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ORIGEN Y EXPANSIÓN DE LA ILUSTRACIÓN
La Ilustración se inició en el período 1680-1730 en Inglaterra y las Provincias Unidas, y se difundió posteriormente a Francia y algunas regiones de Italia y de los Estados alemanes. Desde mediados del siglo XVIII, su expansión se generalizó por toda Europa y Francia se convirtió en el centro de difusión del ideario ilustrado. A las ideas acompañaron reformas en las grandes monarquías europeas: Prusia, Austria, España, Francia, Inglaterra, etc. Fue la época del “reformismo ilustrado”, que se desarrolló entre 1760 y 1789.
Los focos principales fueron las ciudades portuarias (Amberes, Londres o Hamburgo) y las grandes capitales de la Europa de aquel siglo: París, Viena, Madrid, Lisboa, Berlín o San Petersburgo. El mundo rural estuvo alejado de estos nuevos aires renovadores que traían los pensadores ilustrados.
La Ilustración fue un fenómeno europeo. Pero pronto sus ideas se extendieron por muchos de los territorios coloniales de las potencias europeas, especialmente por la América hispana y británica.
LAS BASES DEL PENSAMIENTO ILUSTRADO
La Ilustración fue un fenómeno con múltiples facetas. Sus postulados afectaron a casi todos los aspectos de la vida de las personas. Las características esenciales del pensamiento ilustrado fueron:
- El predominio de la razón como criterio de verdad frente a la tradición, lo sobrenatural y la superstición.
- La crítica como instrumento de censura de aquellos rasgos de la sociedad, la cultura o la religión que se oponían a la razón.
- La defensa de la autonomía del poder civil, que incluso debía controlar al poder eclesiástico.
- La tolerancia religiosa como expresión de la pluralidad de creencias y de ideas.
- Un elevado interés por la economía y el progreso material como medio para alcanzar la felicidad terrenal
- La educación como instrumento para difundir la razón, por lo que era conveniente que fuese dirigida por el Estado.
- El interés por las ciencias experimentales o “útiles” y el sentido práctico de sus avances
Fue una actitud global que postulaba una concepción de la vida cuyo centro era el ser humano, que debía liberarse de las limitaciones que le imponían la tradición social, el ejercicio de la política y el peso de la religión.
La felicidad aparecía como el gran logro alcanzable por cada ser humano como individuo y como ser social.
La mayoría de los ilustrados fueron creyentes y permanecieron fieles a sus creencias religiosas, aunque con ciertas dudas y críticas a la religiosidad popular, la superstición y las tradiciones. Unos pocos, sin embargo, hicieron abierta crítica a la religión, pues consideraban que negaba la razón y que era un instrumento del fanatismo y la intolerancia.
Los ilustrados defendían la libertad de comercio, lo que desarrollaría a la larga un pensamiento económico basado en la libertad de mercado; podríamos decir por lo tanto, que fue la base ideológica del liberalismo económico o capitalismo.
LOS PRÓCERES DE LA ILUSTRACIÓN
Las bases sociales de la Ilustración se hallaban en las “clases educadas“: aristócratas, sacerdotes y otros sectores del clero, médicos, funcionarios, militares, abogados y comerciantes. En esta corriente participaron las mujeres, aunque de forma minoritaria. El grupo que protagonizó este cambio ideológico lo formaban los “filósofos”: así se llamó en Francia al grupo que llevó a cabo la gran obra de la Enciclopedia y a otros ilustrados destacados.
LOCKE, EL PRECURSOR
John Locke (1632-1704), pensador y filósofo inglés, ejerció una gran influencia en el pensamiento político, social y religioso de la Ilustración europea. Sus obras fundamentales fueron el Ensayo sobre el conocimiento humano (1690), los Dos tratado sobre el gobierno civil (1690) y las Cartas sobre la tolerancia (1689).
