B8/1. La URSS y las democracias populares.
EL SISTEMA POLÍTICO SOVIÉTICO
¿Cómo funcionaba el sistema político de la URSS? ¿Cómo consiguió una pequeña élite (la nomenklatura) hacerse con el poder en la URSS? ¿Dónde residía realmente el poder en la URSS? ¿Qué instituciones existían en el país más grande del mundo? ¿Cómo estaba organizado territorialmente?
En el tema 7.5 vimos como Lenin y Trotsky organizaron un sistema político muy novedoso tras el triunfo de la Revolución, carente de representatividad democrática, pero con un papel secundario del PCUS, al menos desde el punto de vista constitucional. La llegada de Stalin acabó con el proyecto estatal diseñado por los primeros revolucionarios y basado en la constitución de 1924. Comenzó de esta manera un baile de denominaciones y cambios de nombres para básicamente las mismas instituciones, que nunca tuvieron un poder real salvo el representativo.
En 1936, con Stalin asentado ya en el poder, se redactó una nueva Constitución en la que el PCUS tendría un papel preponderante, la instituciones estatales y gubernamentales eran meros artificios que aparentemente funcionaban democráticamente, ya que eran elegidas a través de voto secreto, pero en la práctica el poder residía en el PCUS, que marcaba todas las políticas que el Estado debía seguir.
En 1977 con Brezhnev en el poder se redactó una nueva Constitución, pero los cambios fueron mínimos y orientados a aspectos económicos que solo consiguieron abrir más la brecha salarial entre trabajadores y burócratas, ya que aumentó el poder de los jefes administradores de las empresas.
Gorvachov realizaría a finales de los años ochenta una serie de cambios reales en la Constitución de 1977 encaminados a democratizar el sistema, pero ya era demasiado tarde.
LA ESTRUCTURA TERRITORIAL DE LA URSS
La URSS en los años 70 era territorialmente el mayor Estado del mundo. Tenía 22.402.200 km2, con una población de 241.748.000 habitantes. La Unión Soviética estaba compuesta por catorce Repúblicas Socialistas Soviéticas (RSS) y la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, que constitucionalmente tenían una gran autonomía, incluso tenían el derecho a la autodeterminación, aunque en realidad el centralismo era absoluto debido a la concentración del poder en manos del PCUS. Las repúblicas que conformaban la URSS eran las siguientes:
Dentro de esas Repúblicas hay veinte Repúblicas autónomas: dieciséis en Rusia, dos en Georgia, una en Armenia y una en Uzbekistán; ocho regiones autónomas: cinco en Rusia, una en Armenia, una en Georgia y una en Tayikistán; y diez áreas nacionales.
EL PARTIDO COMUNISTA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA (PCUS), EL VERDADERO DEPOSITARIO DEL PODER
El Partido Comunista de la Unión Soviética (abreviado PCUS) fue el único partido político legal de la Unión Soviética y una de las mayores organizaciones comunistas en el mundo. Debido a su papel central en la Constitución de la Unión Soviética, el Partido controló todos los órdenes de gobierno en la Unión Soviética y no toleró ninguna oposición. Su organización estaba subdividida en los partidos comunistas de las repúblicas constitutivas soviéticas, así como en el Komsomol, la organización juvenil de masas. En lo alto del Partido Comunista estaba el Comité Central, elegido en los congresos y conferencias del Partido. El Comité Central, por su lado, escogía:
- Al Politburó (también conocido como Presidium), se encargaba de los aspectos políticos del partido y era de facto la institución que gobernaba la URSS y controlaba incluso el Comité Central, ya que desde el Politburó se proponía a sus miembros. Pese a que oficialmente no había una dirección dentro del mismo, el Secretario General del partido (que usualmente también era director del Comité Central) tenía un rol preponderante en su funcionamiento. Estaba compuesto por dos tipos de miembros:
- Catorce miembros plenos
- Y ocho candidatos. Estos últimos no tenían derecho a voto en las decisiones.
