B9/3. El proceso de construcción de la Unión Europea: de las Comunidades Europeas a la Unión. Objetivos e Instituciones.
LOS ORÍGENES DE LA UNIÓN EUROPEA
Europa es un continente con un espacio geográfico delimitado y un largo pasado común. Un mosaico de pueblos y culturas diferentes que comparten señas de identidad propias. Desde el legado clásico, pasando por la huella de la cultura cristiana medieval, el espíritu del Renacimiento y el nacimiento de los grandes Estados modernos y los imperios coloniales, hasta las grandes transformaciones económicas y políticas de los tiempos recientes.
Un pasado de convivencia humana y progreso material pero al mismo tiempo de rivalidad y violencia, de fronteras con ejércitos enfrentados. La cara y la cruz de la civilización europea que tan bien simboliza la historia del siglo XX. Por un lado, la época negra de las dos guerras mundiales. Por otro, entre las ruinas de la última contienda y el inicio del proceso de construcción de la Unión Europea, el proyecto de integración supranacional que continúa abierto en nuestros días.
LAS RAÍCES DEL EUROPEISMO
Los primeros precursores de la idea de una unidad europea aparecieron en el tránsito del medievo a la Edad Moderna. Los pensadores humanistas, como Luis Vives o Erasmo de Roterdam, soñaban con la concordia de los soberanos europeos. En los siglos siguientes no faltaron escritores que defendieron la existencia de una conciencia europea, casi siempre relacionada con el deseo de conseguir la paz y el equilibrio entre las naciones del continente. En el siglo XVIII, los grandes filósofos ilustrados postularon también la necesidad de una Europa unida. Una federación de Estados libres que alcanzaría la paz perpetua, como pedía Inmanuel Kant. Pero en el siglo XIX se impuso la competencia entre los Estados nacionales, con poco espacio para los proyectos federalistas republicanos y socialistas, y no se escucharon las voces de europeístas como Victor Hugo, que reclamaba la creación de los Estados Unidos de Europa.
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EL ESTADO DE NACIONES
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LOS ESTADOS UNIDOS DE EUROPA
Al inicio del siglo XX, las grandes potencias imperialistas se precipitaron hacia una carrera de competencia económica y política, de exaltación nacionalista y militarista, que desembocó en la catástrofe humana de la Gran Guerra. Una tragedia sin precedentes. La herida abierta por las trincheras no se cerró al terminar el conflicto armado.
UNA FEDERACIÓN EUROPEA
En 1945, Europa estaba destruida. Había que comenzar desde cero con un objetivo claro: que lo ocurrido no volviera a repetirse.
LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA INTEGRACIÓN
Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa quedó dividida en dos bloques separados por el Telón de Acero, el inicio de la Guerra Fría, un ambiente de amenaza y tensión que oscurecía la reconstrucción europea.
En 1946, Winston Churchill, desde el bloque occidental, pedía en un famoso discurso la edificación de unos Estados Unidos de Europa, basados en la asociación de Francia y Alemania, que permitieran vivir en paz, seguridad y libertad: la construcción de una «familia europea». Era una aspiración compartida por muchos, que, para ser creíble, necesitaba empezar a dar pasos concretos. Pasar de las palabras a los hechos.
En 1948 confluyeron varios hechos importantes. Entró en funcionamiento la unión aduanera del Benelux, acordada por Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Se puso en marcha la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), organismo creado para gestionar la ayuda económica americana del Plan Marshall. Y tuvo lugar el Congreso de La Haya, reunión de líderes políticos y representantes de movimientos europeístas que sentó las bases de las iniciativas posteriores. Al año siguiente, en mayo de 1949, diez países acordaron la constitución del Consejo de Europa, una asamblea consultiva, con sede en Luxemburgo, encargada de elaborar propuestas de colaboración, promover el debate y fomentar la unidad europea.
En 1950 se firmó uno de sus documentos más significativos, el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos.
El primer paso firme hacia la formación de una futura Unión Europea se produjo el 9 de mayo de 1950, fecha del célebre discurso pronunciado por Robert Schuman, ministro de Asuntos Exteriores francés (Declaración Schuman). Su plan preveía la creación de un mercado conjunto franco-alemán de dos sectores industriales estratégicos como el carbón y el acero. Una realización concreta que animara, en el futuro, a seguir en la misma línea. En 1951, con la firma del Tratado de París, nacía la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo se sumaban al proyecto inicial de Francia y Alemania, y acordaban la creación de un comité ejecutivo supranacional, una Alta Autoridad presidida por un líder europeísta, Jean Monnet.