Su obra fue el fundamento del liberalismo político. Criticó el absolutismo y defendió el derecho de rebelión frente a la tiranía. Pensaba que el poder debía dividirse: unos debían aprobar las leyes (poder legislativo) y otros debían gobernar (poder ejecutivo). Si el poder se usaba mal, los súbditos tenían derecho a rebelarse. Opinaba que los hombres son libres e iguales por naturaleza, pero para mantener esos principios era preciso un derecho político basado en un pacto social.
En su consecuencia, siempre que cierto número de hombres se unen en sociedad renunciando cada uno de ellos al poder de ejecutar la ley natural, cediéndolo a la comunidad, entonces y solo entonces se constituye una sociedad política o civil. Ese hecho se produce siempre que cierto número de hombres que vivían en el estado de naturaleza se asocian para formar un pueblo, un cuerpo político, sometido a un Gobierno supremo, o cuando alguien se adhiere y se incorpora a cualquier Gobierno ya constituido. Por ese hecho autoriza a la sociedad o, lo que es lo mismo, a su poder legislativo, para hacer las leyes en su nombre según convenga al bien público o de la sociedad, y para ejecutarlas siempre que requiera su propia asistencia (como si se tratase de decisiones propias suyas).
Eso es lo que saca a los hombres de un estado de naturaleza y los coloca dentro de una sociedad civil.
EL BARÓN DE MONTESQUIEU (1689-1755), EL HEREDERO DE LOCKE
Fue un aristócrata terrateniente del sur de Francia, admirador del sistema inglés hasta el punto de idealizarlo. Desarrolló un pensamiento muy elaborado con repercusiones que llegan a nuestros días. En su gran obra El espíritu de las leyes (1748), expone una de sus grandes doctrinas dirigida contra el absolutismo real en Francia, la doctrina de la separación y equilibrio de poderes, un mecanismo para poner freno al despotismo real, que se convirtió en un dogma desde la época de las revoluciones.
No era ningún revolucionario, sus ideas tendían a defender unos privilegios tradicionales frente al poder del monarca, para que el poder de la aristocracia prevaleciera sobre los demás. Tampoco entendía al pueblo como lo entendemos hoy; se esforzó en distinguir al “pueblo” formado por la burguesía de las ciudades, del populacho, al que nunca pensó capaz de participar en la vida política. Sin embargo, sus ideas, adaptadas convenientemente, serán enarboladas por los revolucionarios americanos y franceses y reflejadas en sus constituciones.
Hay en cada Estado tres clases de poderes: el poder legislativo, el poder ejecutivo de los asuntos que dependen del derecho de gentes y el poder ejecutivo de los que dependen del derecho civil.
Por el poder legislativo, el príncipe, o el magistrado, promulga leyes para cierto tiempo o para siempre, y enmienda o deroga las existentes.
Por el segundo poder, dispone de la guerra y de la paz, envía o recibe embajadores, establece la seguridad, previene las invasiones.
Por el tercero, castiga los delitos o juzga las diferencias entre particulares. Llamaremos a este poder judicial y al otro, simplemente, poder ejecutivo del Estado. […]
Todo estaría perdido si el mismo hombre, el mismo cuerpo de personas principales, de los nobles o del pueblo, ejerciera los tres poderes: el de hacer las leyes, el de ejecutar las resoluciones públicas y el de juzgar los delitos o las diferencias en tre particulares […].
VOLTAIRE (1694-1778)
No era un teórico, sino que le interesaba la aplicación práctica de las ideas. Se vió continuamente envuelto en problemas con la justicia por defender sus ideas, aunque también fue admirado por el pueblo.
Al igual que Montesquieu, creía que el sistema inglés era un digno objetivo para Francia, envidiaba su libertad religiosa, su amplia libertad de imprenta y la alta consideración que se tenía a los hombres de letras como él.
Abobinaba la injusticia, los prejuicios, la estupidez, la intolerancia y la superstición, todas ellas contrarias a la razón. Culpaba a la Iglesia católica de gran parte de los males de la época; con el tiempo se convertiría en un verdadero cruzado de la tolerancia religiosa.
