EL NACIMIENTO DEL CAPITALISMO
La Revolución Industrial permitió el paso de una economía limitada y mercantilista a una economía liberal o capitalista, que se basaba en tres principios:
- La propiedad privada, libre y sin limitaciones.
- La libre empresa, la libre contratación de la mano de obra y la libre regulación del sistema productivo sin interferencias del Estado.
- Un mercado libre regulado solo por el beneficio y la ley de la oferta y la demanda, es decir, por el propio mercado (librecambismo).
BASES TEÓRICAS DEL CAPITALISMO: ADAM SMITH O EL OPTIMISMO DEL PROGRESO
El principal teórico del liberalismo clásico fue el escocés Adam Smith (1723-1790). Su obra central fue el “Ensayo sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones” (1776), donde formuló ideas novedosas:
- Lo que movía a las personas a actuar en economía era el interés individual.
- Esta doctrina apoyaba la iniciativa privada frente al Estado, que debía reducir su papel y dejar que la «mano invisible» del mercado, como la llamó Smith, dirigiera libremente la economía.
- El Estado debía limitarse a mantener la justicia, defender el territorio y hacer aquellas obras que la iniciativa privada no realizaba.
- Pensaba que si se dejaba actuar libremente a la iniciativa privada, se produciría un crecimiento continuo que beneficiaría a todas las personas.
- Smith defendió que la riqueza procedía del trabajo humano, y no de la acumulación de metales preciosos o de tierras.
- Adam Smith fue, además, quien primero estudió el aumento de la productividad como resultado de la división técnica del trabajo.
LAS CRISIS MALTHUSIANAS
[…] Afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre. La población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan solo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas.
R. MALTHUS, Ensayo sobre el principio de la población, 1798
LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SEGÚN ADAM SMITH
Este aumento considerable en la cantidad de productos que un mismo número de personas puede confeccionar, como consecuencia de la división del trabajo, procede de tres circunstancias distintas: primera, de la mayor destreza de cada obrero en particular; segunda, del ahorro de tiempo que comúnmente se pierde al pasar de una ocupación a otra, y, por último, de la invención de un gran número de máquinas, que facilitan y abrevian el trabajo […].
En primer lugar, el progreso en la destreza del obrero incrementa la cantidad de trabajo que puede efectuar, y la división del trabajo, al reducir la tarea del hombre a una operación sencilla, y hacer de esta la única ocupación de su vida, aumenta considerablemente la pericia del operario […]. En segundo lugar, la ventaja obtenida al ahorrar el tiempo que por lo regular se pierde al pasar de una clase de operación a otra es mucho mayor de lo que a primera vista pudiera imaginarse […]. En tercer lugar […] todos comprenderán cuánto se facilita y abrevia el trabajo si se emplea maquinaria apropiada. Sobran los ejemplos, y así nos limitaremos a decir que la invención de las máquinas que facilitan y abrevian la tarea parece tener su origen en la propia división del trabajo. El hombre adquiere una mayor aptitud para descubrir los métodos más idóneos y rápidos, a fin de alcanzar un propósito, cuando tiene puesta toda su atención en un objeto, que no cuando se distrae en una gran variedad de cosas.
ADAM SMITH, Ensayo sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, 1776
MALTHUS Y RICARDO: O EL PESIMISMO ECONÓMICO
Frente a la visión optimista de Adam Smith surgió un liberalismo más pesimista, que veía puntos débiles en el nuevo sistema capitalista:
- David Ricardo (1772-1823), en su obra Principios de Economía política (1817), formula la “ley de bronce de los salarios“, según la cual, la ley de la oferta y la demanda condena a los obreros a tener siempre un nivel de vida bajo, de mera subsistencia, puesto que los obreros aumentan en número y compiten entre ellos por los puestos de trabajo. Defendió las ventajas del librecambismo y la división internacional del trabajo (que los países o regiones se especializaran en producir ciertos bienes). Opinaba que era necesaria la libre circulación de productos agrícolas entre los países, en contra de las leyes que restringieron este comercio en el Reino Unido hasta 1846.
