EL NUEVO PROCESO PRODUCTIVO
La fábrica aumentaba y agilizaba extraordinariamente el proceso de producción. El incremento de la productividad dependía de la utilización del trabajo humano, cuya coordinación con la máquina permitía la producción en grandes cantidades y la sustitución de una fabricación de encargo por la producción en serie para un mercado potencial, pero con toda seguridad creciente, que iba a proporcionar mediante la compra de lo producido, el beneficio necesario para poder seguir invirtiendo y generar un enriquecimiento definitivo de los propietarios de los medios de producción y del capital necesario para su compra.
La lógica del sistema era aplastante, ¿qué podía fallar? La fábrica permitía producir más barato y más rápido y en la mayor parte de los casos con mejor calidad que los artesanos. Pero había un factor que desestabilizaba el sistema: el factor humano. Para evitar el fallo en este eslabón de la cadena productiva había que conseguir la más eficaz organización del trabajo humano. Surgía así la sustitución del antiguo dueño por un empresario que, aunque pudiera seguir siendo propietario, debía ocuparse preferentemente de la organización y correlación entre capital, medios de producción, trabajo y mercado. Este empresario debía prever la demanda que iba a haber para contratar un determinado número de trabajadores, materia prima, máquinas… que produjeran lo más rápido y barato posible para vender la producción.
Una situación tan ideal respondía a la obligada racionalización de la producción y del trabajo, en espacial del segundo, puesto que la fábrica necesitaba máquinas funcionando a pleno rendimiento y trabajadores perfectamente organizados.
Con estas premisas en 1840 comenzaba a resultar obsoleta la vieja idea de A. Smith que en 1776 exaltaba la división del trabajo manual como forma de perfeccionamiento, especialización y aumento de la productividad y de la producción.
Lo más difícil y complejo de regular en este proceso era el trabajo humano. Más aún, si tenemos en cuenta que el proceso de industrialización y las nuevas formas de trabajo debieron ser necesariamente traumáticas. Fue necesario plegar una mano de obra de origen campesino o artesanal a la “ley de la fábrica“, a sus horarios imperativos, a la consideración del tiempo de trabajo como algo rigurosamente medido hasta convertir a los hombres en “fuerza de trabajo“.
Era imperativo mejorar los rendimientos, abaratar costes, rebajar los precios, en definitiva: luchar en un mercado cada vez mas competitivo. Solo había dos caminos:
- Invertir en innovación y comprar o crear nuevas máquinas que aceleraran y mejoraran el proceso
- Abaratar los costes de producción bajando los salarios en virtud del excedente de mano obra
Además, el nuevo estado liberal evitaba a toda costa legislar en favor de un sector social incapaz de alcanzar ningún tipo de cotas de poder. El estado estaba copado por liberales y aristócratas que usaban los resortes de poder que brindaba el estado para proteger sus inversiones y producciones. A modo de ejemplo: la esclavitud se prohíbe en el Reino Unido en 1834 y en España (Cuba y Puerto Rico) no será abolida hasta 1880, el trabajo infantil será permitido hasta bien entrado el siglo XX y aunque regulado permitirá a los empresarios ahorrar salarios completos, la situación de la mujer no será mucho mejor.
Este proceso dejará en una situación de total dependencia a los trabajadores con respecto a los patronos y del igual modo al trabajo con respecto al capital.
LA REVISIÓN DEL CAPITALISMO CLÁSICO
En la segunda mitad del siglo XIX, los efectos sociales de industrialización comenzaron a suscitar preocupación en los teóricos liberales, que toman conciencia de la amenaza a la paz social y a la estabilidad que supone la situación de las masas empobrecidas de las ciudades industrializadas a las que no acaba de llegar la prosperidad y el aumento de los salarios. La adopción de restricciones al libre mercado y la aparición de nuevos movimientos que buscaban las mejoras en las condiciones sociales y laborales de los trabajadores obligó a replantear la teoría liberal.
Esta revisión se fundamentó en el contacto con las clases medias y bajas y en nuevas corrientes de pensamiento que comenzaban a circular por Europa, podemos dividir esta evolución en dos fases: la primera encabezada por John Stuart-Mill, puente con el liberalismo clásico y la segunda por los idealistas de Oxford, fundamentalmente Thomas Hill Green.
JOHN STUART-MILL (1806-1873)
- Respeto a los seres humanos
- Acepta la libertad política y social como un bien en sí mismo porque la libertad es la condición propia de un ser humano responsable. Una buena sociedad debe ser la que permita la libertad y la oportunidad de formas de vida libres y satisfactorias
- El estado liberal debe legislar para crear, aumentar o igualar las oportunidades.
- Defensa de la liberación femenina. Su libro El sometimiento de las mujeres de 1869 es una de las obras más antiguas en el campo del feminismo defendido por hombres.