- Al Secretariado, que era la institución responsable de administrar el Partido. En la práctica los miembros más poderosos del Politburó eran también miembros del Secretariado del Partido. Por lo general solo dos o tres miembros del Politburó podían ser también miembros del secretariado, los cuales estaban liderados por el Secretario general. Tener esta doble membresía preveía la posibilidad de poder llegar a ser en algún momento Secretario general.
- Y al Secretario General, que era literalmente el cargo máximo de la Unión Soviética.
DIFERENTES INSTITUCIONES DEL PCUS
Dependiendo del poder que tenía el Secretario General en un momento u otro, el Politburó podía ostentar más poder y tomar decisiones más delicadas. En cualquier caso la Secretaría General siempre estuvo ocupada por uno de los miembros del Politburó, quienes dirigían al país y al partido. Estos cargos no estaban sometidos al control de todos los miembros del Partido, ya que el principio fundamental del la organización del Partido era el centralismo democrático, exigiendo una estricta subordinación a los órganos superiores. Además, las elecciones internas del partido eran sin oposición, puesto que los candidatos eran propuestos por los niveles superiores.
Las instituciones en los niveles inferiores fueron supervisadas y en ocasiones sustituidas por las organizaciones primarias del Partido.
ARTÍCULO 6 DE LA CONSTITUCIÓN SOVIÉTICA DE 1977
SECRETARIOS GENERALES DEL PCUS Y SUS CARGOS INSTITUCIONALES
En la práctica, el grado de control del Partido podía extenderse por toda la burocracia estatal, aunque este control estaba lejos de ser total. En ocasiones la burocracia perseguía intereses distintos, lo que provocaba conflictos con el Partido. Sin embargo, el Partido, tampoco era monolítico de arriba abajo, aunque las facciones fueron normalmente prohibidas y perseguidas. En ningún caso esta disparidad de opiniones era de gran calado, la diferencias entre la burocracia y el partido o dentro del mismo partido obedecían a cuestiones mínimas relacionadas con la organización económica de las empresas estatales, nombramientos, desarrollo de obras públicas…
LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO Y EL GOBIERNO
Por lo tanto, nominalmente era el Soviet Supremo el máximo poder reconocido por la Constitución de la URSS, aunque como ya hemos dicho, el poder real descansaba en el PCUS. Poco a poco fue consiguiendo pequeñas cotas de poder: creación de comisiones y comités estatales nuevos, supervisión del presupuesto…
El Sóviet Supremo se componía de dos cámaras: El Sóviet de la Unión, que contaba con 738 miembros y el Sóviet de las Nacionalidades, que contaba con 640 miembros, los cuales eran elegidos por todos los habitantes de la URSS mayores de 18 años en elecciones con voto secreto. El único candidato elegible en cada circunscripción era propuesto por el PCUS.
Estas dos cámaras se reunían solamente dos veces al años; para ejercer su poder entre estas reuniones se elegía un Presidium formado por el Presidente (considerado el Jefe del Estado, este cargo fue ocupado por los últimos Secretarios generales del PCUS), un diputado por cada una de las quince repúblicas, un secretario y veinte miembros ordinarios.
Además, el Soviet Supremo tenía la capacidad de:
- Nombrar a los principales miembros del poder judicial: Tribunal Supremo y Procurador General
- Y designar los miembros del Consejo de Ministros (conocido antes de 1946 como Consejo de Comisarios del Pueblo: SOVNARKOM). Que estaba dirigido por el Presidente del Consejo de Ministros, cargo equiparable al de Primer Ministro de un país liberal (este cargo que fue ocupado por Stalin y Jruschov durante sus mandatos como Secretarios generales del PCUS, tras la destitución de Jruschov se prohibió ostentar ambos cargos)
El consejo de ministros estaba formado por un gran número de ministerios, la mayor parte de ellos industriales (por ejemplo: el ministerio de Aviación Civil, el de Maquinaria para las Industrias Ligera y de la Alimentación y Aparatos de uso Doméstico, el de Maquinaria General, el de Aparatos de Precisión, Medios de Automatización y Sistemas de Dirección…). El Consejo de Ministros dirigía a una enorme burocracia responsable de la administración de la economía y la sociedad. Sin embargo, las cuestiones más importantes del Estado se manejaban a través de declaraciones conjuntas con el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, que de facto era más poderoso que el Consejo de Ministros.