- Thomas Robert Malthus (1766-1834) Más pesimista aún puede considerarse la teoría de Malthus que, en su “Ensayo sobre el principio de la población“, afirma que no es posible la felicidad ni la prosperidad general, pues la humanidad está inmersa en una lucha por la supervivencia, debido a que la población crece mucho más deprisa que los recursos alimenticios. El auxilio de los gobiernos a los más pobres o débiles solo serviría para que creciera el sector de los desplazados por el sistema. La consecuencia de esto es que periódicamente se producía una fase de gran mortandad para volver a equilibrar la población y los recursos (crisis malthusiana). Para evitar la catástrofe proponía frenos «preventivos», como la reducción voluntaria de la natalidad.
EL COMERCIO INTERNACIONAL
Inglaterra contaba con una importante red comercial. Los cambios en su estructura se produjeron cuando la revolución se encontraba en plena expansión, pero su situación anterior influyó decisivamente en la Revolución Industrial. La influencia del comercio internacional tuvo su reflejo en varios aspectos:
- Dio acceso a Inglaterra a una serie de materias primas que facilitaron su desarrollo económico, posibilitando tanto una variada gama de productos elaborados como una amplia oferta de productos coloniales a Europa.
- Posibilitó una demanda continua para los productos británicos, lo que permitió colocarlos mejor en los mercados siendo más. competitivos. Agudizó su especialización en el sector secundario, lo que fue importante pues supuso una mejora continua en la calidad y un descenso en los costes de producción.
- Se implantó un sistema de libre comercio con un progresivo desmantelamiento de los monopolios.
- Aumentó el poder de compra en los países menos avanzados para adquirir productos británicos. Estos se aseguran un mercado, aunque por otro lado dificultaron el desarrollo industrial de estos países.
- El comercio internacional originó una acumulación de capital que contribuyó a financiar la expansión industrial, aunque ya en una segunda fase, tras la primera inversión originada en el campo.
Con la revolución industrial se producen dos tipos de modificaciones en el sistema comercial inglés:
Cambios en la estructura comercial por productos. El jugar principal será ocupado por productos como el algodón o el hierro, en lugar de la lana que ve reducido su volumen sobre el total de las exportaciones de un 85% en el S. XVIII a un 18% en 1855. Se incrementan las importaciones de productos alimenticios, ya que la especialización supuso un descenso de las inversiones en la agricultura, teniendo que importar trigo desde 1840. También aumentan las importaciones de materias primas desde las colonias para exportar posteriormente las manufacturas a Europa o a esas mismas colonias.
Cambios en la estructura geográfica del comercio. Antes del proceso industrializador, el comercio se realizaba básicamente con Europa, dirigiéndose a ella la mayor parte de las exportaciones debido a su mayor riqueza y accesibilidad. Poco a poco fue descendiendo la demanda europea, ya que en el continente se estaba iniciando también la industrialización y además la oferta de productos británicos colapsaba el mercado, restringiendo la capacidad de demanda.
EL SISTEMA FINANCIERO Y EL PAPEL DEL CAPITAL
La concentración de capital fue fundamental para la formación y posterior desarrollo de las empresas. En principio, antes del despegue económico, el capital que da origen a los comienzos de la industrialización procede de las pequeñas inversiones de la industria textil y del incremento de la productividad agrícola.
Hay varias razones que explican el por qué se produjo esa inversión inicial. Por un lado, está el desinterés inicial de entrada del capitalista tradicional por este proceso, por otro, que se tenían las pequeñas cantidades de capital necesario para el inicio y, por último, que estas pequeñas empresas produjeron fuertes beneficios.