Tras el temblor de tierra que había destruido las tres cuartas partes de Lisboa, los sabios del país no encontraron un medio más eficaz para impedir la ruina total que dar al pueblo un magnífico auto de fe: decidió la Universidad de Coimbra que el espectáculo de algunas personas quemadas a fuego lento y con grandes ceremonias, era un secreto infalible para impedir que la tierra temblase.
En consecuencia, se cogió a un vizcaíno convicto de haberse casado con su comadre, y a dos portugueses que, al comer un pollo, le habían quitado la grasa. Después de la comida vinieron a atar al doctor Pangloss y a su discípulo Cándido, al uno por haber hablado y al otro por haber escuchado […].
Ocho días después […]
Cándido fue azotado a compás mientras cantaban; el vizcaíno y los dos hombres que no habían querido comer grasa fueron quemados […]. Pangloss fue ahorcado […]. El mismo día la tierra volvió a temblar con un estruendo espantoso.
ROUSSEAU (1712-1778)
Era muy diferente; suizo, protestante, de origen humilde. En 1762 expuso la teoría del contrato social, que se convertiría en otro de los grandes mitos ideológicos de la política contemporánea. Sus ideas, más aún que las de Locke, contradicen el derecho divino de los reyes. Para él, el contrato es entre la gente misma y no un contrato entre gobernante y gobernados, como pensaba Locke.
Por lo tanto, el contrato social de Rouseau no era simplemente político, ya que en el que descansa la comunidad. Mediante este acuerdo, los individuos fundían su libertad individual en una voluntad general colectiva y convenían en aceptar las normas de esa voluntad general como decisivas; el soberano sería esa voluntad general y no la voluntad de sus miembros.
El problema era que Rousseau explicó con vaguedad detalles importantes acerca del funcionamiento en la práctica de sus ideas: cuál era exactamente la voluntad general y de qué modo podía conocerla el gobierno.
Según él, el contrato social garantizaba a la vez la igualdad y la libertad, que sólo podían realizarse en una comunidad de la que toda persona pudiera sentirse parte integrante y con un Estado en el que todos los hombres tuvieran un sentimiento de pertenencia y de participación.
Sin saberlo, Rousseau se va a convertir en el profeta de la democracia y del nacionalismo.
Lo que el hombre pierde por el contrato social es su libertad natural y su derecho ilimitado a todo lo que le tienta y puede alcanzar; lo que gana es la libertad civil y la propiedad de todo lo que posee. Para no engañarse en estas compensaciones, hay que distinguir bien la libertad natural, que no tiene otros límites que las fuerzas del individuo, de la libertad civil, que está limitada por la voluntad general, y la posesión, que no es más que el efecto de la fuerza o el derecho del primer ocupante, de la propiedad, que solo puede fundarse en un título positivo.
LA ENCICLOPEDIA
La enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios fue una empresa editorial, filosófica y científica aparecida en 17 volúmenes entre 1751 y 1766, llevada a cabo por Denis Diderot y Jean Le Rond D’Alembert dentro del espíritu de la filosofía de la Ilustración.
Diderot, como director del proyecto, manifestaba su ambición de hacer el inventario de todo el conocimiento humano. Diderot recurrió a autores conocidos de la talla de Montesquieu, Voltaire, Rousseau y otros grandes autores de la época. La Enciclopedia está marcada sobre todo por el interés de Diderot por la tecnología. El destinatario era el pueblo y, por lo tanto, los suscriptores eran intelectuales, eclesiásticos, nobles y parlamentarios.
UN PROYECTO FILOSÓFICO
El artículo «Enciclopedia», redactado por Diderot y situado al principio del primer volumen después del discurso preliminar de D’Alembert, define el programa global de la obra: el proyecto de la Enciclopedia era el de reunir todos los conocimientos adquiridos por la humanidad, su espíritu, una crítica de los fanatismos religiosos y políticos, y una apología de la razón y la libertad de pensamiento. Diderot aúna el proyecto enciclopédico con la filosofía, que tiene en este siglo su máximo desarrollo.
