B5/7. Crisis de las democracias liberales. Ideología y bases sociales del Fascismo. Los fascismos europeos y el nazismo alemán.
EL NACIMIENTO DEL NAZISMO
En enero de 1933, en la última y definitiva crisis del sistema democrático de la República de Weimar instaurada en 1919, Adolf Hitler se convirtió legalmente en canciller de Alemania, cargo equivalente a jefe del Gobierno. En muy pocos meses, derribó el régimen democrático para transformarlo en un nuevo imperio, el Tercer Reich. Se mantendría como Führer (caudillo) y dictador carismático con poderes ilimitados hasta su suicidio ante la derrota militar en abril de 1945.
UN ESTADO DÉBIL: LA REPÚBLICA DE WEIMAR
La derrota de Alemania en la Gran Guerra había dado origen a la creación de una República democrática establecida en 1919 con capital en la pequeña ciudad de Weimar, sustituyendo el régimen monárquico que gobernaba el país desde la unificación de los Estados alemanes en 1871.
Muchos nacionalistas alemanes consideraban que la República era una imposición de las potencias vencedoras. Sobre todo porque truncaba la soberanía de la patria alemana por la prohibición del Anschluss, la unificación de Austria y Alemania, y por la entrega de una franja territorial, el «corredor de Dánzig», a la nueva Polonia. A ello hay que sumar la gran indignación que producía en la población las grandes sumas que Alemania debía pagar como indemnización por su responsabilidad en la guerra a las potencias vencedoras. Esta indignación fue aprovechada por partidos nacionalistas de toda índole para fomentar entre sus seguidores el odio a las potencias extranjeras, responsables de la humillación a la que era sometida Alemania.
ALEMANIA DEBE PAGAR
A pesar de todo, la República de Weimar pareció consolidarse durante el decenio de los años veinte sobre la base del acuerdo político de los partidos de izquierda y de centro. A ello contribuyeron igualmente las buenas perspectivas económicas mundiales desde 1923 y el apoyo financiero de Estados Unidos a la recuperación.
Pese a sus éxitos en la estabilización económica y en la restauración del prestigio exterior alemán, la República de Weimar tuvo que hacer frente a un doble desafío latente:
- Por la izquierda, la agitación revolucionaria había sido muy intensa entre 1919 y 1921, cuando el recién fundado Partido Comunista había intentado imitar a los bolcheviques rusos con sucesivas insurrecciones siempre sofocadas por la policía y fuerzas armadas y los freikorps, grupos paramilitares y de soldados desmovilizados de extrema derecha.
- Por la derecha, la agitación nacionalista antidemocrática provocó un intento de golpe de Estado. Aprovechando las dificultades económicas de 1923, el nazismo orquestó un intento de golpe de Estado para tomar el poder en noviembre de 1923. Fue el Putsch de la Cervecería de Múnich, en el que participaba el propio general Ludendorff. La intentona fue sofocada y Hitler, condenado a cinco años de prisión, apenas tuvo que pasar nueve meses en la cárcel. El fracaso, aparte de darle popularidad entre la extrema derecha alemana, le convenció de la necesidad de usar la vía legal para destruir la democracia desde dentro del sistema.
.
PRINCIPALES CARCTERÍSTICAS DEL NAZISMO
En 1919, en Múnich, se fundó uno de tantos partidos nacionalistas que difundían una propaganda antiliberal y racista, el Partido de los Trabajadores Alemanes (DAP). Con el ingreso de Hitler en este partido comenzó propiamente la historia del nacionalsocialismo o movimiento nazi. En 1920 dirigió un comité que elaboró el programa de 25 puntos del partido, que cambió su nombre por el de Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). Ese año se formaron las SA, una organización paramilitar que pronto ejerció la violencia contra sus adversarios.
La ideología del partido nazi era un confuso conjunto de postulados dirigido a todas las clases sociales. Al igual que el fascismo italiano, defendió un «socialismo nacional» anticapitalista que, a diferencia del socialismo marxista, superase la lucha de clases en beneficio de los «intereses superiores de la nación».
En 1923, la ideología nacionalsocialista (nazi) ya estaba cristalizada y era una poderosa arma de combate político. Las ideas motrices articuladas en la «religión política» que fue el nazismo combinaban y radicalizaban varias tradiciones preexistentes; se basaban en los siguientes principios:
- Una concepción de la patria alemana que se fundamentaba sobre unas bases raciales (la raza aria germánica) que se consideraba superior a los demás.