En un primer instante la financiación es personal e individual. La demanda de capital en estos instantes es escasa y dispersa los altos índices de beneficios se lo permiten. El nuevo empresario que surge mira a las instituciones con recelo y con miedo por el endeudamiento al solicitar créditos, lo que supone una dificultad para el desarrollo de la industria.
El desarrollo empresarial demostraría que la autofinanciación era insuficiente para mantener el crecimiento, con una necesidad de inversión cada vez mayor par mantener la competitividad.
LOS BANCOS
Había dos tipos de bancos:
- Los provinciales, que eran depositarios de dinero y efectuaban pagos, y aunque en ocasiones daban créditos a la industria estaban muy desconectados de la misma
- El banco central, que financia proyectos gubernamentales y estaba orientado a la actividad comercial.
El cambio generado por la Revolución Industrial determinó una transformación en la demanda de capitales, que se va haciendo cada vez mayor. Llegando a su máximo nivel entre los años 1830 y 1870 por la aparición del ferrocarril, que requiere grandes desembolsos de capitales. Estos cambios se dejarán sentir en los bancos, los cuales mostrarán interés por los beneficios de la industria. Intervendrán directamente en la actividad industrial, estableciendo una relación de mutua dependencia entre banca e industria que crecerá a ritmo paralelo y estará presente durante todo el S. XIX. Llegarán a crear industrias propias e intervendrán en la actividad industrial por medio de las acciones.
LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS
En Inglaterra durante el S. XIX nace otro instrumento de financiación, las Sociedades Anónimas por acciones, que se convertirán en un instrumento clave del desarrollo.
La S.A. presenta una doble ventaja para la industria y para los accionistas: moviliza considerable capital procedente generalmente de los pequeños ahorros, destinado a cubrir las necesidades del momento y reduce el riesgo a la cantidad de capital invertido, sólo el valor de la acción comprada (principio de responsabilidad limitada). Los accionistas no están obligados a ocuparse del empleo de su capital, de ello se ocupan los directivos, limitándose el inversor a recoger los beneficios.
El sistema se extendió también al sector bancario. Los bancos se convierten en S.A. Los empresarios pueden acceder a los consejos de administración pudiendo participar directamente en la política de inversiones. Se crean así sociedades de crédito y bancos hipotecarios, lo que supuso un aumento de las inversiones. La aparición de las S.A. impulsará fuertemente a la bolsa, intermediario más importante entre la industria, los inversores y las instituciones financieras.
LA SOCIEDAD DE CLASES
Tal y como vimos en el tema 1, en la antigua sociedad que, en líneas generales, había pervivido desde la Edad Media, los estamentos superiores eran la nobleza y el clero. Son estamentos privilegiados que tienen reservados para sí los cargos públicos.
La ley amparaba sus privilegios:
- La propiedad de la tierra (la base de su riqueza) estaba vinculada, es decir, no podía repartirse ni enajenarse.
- Nobles y clérigos consideraban deshonroso el trabajo
- Tenían derecho a recaudar impuestos en las tierras de su dominio.
El símbolo más claro del privilegio era la exención de impuestos. El pago de impuestos se consideraba una ofensa, pues la función del noble era la guerra y la del clérigo la oración. Las altas jerarquías de la Iglesia eran permanentemente ocupadas por miembros de familias nobles.
Frente a estos dos estamentos privilegiados, que eran una minoría de la población, se situaba la inmensa mayoría, agrupada en un solo estamento: el Tercer Estado o Estado llano, que en el siglo XVIII estaba compuesto por gente muy heterogénea.
A lo largo de los siglos anteriores y hasta la Revolución industrial, el poder económico de la gran burguesía había ido creciendo. Los grandes negocios del comercio colonial y de la trata de esclavos habían enriquecido sin límites a los comerciantes, los negocios de fabricación habían enriquecido a los industriales,y ambos habían hecho prosperar a los banqueros que, buscando beneficio a su dinero, apoyaban los negocios más rentables. De este modo empezaron a darse situaciones muy contradictorias:
- Desde el siglo XVI, las monarquías, cada vez más endeudadas por las empresas guerreras y los gastos del Estado, recurrieron a los banqueros y con frecuencia los ennoblecieron a cambio de favores económicos.