Además, es destacable el hecho de que fuera uno de los primeros intelectuales liberales que habló de las consecuencias de un crecimiento ilimitado de los estados para el medioambiente:
“No puedo, por lo tanto, considerar los estados estacionarios de capital y riqueza con la aversión no afectada tan generalmente manifestada por economistas políticos de la vieja escuela”….
“Si la tierra debe perder la gran parte de su placidez que le debe a cosas que el aumento ilimitado de riqueza y población extirparía de ella, con el mero propósito de permitirle sostener a una población más grande, pero no una mejor o más feliz. Sinceramente espero, por el bien de la posteridad, que se contenten con estar estacionarios, mucho antes de que la necesidad los obligue a ello”.
Stuart Mill creía que el estado “estacionario“, el que no crecía ni entraba tampoco en crisis era el ideal para no acabar con el entorno.
LA ESCUELA IDEALISTA DE OXFORD: THOMAS HILL GREEN (1836-1882)
Será esta escuela, encabezada por Thomas Hill Green la que proponga consideraciones como las siguientes:
- La naturaleza humana es social y la participación del individuo en la misma, es la más elevada forma de desarrollo personal
- Política y economía están intrínsecamente relacionadas y deben contribuir al bienestar general de la sociedad
- El Estado se convierte en un factor que debe asegurar la educación y la salud públicas y alentar el desarrollo de los sindicatos, cooperativas y sociedades mutualistas.
- El liberalismo debe buscar un bien general que sirva de norma a la legislación.
- El gobierno debe actuar como garante de una sociedad libre, reglamentando y controlando, pero llevando al mínimo el uso de la violencia, aunque este debe existir para neutralizar otras formas de coacción menos tolerables.
Este proceso de revisión del capitalismo clásico culmina con la Sociedad Fabiana (1884) que preconizan la nacionalización de las industrias básicas y el control de la producción y la distribución en aras de la justicia social. Así mismo, otorgan al Estado el papel legislativo y administrativo para corregir los abusos de la empresa privada.
LAS PRIMERAS CRISIS CAPITALISTAS
Hasta bien entrado el siglo XIX las crisis que la humanidad había sufrido eran básicamente de subsistencia, esto significa que en un momento dado y por diferentes motivos, las cosechas no eran buenas y la poca producción que había se encarecía e imposibilitaba que las personas más pobres pudieran comprar los productos más básicos, produciéndose grandes hambrunas. Una de las últimas hambrunas de este tipo que tuvo lugar en Europa se dio en Irlanda en la década de 1840.
Posteriormente comenzarán a producirse las primeras crisis relacionadas con la industrialización y el mundo financiero, en un primer momento estas crisis se circunscribirán a países concretos o a zonas bien delimitadas (pánico de 1857 en los EEUU o crisis de 1866 en España).
Pero a partir de 1870 y hasta 1914 se desarrolla la primera época de globalización económica. Nunca antes habían sido tan amplios e intensos los flujos internacionales de comercio y capitales, y fueron acompañados además por intensas migraciones internacionales, en especial de Europa hacia las Américas. Podría decirse que éste fue el periodo en el que el capitalismo se impuso a nivel mundial como sistema económico dominante gracias una revolución financiera a gran escala. Al mismo tiempo, esta fue una época de fuerte impulso a los flujos internacionales de capitales europeos, que fueron creando un tejido cada vez más complejo y extenso de las finanzas internacionales.
Todo esto no estaba basado en un equilibrio perfecto sino en una dinámica que podía desestabilizarse a partir de las debilidades internas de los mercados más importantes o por los efectos de un “shock” externo. Por ejemplo, las grandes especulaciones bursátiles de los años de 1867 a 1872 generaron condiciones propicias para una eventual explosión.
El resultado fue el colapso internacional de 1873, que se conoció como Pánico de 1873, que podría ser considerada la primera crisis a nivel mundial. Una crisis desencadenada en los EEUU afectará a todo el planeta.
Menos graves, pero también destructivos, fueron los sucesivos pánicos bancarios y financieros de 1882, 1890, 1893, 1907 y 1914.
CRISIS PREVIAS A 1873
Desde principios del siglo XIX se produjeron diversos pánicos bancarios y bursátiles en Europa y Norteamérica, algunos de los cuales impactaron en varios mercados a la vez. La temprana crisis financiera que se desató en Londres a fines de 1825 fue calificada por el propio Karl Marx como la primera crisis del capitalismo.
Después sobrevinieron los colapsos de 1837, de 1846 a 1847, 1857 y 1866, en una secuencia que dio pie a la constatación de que las crisis eran periódicas. La quiebra de bancos y de destacadas casas mercantiles en centros financieros de gran importancia como Londres, París, Nueva York o Hamburgo tuvieron el efecto de restringir el crédito que lubricaba el comercio internacional. Pero su impacto variaba de país en país.