Las estructuras de gobierno y de los partidos comunistas de las repúblicas que conformaban la URSS emulaban enormemente la estructura de las instituciones centrales y del PCUS. Las autoridades locales se organizaban mediante los comités del partido locales, los sóviets locales y los comités ejecutivos.
La mayor parte de estas instituciones tenían su sede en el Kremlin de Moscú que es un conjunto de edificios civiles y religiosos situado en el centro de Moscú, frente al río Moscova y junto a la Plaza Roja (en la que se celebraban las principales festividades soviéticas con grandes desfiles):
La palabra Kremlin era frecuentemente utilizada para referirse al gobierno de la Unión Soviética. Del mismo modo que Downing Street se refiere al gobierno inglés, el Eliseo al gobierno francés o la Moncloa al gobierno de España.
EL KGB (COMITÉ PARA LA SEGURIDAD DEL ESTADO)
Esta agencia de inteligencia jugó un papel muy importante en la política soviética. Antes de su fundación en 1954 se conoció como NKVD y NKGB y fueron las herramientas ejecutoras del terror estalinista, pero después de la muerte de Stalin, quedó sometida a un estricto control por parte del Partido y se convirtió en una única fuerza conocida como KGB.
Su cometido era supervisar exhaustivamente la opinión pública, la subversión interna y los posibles complots desestabilizadores en el bloque soviético. El KGB acudió en apoyo de los gobiernos comunistas e intervino en países como Hungría o Checoslovaquia.
Bajo Yuri Andrópov, presidente del KGB entre 1967 y 1982 y Secretario General del Partido entre 1982 y 1983, el KGB, además de dedicarse a la supresión de la disidencia política y al mantenimiento de una extensa red de informantes, se reafirmó a sí misma como un actor político, siendo hasta cierto punto independiente dentro de la estructura del partido. Hasta el punto de organizar una campaña de anticorrupción enfocada a oficiales de alto rango del Partido que se llevó a cabo a finales de la década de 1970 e inicios de los 80.
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LA ORGANIZACIÓN EMPRESARIAL
Las empresas dependían de los múltiples ministerios de las 15 repúblicas, desde Moscú se realizaba el presupuesto general y unos objetivos productivos (planes quinquenales) y se asignaba una cantidad de dinero y unos objetivos a cada república, que a su vez y a través del Comité de Planificación Local dividía esa asignación entre los ministerios y estos a las empresas que dependían de ellos, a las que se les exigía unos mínimos de producción preestablecidos en los planes quinquenales. Los ministerios eran como la multinacional de la que dependían las «empresas» (fábricas de zapatos, escuelas, granjas colectivas). Así, los jefes de esa «empresa» con, por ejemplo, cien trabajadores, recibían noticias de que les habían asignado un determinado presupuesto y un mínimo de producción para los próximos 5 años, el trabajo se dividía entre los operarios y se les asignaba una producción.
Las empresas, aunque propiedad del Estado, poseían su propio plan técnico y financiero, por lo que gozaban de gran independencia. Tenían autonomía total en contabilidad, en la selección de proveedores y clientes, además de disponer de fondos y cuentas bancarias propias. Cada empresa debía asegurar su rentabilidad sin recurrir a subvenciones estatales. A su vez cada empresa tenía un director, nombrado por los trabajadores entre los candidatos previamente seleccionados por la sección del PCUS correspondiente, responsable de la actividad productiva. El Código Penal era muy estricto, contemplando graves penas para aquellos directores acusados de sabotaje o contrarrevolución, además de castigarse la negligencia y la producción de objetos de mala calidad.
Con los beneficios obtenidos, las empresas pagaban las materias primas, la energía suministrada, impuestos, salarios y la cotización en seguros sociales, ya que eran las empresas y no los trabajadores los que cotizaban. La financiación de la economía no provenían del ahorro privado, sino del ahorro colectivo.