- En Francia, los burgueses ricos llegaron a tener cargos palaciegos hereditarios (nobleza de toga) como pago a adelantos de dinero a la corona.
- En el siglo XVIII, los ejércitos con que los Estados europeos llevaban a cabo las grandes expansiones territoriales, sus guerras dentro y fuera de Europa,ya no eran los ejércitos de los nobles, sino ejércitos de leva y profesionales. De este modo dejó detener sentido alimentar a la nobleza a través de los impuestos a cambio de que defendiera a la sociedad en las guerras.
Los cambios sociales son lentos, de larga duración, de tal manera que la vieja sociedad tenía ya muchas fisuras cuando llegaron los grandes cambios políticos (revoluciones liberales) y económicos (Revolución industrial) a toda Europa.
En Reino Unido, pionera de los cambios políticos y económicos, también se produjeron los más profundos cambios sociales. En los siglos XVII y XVIII, la nobleza inglesa se incorporó a los nuevos negocios agrícolas e industriales y tuvo buena relación con los banqueros, fabricantes y comerciantes. Muchos «segundones» de familias nobles se dedicaban a tan rentables actividades y la gente que había triunfado en ellas por su buena fortuna o su talento era admitida en los ambientes de la «buena sociedad» y en el poder, aunque fueran de origen humilde.
Cuando la tierra dejó de ser la fuente principal de riqueza en cada país, la nobleza, cuyo poder económico se basaba precisamente en la propiedad de la tierra, perdió importancia social. Los pilares de las nuevas economías eran los burgueses enriquecidos por los nuevos negocios.
En Francia y otros países, estos burgueses sostenían económicamente al Estado y a la Corona, mientras la vieja nobleza seguía monopolizando el poder político. Los burgueses querían dejar de alimentar gente improductiva y sobretodo, querían el poder y accedieron a él por medio de revoluciones y de pactos que barrieron los antiguos privilegios y ordenaron la sociedad de una forma nueva, tal y como veremos en el siguiente tema.
Aparecieron nuevos grupos sociales que se encuadraron en tres grandes conjuntos: las clases bajas, las clases medias y las clases altas.
LAS CLASES BAJAS
Las clases bajas incluían a los sectores pobres tradicionales: jornaleros y campesinos sin tierras, sectores pobres urbanos, marginados sociales, etc. Pero lo más destacable fue la aparición de un nuevo grupo social de rápido crecimiento: el proletariado, formado por los obreros de las nuevas industrias.
El aumento del número de obreros fue posible por la llegada a los núcleos fabriles de población campesina que se había quedado sin trabajo ni tierra que cultivar y por el gran crecimiento demográfico del siglo XIX. En solo un siglo, de 1801 a 1901, el número de personas empleadas en la industria pasó en el Reino Unido de 4,8 a 16,7 millones.
Hombres, mujeres y niños trabajaron en las fábricas, las minas o los altos hornos como mano de obra asalariada. Se trataba de una mano de obra poco cualificada y nada habituada al trabajo en la industria, en locales cerrados e insanos, en los que, además, se implantó una disciplina inhumana. Las condiciones laborales y salariales eran muy duras y los contratos ignoraban cualquier derecho.
Esta situación comenzó a cambiar a mediados del siglo XIX, cuando los obreros se organizaron para reivindicar sus derechos.
LAS CLASES MEDIAS
Las clases medias también experimentaron un notable aumento, aunque menor que el del proletariado. Los sectores tradicionales de las clases medias siguieron existiendo: campesinos con tierras, pequeños y medianos artesanos y comerciantes, pero a lo largo del siglo XIX se produjo un incremento espectacular de otras profesiones. Aparecieron los trabajadores cualificados de la industria: ingenieros, contramaestres, diseñadores, contables, etc. Su importancia fue creciendo a medida que surgían nuevas necesidades y que la tecnificación de la industria aumentaba.