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LA UNIÓN DE FRANCIA Y ALEMANIA
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LA DECLARACIÓN SCHUMAN
LA CEE (COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA)
A fines de la década de 1950, seis países de Europa occidental decidieron crear un mercado común. La integración europea vendría primero a través de la economía. En las tres décadas siguientes, sorteando problemas, obstáculos y coyunturas adversas, la Comunidad Económica Europea (CEE) fue ampliando su número de socios. Poco a poco, la unión comercial acordada por los fundadores se fue transformando en una realidad mucho más extensa, ambiciosa y plural.
EL TRATADO DE ROMA
El proceso de construcción europea abierto con la puesta en marcha de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) no estuvo libre de obstáculos y problemas. El proyecto de creación de una Comunidad Europea de Defensa (CED) quedó en vía muerta después del rechazo francés. Las iniciativas de integración política chocaron con las reticencias nacionalistas de los Estados. En 1955, los ministros de Exteriores iniciaron una serie de duras negociaciones que culminaron, un año más tarde, con un acuerdo de mínimos (Informe Spaak) que preveía la formación de un mercado común ampliado y una comunidad para la energía atómica.
Finalmente, en marzo de 1957, los seis países integrantes de la CECA firmaron en Roma el Tratado de la Comunidad Económica Europea (CEE) y el Tratado de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM). El objetivo principal era la creación de un «mercado común», un espacio sin barreras aduaneras que permitiera la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales. La CEE estableció:
- En Bruselas, la sede de una Comisión Europea, que seguía las directrices acordadas por los presidentes de Gobierno (Consejo Europeo) y sus ministros (Consejo de Ministros).
- En Luxemburgo, el Tribunal de Justicia, con competencias muy limitadas.
- Estrasburgo fue el lugar designado para las sesiones de la Asamblea Parlamentaria, de carácter solo consultivo.
LA PRIMERA AMPLIACIÓN DE LA CEE
En Europa occidental, la década de 1960 fue una época de crecimiento espectacular. El progreso económico y el aumento del nivel de vida de la población se vieron acompañados por la creación del llamado Estado de bienestar (educación, sanidad, pensiones, prestaciones de desempleo, servicios sociales). La coyuntura favorable permitió la consolidación de las instituciones de la CEE y la ampliación de sus competencias. En 1962 se puso en marcha la Política Agraria Común (PAC), el control comunitario de la producción, los precios y las subvenciones agrícolas, objeto de numerosos debates.
El fracaso de la EFTA empujó al Gobierno británico a solicitar el ingreso en la CEE. Una adhesión complicada por las condiciones exigidas por Londres, que mantenía unas relaciones especiales con Estados Unidos y con los países de la Commonwealth y se mostraba contraria a cualquier cesión de su soberanía. El presidente de Francia, el general De Gaulle, vetó su entrada en 1963 y de nuevo en 1967.
LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN (PAC) Desde 1962, la PAC se ocupa de las cuestiones relacionadas con el sector agrario. Se trata de un esfuerzo económico muy importante que durante muchos años ha consumido casi la mitad del presupuesto comunitario. En su origen, era una política proteccionista de los precios de los productos agrícolas y acompañada de un sistema de ayudas a los productores. En 1984, la PAC cambió su orientación, limitando las ayudas a la producción para evitar los enormes excedentes generados. En los últimos años, después de nuevas reformas, la PAC se ha dirigido hacia una única ayuda por explotación (régimen de pago único) condicionada al cumplimiento de una serie de normas relacionadas con el respeto del medio ambiente, la calidad de los alimentos y la capacidad de competir en los mercados. De esa manera, la UE pretende mantener la población del mundo rural y potenciar el desarrollo de una agricultura sostenible. |
Por fin, en 1973, después de largas negociaciones, con concesiones notables, Reino Unido pasó a ser miembro de pleno derecho de la CEE, al mismo tiempo que Irlanda y Dinamarca.
La Europa de los Seis se había convertido en la Europa de los Nueve justo en el momento en el que terminaba la época de bonanza económica. La crisis del petróleo de 1973 afectó con dureza a los países europeos, golpeados por la recesión, la inflación y el desempleo.
El proyecto comunitario de la CEE se estancó durante el resto de la década, hasta 1979. Ese año se pusieron en marcha nuevas iniciativas, como el Sistema Monetario Europeo (SME) o la creación de una moneda de cuenta, el ecu, que pretendían lograr la estabilidad monetaria. Se realizaron las primeras elecciones europeas por sufragio universal y se retomó el proceso de ampliación.
