LA FOTOGRAFÍA Y LA HISTORIA
El siglo XIX vio nacer un nuevo método para capturar la realidad, la fotografía. Hasta entonces habían sido los artistas los encargados de intentar conseguir plasmar en una escultura o en una pintura la realidad que nuestros ojos veían en un instante concreto en un lugar determinado.
Fue el físico francés Joseph Nicéphore Niepce en 1827 quien hizo las primeras fotografías, conocidas como heliografías, se sucedieron a lo largo del siglo los experimentos que perfeccionaron el nuevo invento.
A finales del siglo XIX en España, los productos fotográficos aún constituían elementos de tecnología punta importados del extranjero, y eran unos pocos fotógrafos profesionales los que los utilizaban, ya que se requerían grandes cámaras y placas fotográficas de cristal. En las primeras décadas del siglo XX, con la introducción de la película y la cámara portátil, la situación empezó a cambiar y la fotografía se puso, poco a poco, al alcance del público en general. Paralelamente, las fotos dejaron de ser algo singular y extraordinario, reservado a los grandes acontecimientos, para convertirse en objetos habituales en el entorno familiar.
¿Qué información proporcionan las fotografías? Desde la perspectiva de la historia familiar, estas permiten establecer y datar efemérides como nacimientos, enlaces, celebraciones, viajes u otros, e identificar a las personas que participaron en ellas.
Pero su valor histórico es otro. La información gráfica que proporcionan las fotos es un claro indicador del cambio social, económico y cultural, así como de la progresiva modernización del país. Por lo tanto, una mirada desde la historia convierte a las fotografías familiares en documentos valiosos, en testimonios del cambio social.
PRIMERA FOTO EN LA QUE APARECE UN SER HUMANO (1839 PARÍS)
Louis Daguerre
NAPOLEÓN III Y LA REINA VICTORIA EN EL CRYSTAL PALACE (1855)
Anónimo
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