Durante la Revolución Industrial tuvieron lugar cambios revolucionarios en el sector de los servicios, lo que generó la aparición de nuevas ocupaciones, como la de viajante de comercio. También aumentó el número de personas empleadas en la banca o que se dedicaban a profesiones liberales (abogados, médicos, profesores, notarios…).
La creación de Estados liberales produjo un crecimiento considerable de las Administraciones Públicas y, por tanto, del cuerpo de funcionarios.
LAS CLASES ALTAS
La nobleza perdió su papel tradicional como grupo rector de la sociedad, aunque conservó su prestigio e influencia.
La Revolución Industrial supuso el triunfo de la burguesía como grupo social predominante que controlaba el poder político y económico. La burguesía incluía a los grandes comerciantes, los industriales y también a los propietarios de tierras que aplicaron técnicas modernas en sus explotaciones agrarias.
El miembro más destacado de la burguesía fue el empresario industrial. Su poder y su influencia aumentaron continuamente durante el siglo XIX. Sus orígenes sociales eran muy diversos: antiguos propietarios rurales, nobles emprendedores, pequeños comerciantes, rentistas y banqueros que vieron la oportunidad de hacer negocio en la industria.
El empresario industrial era, a la vez, un comerciante, ya que necesitaba vender sus productos, y un empresario con gran capacidad organizativa, un buen conocimiento del mercado y de las innovaciones técnicas aplicables a su negocio para que no quedara obsoleto.
EL NUEVO CONCEPTO DE CIUDAD
El mundo industrializado fue un mundo de ciudades que crecieron a ritmo vertiginoso. Si a comienzos del siglo XIX solo el 7 % de la población mundial vivía en núcleos de más de 5.000 habitantes, en 1900 era ya el 25 %. El primer país en conocer este cambio fue Reino Unido: en 1760 vivía en ciudades solo el 15 % de su población, pero en 1841 había pasado a ser el 35 %. Hacia 1860 la mayor parte de las fábricas se situaban en las ciudades y no en las áreas rurales.
Londres fue un claro ejemplo de esta transformación. Hacia 1750 su población casi había alcanzado los 700.000 habitantes y en 1800 tenía más de un millón. Era la ciudad más poblada del mundo. Este inmenso crecimiento fue resultado del éxodo rural y la elevada natalidad. En 1850 había multiplicado por 2,5 su población de 1800 hasta alcanzar los 2.685.000 habitantes.
El mismo comportamiento podemos observar en otras ciudades europeas: Birmingham, Bruselas, Glasgow, Milán, París, Viena, Barcelona o Madrid. Si en 1800 solo había 23 ciudades en Europa de más de 100.000 habitantes, en 1850 eran 40. El proceso urbanizador se intensificó en la segunda mitad del siglo XIX: en 1900 había ya 180 ciudades de ese tamaño.
EVOLUCIÓN DE LONDRES DESDE SU FUNDACIÓN HASTA NUESTROS DÍAS |
EL URBANISMO DEL SIGLO XIX
El paisaje rural y urbano se transforma durante el siglo XIX, planteándose por primera vez la necesidad de construir nuevas viviendas en gran escala y con un precio reducido. Los nuevos conglomerados urbanos, de un modo más o menos espontáneo, se van definiendo por algunas notas diferneciales:
- Se produce una separación funcional y formal entre los barrios burgueses, amplios y llimpios, y las zonas obreras, miserables y hacinados
- Cada vez son más importantes las vías de comunicación interna, pues ya no interesa tanto el edificio como la calle, en función del tráfico; también es necesario tener en cuenta las zonas verdes y la concentración de fábricas.