En octubre de 1857, la crisis comenzó en Londres y se transmitió con rapidez a Hamburgo en noviembre; un par de meses más tarde ya afectaba a los corresponsales de las casas comerciales inglesas y germanas en distintos puertos de Sudamérica.
En 1866, la quiebra de la poderosa casa financiera de Overend-Guerney en Londres afectó a los mercados financieros en Europa central y en Italia, pero las consecuencias fueron especialmente duras en España, donde colapsaron la mayor parte de los bancos en Barcelona, Cádiz y Santander, entre otras ciudades.
PÁNICO DE 1873
El pánico de 1873 es la primera de las grandes depresiones o crisis sistémicas del capitalismo de alcance mundial. Se desencadenó en Estados Unidos por la quiebra de la entidad bancaria Jay Cooke and Co. y a la caída de la Bolsa de Viena el 9 de mayo de 1873. Supuso el inicio de una dura depresión económica de alcance global, conocida como “La Larga Depresión de 1873″, que perduró hasta el año 1879, coincidiendo con el fin de la Primera Revolución Industrial y el inicio de la Segunda.
La causa directa de esta crisis tuvo lugar en septiembre del año 1873. El banco de inversiones Jay Cooke & Co., como muchas otras entidades bancarias, había realizado importantes inversiones en el sector ferroviario. En 1870, el Ferrocarril del Pacífico Norte (Northern Pacific Railway) encargado de la construcción del segundo ferrocarril transcontinental de Estados Unidos, tenía, como único inversor a la Jay Cooke & Co., a la que le fue imposible vender estos bonos entre los inversionistas y terminó con el control de una participación del 75% en la empresa ferroviaria, excesivo para el banco.
Cuando esta participación se hizo pública, los inversionistas comenzaron a retirar dinero de Jay Cooke & Co. y el 18 de septiembre, la empresa se declaró en bancarrota. El pánico se extendió por los EEUU y pronto llegó a Europa. En esos años los bancos de inversión necesitaban mucho capital para las empresas a las que daban créditos ya que éstas se estaban expandiendo, pero la crisis hizo que los recursos que necesitaban para financiar ese crecimiento fueran cada vez más escasos. Las consecuencias fueron las siguientes:
- La agricultura europea sufrió en muchos países la competencia de productos (cereales, lana) más baratos que llegaban desde Ultramar, a bordo de transportes cada vez más baratos.
- Marcó el fin del período de supremacía económica británica y del liberalismo, de la expansión basada en el algodón, el carbón, la siderurgia y el ferrocarril.
- El descubrimiento y difusión de nuevas fuentes de energía (electricidad y petróleo), nuevas técnicas (motores de combustión, dinamos eléctricas, radio), nuevos sectores industriales (química y electricidad) o nuevas formas de organización de la industria (cárteles o trust) permitieron a algunos países salir de la crisis en mejores condiciones e iniciar una Segunda Revolución Industrial.
- El imperialismo, la expansión económica y militar de Europa en otros continentes, será otra de las vías para tratar de superar la crisis.
- El mercado se saturó por la superproducción y la caída de los precios de los productos industriales, provocando deflación.
- Surgimiento de Estados Unidos como potencia económica.
- La abundancia de máquinas hace caer los costes laborales, agudizándose los conflictos sociales y se desarrolló fuertemente el sindicalismo ante los frecuentes abusos patronales: largas jornadas, trabajo infantil y femenino, condiciones insalubres y paro. El auge del sindicalismo corrige el desequilibrio social del capitalismo y facilita el desarrollo de la Segunda Revolución Industrial.
- Esta crisis es una crisis del mercado, que hasta entonces no estaba regulado, y surge el Proteccionismo. Vuelven los privilegios y los monopolios. El gran momento del librecambio, entre las décadas de 1850 a 1870, fue efímero,
¿POR QUÉ SE DESENCADENARON ESAS CRISIS?
Las explicaciones más generales de aquellas crisis financieras de fines del siglo XIX y principios del siglo XX enfatizan la secuencia de “auge y caída“ como característica del capitalismo liberal. Además, las relaciones entre las bolsas y los nuevos sistemas bancarios provocaba que cuando la desconfianza se apoderaba de los bancos y diversas firmas financieras, la venta de activos podía provocar pánicos bursátiles. De la liquidez se pasaba a la insolvencia. Las consecuencias para todo el sistema crediticio y para la economía en su conjunto solían ser muy graves.
El hecho de que no existieran entidades como el Banco de España o el Banco de Europa que regularan y respaldaran a los bancos y entidades financieras hacía muy complicado controlar estas crisis. Además, en aquella época no había una moneda como el dólar que servía de referencia, sino que se usaba el patrón oro.