- Una visión social-darwinista de la vida y de la historia, que enfatizaba la necesidad de preservar la pureza de la raza en el conflicto entre pueblos y Estados. Solo sobrevivirían los más aptos en la lucha por la vida a costa del sometimiento e incluso la aniquilación de los considerados pueblos inferiores o de las personas deficientes.
- Un antisemitismo racial extremado que veía en el judío la amenaza más peligrosa y mortal para la salud y futuro de la patria y de la raza alemana, lo que demandaba medidas urgentes para eliminar su peligrosidad.
- Una filosofía política que contemplaba al Estado como una entidad paramilitar para la protección de la patria y de la raza, y que debía aspirar a la condición de poder total («Estado totalitario») sobre una sociedad disciplinada, obediente y jerarquizada. Un Estado opuesto a la doctrina liberal-democrática y en abierta hostilidad a las ideologías marxistas y revolucionarias.
- Una articulación del partido muy similar a un ejército civil combatiente para la lucha violenta en retaguardia contra los enemigos internos de la patria y la conquista del poder. Un partido que sería la columna vertebral del Estado totalitario después de la toma del poder.
PROGRAMA DEL PARTIDO NACIONAL SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES ALEMANES
El nazismo era así una combinación de ultranacionalismo social-darwinista, racismo antisemita, defensa de los métodos basados en la violencia, fobia antidemocrática y antimarxista y exaltación del poder estatal militarizado. Era también un programa político que tenía en la expansión exterior su resultado lógico y natural. Ello suponía asumir como inevitable la contingencia de una nueva guerra total.
DE LA MARGINALIDAD A LA TOMA DEL PODER
EL ASCENSO AL PODER
En la década de los años veinte, el movimiento nazi no tuvo buenos resultados electorales. En las elecciones generales de 1928 le votaron un total de 810.000 ciudadanos de un censo electoral de más de 41 millones de electores. Tan solo consiguió 12 diputados en el Reichstag (Parlamento), que contaba con 491 escaños. Sin embargo, el NSDAP tenía entonces unos 100.000 militantes disciplinados entregados a la adoración de su Führer y demás dirigentes nazis, entre los que destacaban Hermann Goering, Josef Goebbels y Heinrich Himmler.
La posición de los nazis cambió tras el estallido de la Gran Depresión mundial de 1929. El impacto de la crisis económica en Alemania, un país de 65 millones de habitantes plenamente industrializado y urbanizado, fue muy severa: la producción industrial se redujo a la mitad entre 1928 y 1932, la inflación se desbocó y el número de parados se disparó desde el millón de 1928 hasta los seis millones de 1932 (el 30% de la población activa).
LA “REVOLUCIÓN” LEGAL
La consecuente disminución de rentas salariales, quiebras patronales y miseria generalizada provocó un cataclismo político. Muchos sectores sociales afectados, sobre todos las clases medias urbanas y rurales, volvieron su mirada hacia los nazis con su discurso de salvación patriótica y regeneradora. Un discurso que no dudaba en utilizar a los judíos como chivo expiatorio de todos los males del sistema político, económico y social imperante.
En las elecciones de 1930, el partido de Hitler consiguió casi seis millones y medio de votos (el 18,3 %) y 107 diputados, convirtiéndose en el segundo partido de Alemania después de los socialdemócratas, que obtuvieron ocho millones y medio y 143 diputados. En los meses siguientes, el NSDAP duplicó sus militantes, pasando a casi un millón.
La incapacidad de los Gobiernos democráticos en los años 1931 y 1932 para hacer frente a la crisis y atajar sus graves efectos todavía acentuó más la deriva política y electoral antidemocrática.
Los votantes se polarizaron y las opciones extremas del KPD y NSDAP se fueron convirtiendo poco a poco en las más votadas. La dificultad para formar mayorías claras comprometió la formación de gobiernos estables capaces de tomar las riendas de la situación.
El año 1932 fue el momento más intenso de la crisis política. De hecho, ante la creciente violencia política callejera y la dimisión del canciller Brüning, el anciano mariscal y presidente de la República, Paúl von Hindenburg, comenzó a gobernar al margen del Parlamento, se dio paso a una serie de gobiernos autoritarios, que actuaron al margen del Parlamento, apoyados por los poderes extraordinarios que la Constitución concedía al presidente de la república.