A través de las empresas se repartían también ciertos bienes como por ejemplo los coches, en cada empresa se creaban listas de personas interesadas en adquirir un coche, cada año se asignaba un número de coches a cada empresa y dependiendo de tu posición en la lista podías comprar uno de los coches que habían asignado a tu empresa.
LA LLEGADA DE BREZHNEV Y EL ESTANCAMIENTO (1964-1972)
Brezhnev fue el hombre de la nomenklatura. Su empeño fue mejorar las condiciones de vida de la burocracia que dirigía el Partido y el Estado, para que ella garantizara la estabilidad política. Para intentar conseguir esta estabilidad no dudó en desarrollar una actitud cada vez más conservadora y regresiva.
La represión contra la disidencia se desató rápidamente tras su llegada al poder: el juicio contra los escritores Yuli Daniel y Andréi Siniavsky en 1966 marcó la reversión a una política cultural represiva. Aunque no hubo ningún retorno a sentencias de muerte o persecuciones masivas como las de los años 1930 y 1940. A mediados de la década de 1970, se estimaba que había 10.000 presos políticos y religiosos en toda la Unión Soviética, viviendo en condiciones penosas y sufriendo de desnutrición; muchos de estos prisioneros fueron consideradas por el Estado soviético como mentalmente incapacitados y fueron hospitalizados en asilos mentales de toda la Unión Soviética.
A finales de los sesenta, el estancamiento de la URSS era patente, su sistema político estaba atrofiado, las elecciones al Soviet Supremo y su Presidium seguían estando totalmente controlados por el Politburó del Partido. El partido único controlaba el país y evitaba la llegada de nuevas ideas, así que nada cambiaba.
Hasta 1973 la inercia de épocas anteriores permitió a la economía seguir creciendo, pero pronto comenzó la escasez de ciertos bienes, las colas para adquirir algunos productos básicos suponían 190 horas al año. Las condiciones de vida iban poco a poco deteriorándose (crecimiento de la mortalidad infantil, del alcoholismo…).
Esa atrofia burocrática era especialmente grave para la economía. En la gran industria las cosas iban bien y la URSS a principios de los años setenta era el primer productor mundial de acero, arrabio, carbón, algodón y petróleo. Se gastaban ingentes recursos en la carrera espacial y militar con los EEUU, pero estos gastos suponían el 15% de todo el presupuesto de la URSS, mientras eran tan solo el 6% del presupuesto de Estados Unidos.
El plan quinquenal de 1971 puso por primera vez el acento en producir bienes de consumo para satisfacer la demanda de una población ansiosa por poder conseguir bienes y productos similares a los de occidente.
Para dinamizar la economía se incluyeron algunas prácticas, semejantes a las del sistema capitalista, como los incentivos a la producción o la autorización de despidos si fueran necesarios para mantener la productividad de las empresas. Pero todas las reformas caían en el vacío porque los problemas eran de fondo.
El plan quinquenal fijaba los costes de producción, los salarios y el precio de los productos, por lo que incrementar la producción no beneficiaba a nadie: ni a las empresas, ni a los directivos ni a los trabajadores. Tampoco se mejoraba la calidad de los productos, que no podían competir ni en calidad ni en precio con los de Occidente.
La propia burocracia impedía el crecimiento de la producción, porque si un director de fábrica conseguía incrementar la producción más de lo previsto, en el siguiente plan se le exigiría más.
Además, no existían estímulos a la producción (primas), se ganaba lo mismo por trabajar mucho que poco, así que se tendía a trabajar lo menos posible (se había acabado la firmeza ideológica de los pioneros). Tampoco sirvió de mucho la introducción de estas primas a la producción en el IX plan quinquenal (1971-1975) ya que los trabajadores no encontraban en el mercado muchos de los productos que deseaban comprar.
En cuanto a la agricultura: se aumentaron los precios para que los campesinos tuvieran más beneficios y creció en un 25% la inversión en este sector, pero sólo se consiguió que los campesinos se dedicaran más a sus parcelas privadas. Desatendiendo sus labores colectivas en los cultivos estatales o cooperativos (sovjós y koljós).