DOS BARRIOS INGLESES DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX
Londres tiene tres sectores bastante diferentes. […] El West End está habitado por la corte, la alta aristocracia, el comercio elegante, los artistas, la nobleza provinciana y extranjeros de todos los países -esta parte de la ciudad es soberbia-; las casas están bien construidas; las calles, bien alineadas, pero extremadamente monótonas. Allí se encuentran los brillantes coches, las damas magníficamente engalanadas […] un mundo de criados cubiertos de ricas libreas y armados de largas varas con empuñadura de oro y de plata.
FLORA TRISTÁN, Paseos por Londres, 1840
Las calles [de Manchester] son estrechas y tortuosas […] las casas son sucias, vetustas, deterioradas. […] Nos hallamos aquí realmente en un barrio obrero […]. Es imposible de imaginar la aglomeración desordenada de las casas literalmente hacinadas las unas sobre las otras. […] En los espacios intermedios hay, además, fábricas […]. Una multitud de pasajes cubiertos conducen de la calle principal a los numerosos patios y, cuando se penetra allí, encontramos una suciedad y una insalubridad nauseabundas sin igual […]
FRIEDRICH ENGELS, La situación de la clase obrera en Inglaterra, 1845
La ciudad del siglo XIX es, por tanto, una expresión fiel de la estructura social, y por eso la historia del urbanismo de este período va a reflejar la aspiración de los trabajadores a una vida más digna (por ejemplo, las propuestas utópicas); así como el deseo de las clases dominantes de mantener intactos todos sus privilegios.
Por tanto, la ciudad preindustrial experimenta un proceso de degradación que la convierte en un espacio inservible, que hay que renovar. Como respuesta al hacinamiento y degradación urbana surgen las quejas de reformadores sociales e higienistas que llaman la atención sobre los problemas de las clases más humildes. Ya en la segunda mitad del XIX los gobiernos actúan en la ciudad directamente, mediante:
- La construcción de obras públicas
- El derribo de las murallas que estrangulaba el crecimiento de las ciudades
- El establecimiento de normas higiénicas mínimas
- La expropiación forzosa de edificios y de suelo urbanizable
- Favoreciendo la realización de Planes y de Ensanches, que agrandan las avenidas y grandes vías de comunicación y derriban las murallas. El Plan de Nueva York de 1811 se diseña con una cuadrícula de 12 avenidas, orientadas de norte a sur, rectas, de casi 20 km. de largo y 15 calles que la cortan de este a oeste, de casi 5 km., cruzándose con un espacio vacío, una plaza. La sencillez, racionalidad y sentido de la previsión de este plan le convierten en modelo de plano ortogonal para los ensanches de muchas ciudades en Europa.
CONCEPCIONES UTÓPICAS
Tuvieron un valor más testimonial que técnico: los proyectos no eran viables porque se basaban en la construcción de ciudades de nueva planta, olvidándose de los viejos núcleos urbanos en donde vivía mucha población y que no podían ser demolidos.
Influirán, indirectamente, en los proyectos de ensanche de las viejas ciudades, sus principales representantes fueron:
- C. Nicolás Ledoux
- Robert Owen
- Charles Fourier: Falansterios
- Jean Baptiste Godin: Familisterios: renuncia a la vida en común.
EL PARÍS DE HAUSSMANN
El primer gran proyecto de transformación y ampliación urbana es el de París. La población de la ciudad había aumentado de manera desmesurada ( de 500.000 personas en 1800 a 1.500.000 en 1861), y esa era una razón objetiva y suficiente para planificar un crecimiento ordenado. Las grandes obras vienen después del golpe de estado de Napoleón III quién, con amplios poderes, decide cambiar el aspecto de la capital. El Barón Georges-Eugéne Haussmann (1809-1891), prefecto del Sena, lleva a cabo la reforma del centro de la ciudad entre 1853 y 1870, siendo J. Ch. Alphand el responsable de los paseos y jardines (se plantaron en esos años 100.000 árboles).