En las elecciones presidenciales de 1932 solo dos candidatos tenían posibilidades de victoria: Hindenburg, que se presentaba a la reelección con el apoyo de la derecha moderada y de los socialdemócratas, y Hitler. Venció el presidente Hindenburg.
Hindenburg nombró canciller a Von Papen y se convocaron nuevas elecciones en julio de 1932, en las que el NSDAP logró 230 escaños y el 37,3 % de los votos, convirtiéndose en el primer partido del país, aunque lejos de la mayoría absoluta. Von Papen intentó debilitar a los nazis y solicitó nuevas elecciones en noviembre, en las que el NSDAP perdió dos millones de votos. Parecía que el partido nazi entraba en declive. En estas elecciones de noviembre de 1932, los comunistas obtuvieron 100 escaños, mientras que los nazis, que fueron otra vez el partido más votado, llegaban a los 196 representantes.
Para entonces, los magnates del acero y otros industriales (Krupp, Thyssen, Schacht, Kirdoff etc.), algunos aristócratas de grandes fortunas, terratenientes y oficiales del ejército de ideología muy conservadora, se habían dado cuenta de que el partido de Hitler podía serles muy útil y habían comenzado a financiarlo y a mover a su favor sus influencias. Los nazis les parecían capaces de frenar y liquidar, por fin, la revolución y a los revolucionarios.
En enero de 1933 Von Papen y otros líderes conservadores del mundo empresarial y militar persuadieron a Hindenburg para que nombrara a Hitler canciller en un Gobierno de coalición entre los nazis y la derecha clásica. Ambos pensaron que al elevar al poder al líder nazi, este quedaría sometido a las directrices de la derecha tradicional. Se equivocaron.
Desde su puesto de canciller, Hitler decidió convocar nuevas elecciones. Una semana antes de que éstas se celebrasen, el edificio del Reichstag (el parlamento) fue incendiado y los nazis, sin ninguna prueba, acusaron a los comunistas. Con la excusa de detener a los culpables, se procedió a suprimir las libertades ciudadanas, y las elecciones se celebraron en medio de presiones, palizas y represalias de las SA contra la oposición.
LOS PRIMEROS SEIS MESES EN EL PODER
LA ALEMANIA NAZI
Tras las elecciones de marzo de 1933 el partido nazi siguió siendo el primer partido de Alemania, pero sin mayoría absoluta, lo que le impedía conseguir aprobar leyes que convirtieran su gobierno en una dictadura. Para lograrlo se ilegalizó al KPD y se prohibió la entrada de sus diputados en el Reichstag y buscó el apoyo del Partido de Centro Alemán (Zentrum). Tras lograrlo, Hitler propuso al parlamento la aprobación de la conocida como Ley Habilitante, oficialmente conocida como “La Ley para el remedio de las necesidades del Pueblo y del Reich“, aprobada el 23 de marzo de 1933 cedió de facto todo el poder legislativo a Adolf Hitler quebrando la separación de poderes de la República de Weimar. Fue el principal soporte jurídico sobre el que se construyó la transición de una república parlamentaria a la Alemania nazi. Y a partir de ese momento Hitler y el partido nazi tuvieron las manos libres para poner en práctica un plan que desembocaría en la mayor matanza de la historia de la humanidad.
Fue aprobada, por 444 votos a favor, los 288 del NSDAP, los 74 del Zentrum, los 52 del Partido Nacionalista Alemán, los 19 del Partido Popular Bavarés y el apoyo de otros pequeños grupos y únicamente 94 en contra. Solo el Partido Socialdemócrata de Alemania votó en contra, pues los comunistas habían sido prohibidos y no podían estar presentes.
EL ESTADO TOTALITARIO
Se suprimió la estructura federal del Estado alemán y los antiguos estados que lo componían quedaron reducidos a meros distritos.
Todo lo regía un partido único, el Partido Nazi. Los demás partidos fueron declarados ilegales y muchos de sus integrantes fueron perseguidos como delincuentes antialemanes. El Partido Comunista (KPD) fue destruido inmediatamente después del incendio del Reichstag, sus dirigentes fueron asesinados y sus militantes enviados a campos de concentración. Poco después, el Partido Socialdemócrata (SPD), que había gobernado durante la República de Weimar, sufrió una aniquilación similar. Los liberales prefirieron disolverse por propia iniciativa y por mostrarse complacientes con el dictador y así, en poco tiempo, se liquidó el sistema democrático, que los nazis consideraban execrable.