La población no se moría de hambre, pero el 10% de la población se beneficiaba del 40% de la riqueza, lo que resultaba inadmisible en una sociedad construida sobre la base de una total igualdad económica entre sus miembros.
El estancamiento económico obligó a Brezhnev a pactar con EEUU una política exterior que le permitiera controlar los presupuestos militares, y en 1972 concluyó la ronda de conversaciones sobre limitación de armas estratégicas (SALT I).
LA SOCIEDAD Y LA ECONOMÍA SOVIÉTICAS ENTRE 1973 Y 1982. UN GIGANTE CON PIES DE BARRO
Tal y como hemos visto, el sistema socialista arrastraba en todas partes graves problemas económicos, agudos problemas políticos y crecientes problemas sociales. Todos sus antiguos problemas se habían hecho más grandes con el paso del tiempo, debido sin duda a la falta de flexibilidad y a la extrema rigidez de los sistemas socialistas que no pudieron evolucionar de acuerdo con los tiempos. El control que la burocracia, el partido y el ejército tenían sobre toda la sociedad habían impedido una y otra vez cualquier evolución.
Desde la intervención de la URSS en Checoslovaquia en el año 1968, se había desencadenado una marea incontenible por todas partes: las reivindicaciones nacionalistas (en países bálticos y Ucrania), el estancamiento económico, la crisis social y sobre todo, la inacción y la desidia por parte de toda la sociedad soviética minaron los cimientos de la segunda potencia mundial. Cuando en 1986 se intentaron hacer verdaderas reformas, ya era demasiado tarde.
LA ECONOMÍA
Hasta 1973 la Unión Soviética fue creciendo económicamente a un ritmo que finalmente lograría la convergencia con los Estados Unidos y Europa occidental. En 1973, el proceso de ponerse al día con el resto de Occidente llegó a un abrupto final, y este año es considerado como el inicio de la era de estancamiento. El comienzo del estancamiento coincidió con una crisis financiera en Europa occidental y los Estados Unidos. A principios de 1970, la Unión Soviética tenía la capacidad industrial más grande del mundo y producía más acero, petróleo, hierro, cemento y tractores que cualquier otro país. Antes de 1973, la economía soviética se estaba expandiendo a un ritmo más rápido, por un pequeño margen, que la de los Estados Unidos. La URSS también mantuvo un ritmo constante con las economías de Europa occidental. Entre 1964 y 1973, la economía soviética se situó en aproximadamente la mitad del PIB per cápita de Europa occidental y un poco más de un tercio del de los Estados Unidos.
Sin embargo, las crisis del petróleo (1973 y 1979), que fueron un grave quebranto para el capitalismo, beneficiaron a la URSS, que era el mayor productor del mundo. La subida de precios hizo que la riqueza entrara a raudales, pero el sistema soviético fue incapaz de reestructurarse y la utilizó para ampliar su política de siempre: intervino en Angola y Mozambique y se embarcó en la costosa aventura de invadir Afganistán y en una nueva carrera para igualarse en armamento con EEUU.
Esta riqueza imprevista no se invirtió en nuevas tecnologías de ahorro energético ni en aumentar y abaratar la extracción de petróleo, y así, en los años ochenta, Europa Oriental, abastecida de energía por la URSS, sufría una escasez energética que le obligó a buscar otros proveedores.
LA ECONOMÍA DE LA URSS EN LOS AÑOS 70
EL PETRÓLEO EN LA URSS
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LA SOCIEDAD
Y los problemas no eran solo económicos. La era Brezhnev había traído males aún mayores, porque había consolidado el poder de la nomenklatura, esa «casta» dominante que ocupaba los puestos de responsabilidad en todas partes y que eran siempre los mismos: dirigentes del partido comunista, que ocupaban a la vez las instituciones del Estado, las direcciones de las fábricas o la dirección de los planes quinquenales, puestos desde los que controlaban las inversiones, la producción, los beneficios, la riqueza del país, en suma. Esta élite, entre la que se encontraba también la jerarquía del ejército soviético, hacía siempre fracasar las reformas y así conservaba sus muchos privilegios, como altos sueldos, mejor sanidad, productos de consumo y viviendas privilegiadas.