El deseo del emperador era crear calles rectilíneas y amplias avenidas arboladas que solucionasen el tráfico, así como grandes parques y plazas con jardines (al estilo de Londres).
Se lleva a cabo un trazado en cuadrícula para:
- Facilitar el tráfico
- Sofocar rápidamente cualquier lucha callejera de tipo revolucionario
- Facilitar los desfiles militares
- Evitar los focos de epidemias
- Crear amplias zonas de paseo (los bulevares).
Se realizaron grandes bulevares con paseos en el centro. Surge una nueva ciudad de grandes avenidas que atraviesan el antiguo casco medieval permitiendo una comunicación fácil y solemne entre los puntos neurálgicos, y entre éstos y las vías de comunicación exterior (ferrocarriles y carreteras). Haussmann trazó 165 kilómetros de nuevas calles; las filas de árboles que flanquean las calles enmascaran las fachadas y dejan libre un espacio central móvil y cambiante. Con las demoliciones, el barón consigue desplazar hacia las afueras a las clases trabajadoras, que antes vivían en el centro.
Mucha gente critica la obra de Haussmann por lo que supone de destrucción de la ciudad medieval y el derribo de manzanas enteras de casas; otros la alaban porque mantuvo la visión barroca de las grandes perspectivas. Influyó en las ampliaciones de otras ciudades como Florencia, Viena, Bruselas, etc.
Entre 1867 y 1871 se remodeló Bruselas; en 1857 se demolieron las antiguas murallas de Viena y se construye una gran calle anular (Ringstrasse) en torno a la cual se disponen solemnes edificios oficiales y otras construcciones; Florencia se amplía conservando inalterable el viejo centro histórico; en Londres, John Bazalguette realiza entre 1848 y 1865 un nuevo sistema de colectores a través del Támesis y se empieza a construir la red ferroviaria metropolitana.
EL PLAN DE CERDÁ
En España, las iniciativas urbanísticas siguen la misma marcha. En Barcelona se sigue el plan de Ildefonso Cerdá (1816-1876), realizado en 1859. Estuvo guiado por las ideas del movimiento y comunicabilidad, trazando amplias diagonales. Se trataría de manzanas de casas cuadradas achaflanadas en las esquinas, de trazado ortogonal. Cada manzana está ocupada por dos edificios que dejan entre sí espacio para jardines, y no cierra el cuadrado por los lados. Por otra parte la estructura cuadriculada se rompe por líneas oblicuas que son grandes ejes viarios. Lo más importante del proyecto de Cerdá radica en la manera de enlazar la ciudad vieja y la nueva, y en las previsiones para las grandes arterias ciudadanas. Cerdá es uno de los primeros urbanistas del mundo: su obra “Teoría general de la urbanización” (1867) le sitúa entre los pioneros de esta moderna disciplina.
EVOLUCIÓN DE BARCELONA DESDE SU FUNDACIÓN HASTA NUESTROS DÍAS |
LEE LOS SIGUIENTES TEXTOS Y SIN BUSCAR EN INTERNET (NO IMPORTA QUE TE EQUIVOQUES), PONLES TÍTULO, UNA FECHA APROXIMADA E INTENTA DESCRIBIR EL SEMBLANTE DEL AUTOR DICIENDO SI ES DE CLASE ALTA O BAJA, SU PROFESIÓN, SU NACIONALIDAD, SU ORIENTACIÓN POLÍTICA (CONSERVADOR, PROGRESISTA, SOCIALISTA, NACIONALISTA…), COMENTA SI CREES QUE PUDO TENER ALGÚN TIPO DE CARGO EN ALGÚN GOBIERNO, O SER UN LÍDER REVOLUCIONARIO, ETC.