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LA EUROPA DE LOS DOCE
Entre 1974 y 1975, la desaparición de las dictaduras de los países europeos mediterráneos, Grecia, Portugal y España, permitió la apertura comunitaria hacia el sur. El establecimiento de regímenes democráticos era una de las condiciones requeridas para el ingreso en la CEE:
- La firma de adhesión de Grecia tuvo lugar en 1981, sin demasiados obstáculos.
- La firma de adhesión de España y Portugal se retrasó hasta 1985 debido a los problemas que suscitaba la importancia demográfica y económica del mercado español, sobre todo la competencia de su producción agraria con la de otros países ya miembros, en especial con Francia. Ese mismo año de 1985, el nombramiento de Jacques Delors como presidente de la Comisión Europea supuso un relanzamiento del proceso de unidad europea. En el mes de junio se firmó la adhesión de Portugal y España y el Acuerdo de Schengen, los primeros pasos hacia la eliminación de las fronteras comunes, cuya finalidad es abolir los controles en las fronteras entre países miembros de las Comunidades Europeas. El 1 de enero de 1986, España y Portugal formaban parte de la CEE.
A partir del 1 de enero, con la entrada oficial de los países ibéricos, la Comunidad Económica Europea se convertía en un club con doce miembros, con una mayor presencia en el flanco sur del continente. Ese cambio implicaba, necesariamente, la ampliación de los programas regionales de ayuda al desarrollo.
Ese mismo año, en febrero, la Europa de los Doce aprobó el Acta Única Europea. Una refundación de la Comunidad Económica Europea que daba más poder a las instituciones comunitarias y abría el camino a nuevos campos de trabajo relacionados con la investigación, el medio ambiente, la cohesión social y la seguridad.
El proyecto de un «mercado común» europeo se hacía realidad. Y también la libre circulación de las personas: el Convenio de Schengen firmado en 1990, entraría en vigor en 1995 y suprimiría las fronteras internas entre los países comunitarios; se creaba, al mismo tiempo, una única frontera exterior donde los controles de entrada fueran idénticos. El espacio Schengen se fue ampliando en los años siguientes a nuevos socios de la UE e incluso a países extracomunitarios, como Islandia, Noruega y Suiza.
LA UE (UNIÓN EUROPEA)
El año 1989 fue, sin duda, uno de los más importantes de la historia de Europa. La caída del Muro de Berlín y el inicio del derrumbe de los regímenes comunistas de los países del Este ponían el punto final al orden mundial nacido después de la Segunda Guerra Mundial. La primera consecuencia fue la reunificación de Alemania, que convertía a Berlín en el nuevo centro político y cultural del continente. La CEE tenía que hacer frente a los retos de un nuevo escenario europeo. Y para ello era necesario un nuevo tratado.
EL TRATADO DE MAASTRICHT
El 7 febrero de 1992, el Consejo Europeo, reunido en la ciudad neerlandesa de Maastricht, acordó que la CEE adquiriera una nueva denominación y pasara a denominarse, a partir de entonces, Unión Europea (UE). No era un mero cambio de nombre. Los países firmantes del acuerdo querían hacer constar su compromiso de ir más allá de un «mercado común» para comenzar a crear una entidad jurídica independiente que también tuviera carácter político y social.
El Tratado de Maastricht establecía varios objetivos fundamentales:
- La creación de una Unidad Económica y Monetaria que, después de una transición de diez años, con unos criterios de convergencia muy rígidos, posibilitaría el establecimiento de una moneda única. Esos criterios implicaban para los Estados aspirantes que el déficit y la deuda pública no superasen el 3% y el 60% del PIB, y fijaban límites estrictos del tipo de interés y la tasa de inflación.
- La dotación de un Fondo de Cohesión que ayudara económicamente a las regiones que presentan una renta per cápita inferior al 90% de la renta media comunitaria.
- Además, la Unión Europea reforzaba los poderes del Parlamento, creaba una Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y ampliaba las competencias de Justicia e Interior con la creación de una policía europea, la Europol, y el impulso de la cooperación policial y judicial.
El proceso de ratificación del Tratado de Maastricht mostró pronto los límites del proceso de integración política. En Dinamarca, el resultado negativo obtenido en el referendo obligó a realizar otro, un año más tarde, con algunas concesiones. En Francia, aunque el referendo fue aprobado con un margen mínimo, tuvo una gran campaña de oposición. El Reino Unido, por su parte, consiguió mantenerse al margen tanto de la moneda única como de la política social.