La corriente filosófica que mejor caracteriza la Enciclopedia es el empirismo, base fundamental de la filosofía de la Ilustración.
LA ESTRATEGIA EDITORIAL
Los editores establecieron un orden racional alfabético. Se basa en la clasificación de las facultades y las ciencias que estableció el filósofo inglés Francis Bacon. La novedad: Diderot utiliza las referencias (de cosas y de palabras) para que el lector pueda circular por esa selva de conocimientos.
Los capítulos dedicados a técnicas artesanales y oficios se encargan tanto de dar información acerca de cosas indudables como de disimular la vocación filosófica y antirreligiosa de la empresa.
LA BATALLA DE LA ENCICLOPEDIA
El primer volumen, del que se imprimieron 2.000 ejemplares, se envió a los suscriptores el 28 de junio de 1751. En el artículo «Autoridad política», Diderot ataca a Bousset y su teoría del origen divino de la realeza. En seguida la empresa recibió el apoyo de Malesherbes, Montesquieu, Voltaire y Madame de Pompadour. La Enciclopedia triunfó en toda Europa: Suiza, Italia, Inglaterra y Rusia se precipitaron a adquirirla.
En 1752 apareció el tomo II, que supuso un gran escándalo, por lo que su publicación tuvo que suspenderse y Diderot esconderse. Voltaire le propuso continuar el proyecto en Berlín a lo que Diderot se opuso. No obstante, en 1753 apareció el tomo III que fue condenado por el consejo del rey. Los tomos IV, V y VI se publicaron en 1754, 1755 y 1756 respectivamente. En 1757, cuando se publicó el tomo VII, la Enciclopedia tenía 4.200 suscriptores.
En 1759, se prohíbe definitivamente la Enciclopedia. En 1766 aparecieron los diez últimos volúmenes. El último de los once volúmenes de grabados apareció en 1772. Pero a partir del volumen VIII, se vieron sometidos a la censura del editor Le Breton, sin saberlo Diderot, que, no obstante, dejó que los volúmenes vieran la luz.
POSTERIDAD
La empresa de Diderot y sus colaboradores dio un gran impulso a la producción enciclopédica. Y permanece como símbolo del espíritu de la ilustración.
EL DESPOTISMO ILUSTRADO
¿QUÉ FUE?
El Despotismo ilustrado fue una forma del absolutismo en la cual el Gobierno actuaba en beneficio de los gobernados y no en su propio interés. En el siglo XVIII aparecen los primeros monarcas influenciados por las ideas ilustradas, destacan Carlos III en España, Federico II en Prusia o Catalina II en Rusia. Estas fuertes monarquías aumentaron el poder del Gobierno central, iniciaron la abolición del feudalismo, redujeron el poder de la nobleza y protegieron a la clase burguesa en auge en las ciudades. Estas reformas unificaron los territorios de las monarquía ilustradas y de los países de Europa y sentó los cimientos del Estado nacional moderno.
¿CÓMO EVOLUCIONÓ?
Durante el siglo XVIII, en la mayoría de los países europeos se habían impuesto monarquías absolutas. Los reyes de este siglo deseaban mantener e incluso ampliar su poder, pero, a la vez, eran conscientes de que sus países sufrían graves problemas económicos y sociales que había que resolver. Para conseguirlo, plantearon una política de reformas basadas en las ideas de una corriente filosófica nueva, la Ilustración. Por eso se habla de despotismo ilustrado para referirse a las monarquías absolutas del siglo XVIII.
El despotismo o absolutismo ilustrado del siglo XVIII se inscribía, pues, en la línea del absolutismo monárquico del siglo anterior, esto es, del reforzamiento del Estado y del desarrollo del capitalismo comercial en manos de una burguesía que proporcionaba administradores y financieros a la monarquía. El absolutismo ilustrado intentaba, por tanto, reforzar el poder del Estado sin cambiar ninguno de sus fundamentos. La política de reformas atacó varios frentes:
- Por una parte, se siguió intentando reforzar el Estado, centralizar la Administración, profesionalizar el Ejército y reducir el poder de los Parlamentos y otras instituciones.
