado en la gráfica.
Este documento, valioso, nos permite o nos incita a penetrar en el estudio y el conocimiento de un hecho económico y social “tan conocido” y tan importante que “curiosamente” sigue planteando muchas dudas y opiniones encontradas a la hora de intentar explicarlo. Los temas históricos, como los de cualquier otra ciencia, nunca están del todo cerrados; siempre cabe, a la luz de otros documentos, de nuevas metodologías o nuevos planteamientos, revisar tesis aparentemente sólidas.
b) ENCUADRE HISTÓRICO
Contrariamente a lo que se cree, el desarrollo inicial de la producción algodonera no provino de la implantación de un moderno sistema de producción (sustitución de la vieja industria doméstica por el moderno factory system). La introducción del sistema fabril fue gradual. Hasta la década de los años 1820 e incluso de 1840, el crecimiento de la producción algodonera se debió sobre todo a una multitud de pequeños manufactureros, quienes proporcionaron a esta industria sus propias instalaciones (talleres) y maquinaria, sin el concurso de grandes capitales. Por ello, nos recuerda Ph. Deane, “éste fue, más que ningún otro, el factor que permitió la expansión inmediata de su capacidad productiva”.
Esta primera etapa de la llamada Revolución Industrial, estuvo, pues, basada en la abundancia de mano de obra especializada, capaz de satisfacer la creciente demanda interna (crecimiento de la población y de las rentas) y exterior (impulso del comercio colonial).
Desde el punto de vista técnico, tampoco requirió disponer de un grupo de empresarios o de artesanos muy cualificados para innovar en este sector. E. J. Hobsbawn señala que “la tecnología de la manufactura algodonera fue sencilla… La novedad no radicaba en las innovaciones, sino en la disposición mental de la gente práctica para utilizar la ciencia y la tecnología que durante tanto tiempo había estado a su alcance y en el amplio mercado que se abría a los productos…”. La primera invención -la lanzadera volente de Kay (1733)- al multiplicar la productividad del tejedor provocó un desequilibrio entre el hilado y la fabricación de tejidos, lo que fomentó nuevas invenciones en el hilado, como la spenning-jenny, la water-frame y la mule, la que casi de inmediato se aplicó la máquina de vapor. Los telares mecánicos y los primeros telares automáticos (1785-1803) completaron el proceso de mecanización. Gran Bretaña fue el primer país que estuvo en condiciones de producir tejidos más abundantes, baratos y de mayor calidad.
c) SENTIDO GENERAL
La industrial textil inglesa es la primera que adquiere el “hábito” de producir sus artículos orientados hacia el mercado internacional. Según E.j. Hobsbawn, “la manufactura del algodón fue un típico producto secundario derivado de la mecánica corriente del comercio internacional, sobre todo colonial…”. Esto tal vez explique el hecho de que esta industria, desde sus comienzos, estuviese concentrada en Lancashire y Edimburgo, próximas al puerto de Liverpool y Glasgow, que junto al de Bristol, estaban estrechamente ligados y eran el punto de confluencia del comercio triangular, especialmente de esclavos y especias, lo que favorecía la exportación de tejidos de algodón hacia las colonias.
Gran Bretaña, pues, contaba con una serie de factores favorables. Disponía una materia prima (algodón en rama) abundante y barata, de una gran flota comercial y de un gran imperio colonial, es decir, de un mercado para su ulterior consumo. Estos eran, por sí mismos, estímulos suficientes para incrementar la producción.
d) ALCANCE E INTERÉS ÚLTIMO DEL DOCUMENTO GRÁFICO
Así pues, desde comienzos del siglo XIX las innovaciones tecnológicas fueron el factor desencadenante del despegue industrializador. Ante las nuevas expectativas de ampliar la producción, abaratar los costos y obtener mayores beneficios, los industriales se mostraron dispuestos a aplicar rápidamente estas innovaciones y a introducir los nuevos sistemas y métodos de producción. El sistema fabril se extendió a toda la industria, se hicieron los grandes edificios funcionales y se arrinconó a la producción artesanal. El notable crecimiento industrial algodonero (casi el 7% anual desde 1835) nos muestra a este sector en pleno apogeo.
En definitiva, los primero éxitos de la nueva industria se debieron, como advierte Ph. Deane “a la disponibilidad de la economía británica de amplios factores de producción”, suficientes para abastecer una demanda creciente; “había más intensidad de trabajo que de capital”. Pero desde el momento en que las invenciones se generalizaron (1820-1840), la fábrica, la máquina y la disciplina de la mecanización se impusieron como la forma nueva de trabajar.