LA EUROPA DE LOS QUINCE
En 1990, después de la caída del Mura de Berlín, la República Federal Alemana absorbió a la República Democrática Alemana (RDA).
En los años siguientes, desarticulado el Telón de Acero, la Unión Europea se dispuso a acelerar su cuarto proceso de ampliación.
En 1993, después de la retirada de Suiza, comenzaron las negociaciones con Austria y con los países escandinavos. No hubo demasiados problemas debido a que los países candidatos eran democracias consolidadas que disfrutaban de un nivel económico muy elevado.
Durante 1994 se celebraron los referendos que ratificaron los tratados de adhesión en Austria, Suecia y Finlandia. Pero en Noruega, la mayor parte de los ciudadanos votó en contra, dejando al margen a su país, por segunda vez en su historia, de las instituciones comunitarias.
Por fin, el 1 de enero de 1995, la Europa de los Doce pasó a ser la Europa de los Quince.
LOS FONDOS ESTRUCTURALES DE COHESIÓN La UE destina una parte importante de sus recursos para promover el desarrollo de las regiones europeas más desfavorecidas y disminuir, de esa manera, las disparidades territoriales dentro de las fronteras de la Unión. Hasta el año 2004, los países más beneficiados fueron España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal. Desde esa fecha, la incorporación de los países del Este, con una renta media inferior, ha cambiado el destino prioritario de las ayudas dedicadas a la construcción de infraestructuras, el fomento del empleo, la modernización de la producción y el desarrollo del mundo rural. Destacan, por su importancia, el Fondo de Cohesión y los llamados Fondos Estructurales: el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Fondo Social Europeo (FSE), además del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). |
LAS PRINCIPALES INSTITUCIONES DE LA UNIÓN EUROPEA
Las instituciones que gobiernan la UE son varias, pero siempre se habla de que las principales son 7, a las que se denomina las Siete Altas Instituciones de la Unión Europea. Dado que la UE no es un estado como puede ser España o Rusia, y que todos sus estados miembros deben tener una importante representatividad, ha sido necesario crear instituciones que no existen en los estados “normales”, aunque algunas de ellas son fácilmente asimilables a instituciones de estados como el Parlamento Europeo, que puede compararse con las Cortes (Congreso y Senado) en España, otras como la Comisión Europea, el Consejo Europeo o el Consejo de la Unión Europea son más complicadas se comparar con las instituciones de países al uso. Veamos cuales son y qué características tienen:
EL CONSEJO EUROPEO
Es el máximo órgano político de la UE (salvando las distancias, podría asimilarse a la jefatura de estado de un país). Está formado por los jefes de Estado o de Gobierno de los países de la Unión y por el presidente de la Comisión Europea.
Su presidencia rotaba cada seis meses entre los países miembros, aunque, tras la última reforma de las instituciones, recae en su presidente, elegido por dos años y medio con posibilidad de renovar una sola vez. Sus principales funciones son:
- Presidir las cumbres de los jefes de Estado o de Gobierno de la UE para decidir sobre cuestiones políticas generales. Normalmente suele haber cuatro reuniones al año.
- Fijar el rumbo y las prioridades políticas generales de la UE y tratar las cuestiones complejas o sensibles que no puedan ser resueltas en el nivel inferior de la cooperación intergubernamental.
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EL CONSEJO DE LA UNÓN EUROPEA (ANTIGUO CONSEJO DE MINISTROS)
Representa a los Estados miembros (es una especie de Senado de la UE). Está integrado por un ministro de cada país, que varía según el tema tratado. Su presidencia es rotatoria cada seis meses.
Sus funciones son aprobar la legislación y el presupuesto anual, coordinar las diversas políticas económicas, firmar acuerdos entre la UE y otros países, desarrollar las políticas de exterior y de defensa de la UE y coordinar la cooperación entre los tribunales y las policías de los países miembros.
Es, pues, un órgano colegislador con ciertas funciones políticas suplementarias.
Las decisiones se adoptan por mayoría cualificada (salvo en temas de seguridad, asuntos exteriores e impuestos). Cada país, dependiendo de su población, tiene un número determinado de votos.
LA COMISIÓN EUROPEA
Representa los intereses de la UE (podría compararse con el gobierno de un estado al uso). La forman un presidente y comisarios encargados de las diferentes áreas de la política comunitaria durante cinco años.