A CONTINUACIÓN, DEBERÁS JUSTIFICAR TUS RESPUESTAS (DEBAJO DEL TEXTO), EL MOTIVO POR EL QUE LO HAS TITULADO ASÍ, EL AÑO Y LA DESCRIPCIÓN DEL AUTOR:
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PROPUESTA PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL RELACIONADO CON LOS DERECHOS HUMANOS
EN EL TEMA HEMOS VISTO COMO ILDEFONSO CERDÀ DESARROLLÓ EL ENSANCHE DE BARCELONA Y TUVO EN CUENTA ASPECTOS COMO LA HIGIENE, LOS ESPACIOS VERDES, LA CONTAMINACIÓN. ESTE HOMBRE DEL SIGLO XIX VIO LAS CONSECUENCIAS QUE TENÍA LA INDUSTRIALIZACIÓN Y EL CRECIMIENTO SIN CONTROL DE LAS CIUDADES. INVESTIGA SI SU PLAN FUNCIONÓ O FRACASO, Y SI FUE ASÍ DESCRIBE CUALES FUERON LOS MOTIVOS:
LAS CONSECUENCIAS MEDIOAMBIENTALES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
TEXTO. FARADAY Y EL RÍO TÁMESIS
Todo el río era un líquido opaco de color pardo claro. […] He pensado que es mi deber registrar estos hechos y ponerlos en conocimiento de quienes ejercen el poder o son responsables del estado de nuestro río. […] Si hay suficiente autoridad para quitar un estanque pútrido situado en las cercanías de unas pocas humildes viviendas, seguramente [no debería permitirse que] el río que fluye por tantos kilómetros a través de Londres […] se convierta en una alcantarilla de fermentación. La condición en la que vi el Támesis quizás puede considerarse como excepcional, pero mucho me temo que de ser algo poco común, se está convirtiendo rápidamente en la norma general. Si descuidamos este asunto, no podemos esperar hacerlo con impunidad. Tampoco debe sorprendernos si, muchos años después, una estación calurosa nos dé una triste prueba de la locura de nuestro abandono.
MICHAEL FARADAY
Observaciones sobre las inmundicias del Támesis, 1855
EL GRAN HEDOR
En 1858, sin que hubiera cumplido aún los diez años, los padres de Cox eligieron uno de los veranos más calurosos de los que se tenía noticia para llevarlo a conocer la ciudad de Londres; las temperaturas habían subido al punto de que los ciudadanos apenas podían soportar los efluvios procedentes del Támesis, donde los excrementos humanos sin tratar circulaban libremente por cualquier punto de su cauce; tanto fue así, que las autoridades se vieron obligadas a desalojar el Parlamento, porque la atmósfera había llegado a ser irrespirable; a aquel brote, que pasó a la historia y terminó modificando toda la concepción del alcantarillado, se le conoció como El gran hedor.
Juan Ramón Biedma
Londres, 1891: Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado
- EXPLICA EL SIGNIFICADO DEL TEXTO DE FARADAY Y AVERIGUA QUIEN ERA MICHAEL FARADAY (REALIZA UN PEQUEÑO SEMBLANTE DE NAS 5-7 LÍNEAS.
- EXTRAE CONCLUSIONES SOBRE LOS EFECTOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN EN REINO UNIDO, BASÁNDOTE EN LAS FUENTES HISTÓRICAS QUE TIENES MÁS ARRIBA. ¿QUÉ EFECTOS TUVO EN EL LONDRES Y LA INGLATERRA DEL SIGLO XIX LA INDUSTRIALIZACIÓN?
- SI YA EN EL SIGLO XIX SE CONOCÍAN LOS EFECTOS AMBIENTALES DE LA INDUSTRIA, ¿POR QUÉ CREES QUE LOS HISTORIADORES NO SE HAN PREOCUPADO HASTA HACE POCO POR ESTUDIARLOS?
- ¿CREES QUE EN LOS PAÍSES INDUSTRIALIZADOS SE HA “SACRIFICADO LA NATURALEZA EN NOMBRE DEL PROGRESO MATERIAL? ¿POR QUÉ? ¿HA MERECIDO LA PENA? RAZONA TU RESPUESTA