- Por otra parte, se buscó mejorar la economía a través del desarrollo de la industria y el comercio, y del avance de la ciencia y la educación.
¿TUVO ÉXITO?
Sin embargo, ninguna de estas reformas alteró la base del Antiguo Régimen. El despotismo ilustrado intentaba reformar la sociedad sin cambiar sus estructuras, lo que a medio plazo se mostró imposible.
A PARTIR DEL SIGUIENTE TEXTO DE I. KANT Y DE LA TEORÍA DEL PRESENTE EPÍGRAFE, ENUMERA LAS IDEAS GENERALES DE LA ILUSTRACIÓN Y LAS IDEAS PARTICULARES DE LOS PRINCIPALES ILUSTRADOS (KANT, LOCKE, MONTESQUIEU, VOLTAIRE Y ROUSSEAU). PUEDES HACER UNA TABLA PARA ORGANIZAR LAS IDEAS:
¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN?
La Ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. […] La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena, permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía.
Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! […] Pero, en cambio, es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que se le deje en libertad; incluso, casi es inevitable. En efecto, siempre se encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos, hasta entre los tutores instituidos por la confusa masa […].
Sin embargo, para esa Ilustración solo se exige libertad y, por cierto, la más inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso público de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por doquier: ¡no razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El prestamista: ¡no razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! […]
Luego, si se nos preguntara ¿vivimos ahora en una época ilustrada?, responderíamos que no, pero sí en una época de Ilustración. Todavía falta mucho para que la totalidad de los hombres, en su actual condición, sean capaces o estén en posición de servirse bien y con seguridad del propio entendimiento, sin acudir a extraña conducción.
IMMANUEL KANT, Respuesta a la pregunta ¿Qué es Ilustración?, 1784
B1/4.1. Enumera y describe las ideas de la Ilustración y las ideas del Liberalismo de comienzos del siglo XIX.
REALIZA UN ESQUEMA CON LUCIDCHART CON LAS PRINCIPALES IDEAS DE LA TEORÍA DE ESTE EPÍGRAFE:
PROPUESTA PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL RELACIONADO CON LOS DERECHOS HUMANOS
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA ILUSTRACIÓN
Muchos de los valores de nuestra sociedad actual nacen o se fortalecen teóricamente durante la Ilustración, busca en la siguiente web, citas y autores que defendieran los derechos humanos durante la Ilustración, al menos 10 y relaciónalos con los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Recuerda comentar quien hizo esa afirmación y cuando, además de la importancia de la misma:
ADEMÁS DE EN LOS SALONES DE ALGUNOS NOBLES O RICOS BURGUESES, LA ÉLITE ILUSTRADA MÁS AGUERRIDA SE CONCENTRABA EN LAS ARMADAS DE PAÍSES COMO INGLATERRA, ESPAÑA O FRANCIA. LOS CONOCIMIENTOS TÉCNICOS NECESARIOS PARA PODER SER CAPITÁN DE NAVÍO O ALMIRANTE CONVIRTIERON A LA OFICIALIDAD DE LAS MARINAS EUROPEAS EN LA PUNTA DE LANZA DE LA ILUSTRACIÓN, ASÍ COMO EN SUS MEJORES DIVULGADORES ALREDEDOR DEL MUNDO.
Uno de esos marinos-ilustrado fue Antonio de Ulloa, un sevillano que llevó a cabo exploraciones, participó en decisivas batallas, fue el primer gobernador de la Luisiana española y llevó a cabo importantísimo hallazgos científicos.
Busca información en Internet sobre este personaje del siglo XVIII europeo y realiza una semblanza sobre el mismo, recuerda explicar en alguno de los apartados los motivos por los que podemos decir que Antonio de Ulloa fue un ilustrado.