Las funciones de la Comisión son proponer las leyes, asegurar el cumplimiento de la legislación y de los tratados europeos, y gestionar el presupuesto y los programas europeos. Se compone de 27 comisarios, uno por cada país de la UE. El presidente atribuye a cada comisario competencias en ámbitos de actuación específicos.
La sede está repartida entre Bruselas y Luxemburgo. La Comisión cuenta, además, con oficinas (representaciones) en todos los países de la UE y con delegaciones en capitales de todo el mundo.
EL PARLAMENTO
Representa a la ciudadanía de la Unión. Está formado por parlamentarios, elegidos por sufragio universal cada cinco años, que se sientan en el hemiciclo por grupos ideológicos, no por países. El número de parlamentarios se ha fijado en 705 más el presidente. Cada Estado tiene un número proporcional a su población, aunque se garantiza un mínimo de 6 a los países pequeños y un máximo de 96 a los grandes.
La sede es compartida: Bruselas (Bélgica), Luxemburgo y Estrasburgo (Francia).
Las funciones del Parlamento, participadas con el Consejo de la Unión, son debatir y aprobar, junto con el Consejo, la legislación de la UE; someter a control a otras instituciones de la UE, en especial a la Comisión; debatir y adoptar, junto con el Consejo, el presupuesto de la Unión Europea.
EL TRIBUNAL DE JUSTICIA
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EL BANCO CENTRAL EUROPEO
El Banco Central Europeo (BCE) gestiona el euro y formula y aplica la política económica y monetaria de la UE. Su principal objetivo es mantener la estabilidad de los precios y contribuir de este modo al crecimiento económico y la creación de empleo. Además, establece los tipos de interés a los que presta a los bancos comerciales de la zona del euro (también conocida como la eurozona), controlando así la oferta monetaria y la inflación. También autoriza la producción de billetes y monedas en euros por parte de los países de la zona del euro.
La presidenta del BCE, en la actualidad la francesa Christine Lagarde, representa al Banco en reuniones internacionales y de alto nivel de la UE. El BCE cuenta con los tres organismos decisorios:
- Consejo de Gobierno. El principal órgano de toma de decisiones. Se compone del Comité Ejecutivo y los gobernadores de los bancos centrales nacionales
- Comité Ejecutivo. Gestiona el funcionamiento diario del BCE. Está compuesto por el presidente y el vicepresidente del BCE y otros cuatro miembros designados por los dirigentes de los países de la zona del euro.
- Consejo General. Desempeña una función de carácter consultivo y de coordinación. Está formado por el presidente y el vicepresidente del BCE y los gobernadores de los bancos centrales de todos los países de la UE.
EL TRIBUNAL DE CUENTAS EUROPEO
Está integrado por un representante de cada Estado miembro, nombrado por seis años. Comprueba que la Unión invierte su dinero de acuerdo con los presupuestos y fines establecidos. Es el organismo que audita las finanzas de la UE.
Su papel consiste en mejorar la gestión financiera de la UE e informar sobre el uso dado a los fondos públicos. Se creó en 1975 y tiene su sede en Luxemburgo.
B9/3.1. Elabora ejes cronológicos sobre el proceso de construcción de la Unión Europea.
PROPUESTA PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL RELACIONADO CON LOS DERECHOS HUMANOS
CONVENIO EUROPEO PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DE LAS LIBERTADES FUNDAMENTALES
EXPLICA TUS COMPAÑEROS EN 5 MINUTOS QUÉ ES EL CONVENIO EUROPEO PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DE LAS LIBERTADES FUNDAMENTALES, CUÁNDO SE FIRMÓ, A QUÉ PAÍSES AFECTA, QUE CARCTERÍSTICAS TIENE… Y TODO AQUELLO QUE CREAS QUE ES IMPORTANTE CONOCER.
NO OLVIDES HABLAR DEL ARTÍCULO 6, EL MÁS INVOCADO POR CIUDADANOS EUROPEOS A LA HORA DE RECURRIR DIFERENTES DECISIONES QUE SE HAN TOMADO EN SUS PAÍSES DE ORIGEN CONTRA ALGUNO DE SUS CIUDADANOS Y CON LAS QUE NO ESTÁN DE ACUERDO. HABLA TAMBIÉN DEL TRIBUNAL AL QUE ACUDEN PARA DEFENDERSE E INVOCAR ESE ARTÍCULO 6.