Este patrón oro daba confianza a los clientes de los bancos y a los inversores internacionales de que podían recuperar sus ahorros en en forma de oro en cualquier circunstancia. Pero la convertibilidad a oro de los billetes bancarios imponía restricciones fuertes ya que cuando estallaban las crisis el oro emigraba del país y los bancos no podían dar sus clientes su dinero en oro. Ante estas situaciones el estado no tenía muchas herramientas para ayudar a los bancos como ahora. Como mucho, los ministros de finanzas podían llegar a ofrecer algún apoyo puntual a determinados bancos e intentaban cierta coordinación de acciones, pero el liberalismo clásico no autorizaba una intervención gubernamental masiva. Las crisis, por consiguiente, eran frecuentes, aunque también diferentes en sus características.
El marxismo desarrolló la “teoría de las crisis cíclicas“. Marx llegó a la conclusión de que el enorme poder inherente al factory system (el sistema de producción que hemos visto más arriba) y su dependencia de los mercados, necesariamente lleva a un incremento de la producción que los satura, disminuyendo los precios y produciendo la paralización de la producción; en una repetición de periodos de actividad moderada, prosperidad, superproducción, crisis y estancamiento.
TRABAJO GRUPAL DE LA 1ª EVALUACIÓN
- La temática tiene que versar sobre la presente Unidad 5: El capitalismo y el movimiento obrero
- El trabajo tendrá que ser presentado en clase obligatoriamente
- ¿Cómo se va a evaluar?
- Relación con la unidad didáctica 10%
- Originalidad del tema 10%
- Creatividad en el desarrollo del trabajo e informe final 40%
- Presentación en clase 40%
- Como veis es muy importante ser originales y creativos. A la hora de elegir el tema no os conforméis con hacer un trabajo sobre Marx o sobre Bakunin, es lo que hace todo el mundo. Buscad temas concretos, aspectos originales relacionados con la lucha obrera. Antes de poneros manos a la obra, consultadlo conmigo:
- Una huelga en la que murieron muchos obreros o a través de la que se consiguió algún logro laboral.
- El motivo por que se celebra el 1º de mayo o el 8 de marzo
- Buscad mujeres que aportaron tanto como Marx, Engels o Bakunin a la lucha obrera, el caso más conocido es el de Rosa Luxemburgo, pero hay muchas más.
- Ejemplos de aplicación del anarquismo, que al contrario que el marxismo nunca se hizo con el poder en ningún país…
- No os limitéis a buscar temas que tuvieron lugar en España o en países cercanos, ampliad el radio de acción: Sudamérica, Japón, EEUU…
- En cuanto a los límites cronológicos, no los hay, si encontráis un tema bueno que esté relacionado con la lucha obrera y esté ambientado en el siglo XX, adelante, si tuvo lugar en el silgo I a.c, adelante también, pero este último caso habría que justificarlo muy bien.
- Por último, pero lo más importante: LA PRESENTACIÓN. Están prohibidos los PowerPoint de toda la vida, sed creativos, haced algo diferente, que llame la atención, no tiene que durar toda la hora ni mucho menos, pero tiene que ser recordado por vuestros compañeros:
- Coged un cuadro que represente la lucha obrera y recrearlo en clase disfrazándoos y explicando el cuadro.
- Haced un vídeo-montaje en el que hagáis de obreros que luchan por sus derechos.
- Montad un programa de televisión en clase y que los invitados sean Marx y Bakunin y se pongan a discutir de sus ideas.
- Haced una web o una aplicación informática…
- Podemos bajar al patio si hace falta, ir al aula de informática…
LA CREATIVIDAD Y LA PRESENTACIÓN SERÁ LO MÁS VALORADO.
Después de la presentación deberéis entregar un escrito de entre 8 y 10 caras explicando:
-
- Porque habéis elegido ese tema
- Qué relación tiene con la unidad didáctica
- Un breve resumen del acontecimiento, semblante del personaje o del tema elegidos, añadiendo gráfico, imágenes…
- Porque lo habéis presentado de esa manera
- Tendréis que añadir fotos del proceso de realización del trabajo y de la presentación, que se vea que habéis participado todos o incluso vídeos colgados en YouTube…
- Y un diario en el que aparezca que habéis hecho en los días que os habéis reunido y que ha hecho ese día cada uno
- Este escrito representa el 10% de la nota: relación con la unidad didáctica.
LA PELÍCULA GERMINAL REPRESENTA A LA PERFECCIÓN LA TERRIBLE SITUACIÓN DE LOS OBREROS EN EL SIGLO XIX Y COMO SE ORGANIZAN PARA DEFENDER SUS DERECHOS, ASÍ COMO LA SOLIDARIDAD QUE NACE ENTRE ELLOS.