La “rigidización” social se convirtió en una característica común en la sociedad soviética. Durante la época de Stalin en las décadas de 1930 y 1940, un trabajador común podría esperar el ascenso a un puesto de trabajo administrativo si estudiaba y obedecía a las autoridades soviéticas. En la Unión Soviética de Brézhnev no era el caso.
LA NOMENKLATURA
Los poseedores de los puestos atractivos se aferraban a ellos el mayor tiempo posible; la mera incompetencia no fue considerada como una buena razón para despedir a nadie. De esta manera, también la sociedad soviética de Brézhnev pasó a convertirse en «estática».
Para Brezhnev resultó más cómodo «engrasar» esa maquinaria que recortar sus poderes, pues era imposible llevar a cabo ninguna política sin el apoyo de esa nomenklatura, entre la que existía un sistema de sobornos y de corrupción que acabó pudriendo todo el sistema.
Para entonces había crecido ya de forma incontrolable el mercado negro, que hacía que las familias tuvieran que comprar algunos productos de primera necesidad a precios altísimos.
El crecimiento de la población estaba estancado, aumentaba la mortalidad entre los varones adultos debido al alcoholismo, mientras que la mortalidad infantil (22%) cuadruplicaba la de los países occidentales y el consumo per cápita descendía constantemente.
En 1973 muchos miembros de la nomenklatura y ciudadanos comunes eran menores de cincuenta años y por lo tanto, no habían participado ni apenas recordaban la herencia de la Gran Guerra Patria (la victoria contra la invasión nazi en la Segunda Guerra Mundial). Las generaciones de los revolucionarios de 1917 habían desaparecido casi en su totalidad y además el mundo socialista estaba dividido (alejamiento con China, Albania, Yugoslavia…).
Las nuevas generaciones ya no creían que fuese una misión histórica el mantener el sistema soviético, ni que fuese necesario hacer la revolución mundial, se limitaban a vivir en el país en que habían nacido, aprovechando las oportunidades que éste les brindaba. Muchos, en el fondo de su alma y aunque no les estuviera permitido decirlo, identificaban la libertad con las posibilidades infinitas de consumo que el capitalismo occidental brindaba a sus ciudadanos. Frente a ello, valoraban poco logros como el que el 75% de la población tuviera estudios secundarios, el acceso universal a la sanidad, la subvención a ciertos ciertos producto básicos, el espectacular avance científico y tecnológico… les parecía una cosa «natural».
LA SOCIEDAD SOVIÉTICA DE LOS AÑOS 60, 70 Y 80 EN IMÁGENES
La disidencia y la cultura no oficial seguían siendo perseguidas. En los años 70 este problema se hizo cada vez más evidente y criticado desde occidente, donde comenzaron a conocerse con detalle los crímenes perpetrados por Stalin o las persecuciones de las que eran objeto intelectuales como Solzhenitsyn o Sájarov, que recibieron el premio nobel de la paz en 1970 y 1975 respectivamente.
DOS DE LOS DISIDENTES SOVIÉTICOS MÁS CONOCIDOS DE LOS AÑOS 70
LOS DERECHOS HUMANOS EN LA URSS DURANTE LOS 70 Y LOS 80
Otro problema político que se agudizaba constantemente era el de las distintas naciones que componían la URSS querían mayor autonomía, especialmente las tres repúblicas bálticas (Letonia, Lituania y Estonia) y Ucrania.
Sesenta años después de la revolución, el poder seguía en manos de Rusia, que se resistió hasta el final a compartirlo con el resto de las repúblicas federadas que formaban la URSS, aunque la población de las repúblicas asiáticas crecía más deprisa que la de Rusia.
La Constitución de 1977 amplió los poderes de Moscú y se estableció la costumbre de nombrar en cada república, además de un secretario local, un responsable de la KGB y un segundo secretario rusos. Se perdió así la oportunidad de organizar el Estado multinacional flexible, por lo que la crisis de la URSS llevará inmediatamente a la desintegración territorial.
B8/2.1. Describe los rasgos políticos y socioeconómicos de la URSS desde la época de Breznev hasta la de Gorbachov.
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