Después fue depurado el propio Partido Nazi con el asesinato de los líderes más radicales de las SA, que no eran bien vistos por los empresarios y los militares, que los consideraban revolucionarios peligrosos. La noche del 30 de junio de 1934, conocida como “La noche de los cuchillos largos”, Hitler acabó con viejos colaboradores y amigos como Röhm, que podrían hacerle sombra dentro del partido y no eran del agrado de ciertas élites alemanas. A continuación, también depuró toda la administración del Estado de funcionarios «desafectos», utilizando las SS y la Gestapo, policía política secreta.
LA NOCHE DE LOS CUCHILLOS LARGOS
Hitler llamó al Estado que estaba construyendo el III Reich, un imperio que, según su propia profecía, duraría mil años. Tomó el título de Führer (jefe). En agosto de 1934 moría el presidente Hindenburg lo que le permitió convertirse en el jefe único del Estado, del partido, del ejército, del gobierno y hasta el jefe moral de su país. El Führer no estaba sujeto a la ley y solo era responsable de sus actos ante sí mismo.
LA PURIFICACIÓN RACIAL
La ideología racial de Hitler llevó al extremo las teorías pseudocientíficas expuestas por los llamados «darwinistas sociales».
Estos pensadores extremistas divulgaron la teoría de la selección natural del más fuerte tanto entre los animales como entre los seres humanos. De ahí que la prioridad fundamental del sistema nazi fuera conseguir la llamada «comunidad del pueblo» (Wolksgemeinschaft) mediante una limpieza racial que acabase con todas las «impurezas» y asegurase la supervivencia de la raza aria.
Alemania era la patria de los alemanes y estos eran de raza aria, raza superior llamada a dominar a todas las demás, que debía librarse de los individuos débiles o degenerados nacidos en su propio seno, lo que justificaba el exterminio de los deficientes mentales, los minusválidos o los homosexuales. Los que no eran arios no eran alemanes: los gitanos, los eslavos, los judíos y otros podían ser exterminados o reducidos a la esclavitud de los trabajos forzados, en beneficio de la nación alemana, que evitaba así contaminarse con el mestizaje, la influencia cultural o la simple proximidad.
El proceso se inició en julio de 1933 con la “Ley para la Prevención de Progenie con Enfermedades Hereditarias”, que permitió la esterilización forzosa de personas con deficiencias físicas o mentales. En el verano de 1939 se dio un paso más con la matanza sistemática de discapacitados físicos y mentales y de «marginados sociales», enmascarada como un proyecto de eutanasia.
Sin embargo, el grupo más amplio de víctimas de la «limpieza» racial fue la comunidad judía. Las medidas contra los judíos pasaron por tres fases:
- Entre 1933 y 1938 se impulsó una amplia legislación que eliminó los derechos políticos y sociales de los judíos y que les expolió sus bienes. En 1935 se promulgaron las leyes de Núremberg, que excluyeron a los judíos de la ciudadanía alemana y prohibían los matrimonios mixtos.
- Desde finales de 1938 el antisemitismo se hizo más violento. En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, la «noche de los cristales rotos», tiendas y sinagogas judías fueron saqueadas y destruidas por las SA y las SS. Inmediatamente después, miles de judíos alemanes y austríacos fueron detenidos y encerrados en campos de concentración.
- A partir de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, Hitler ordenó la «Solución Final», es decir, el programa de eliminación total de la población judía de Europa, que se llevó a cabo a través de una inmensa red de campos de trabajo y exterminio situados en diferentes países. En ellos murieron más de seis millones de judíos.
.
UNA SOCIEDAD NAZIFICADA
El proceso de reorganización y adoctrinamiento de la sociedad fue rápido y profundo. Los organismos delegados del partido se convirtieron en canales de encuadramiento y movilización de la población germana. Las Juventudes Hitlerianas, el Frente del Trabajo Alemán, la Organización Femenina Nacional-Socialista, etc., tomaron parte en las nuevas ceremonias y rituales públicos que garantizaba la «comunión» de las masas y su Führer:
- Desfiles nocturnos con antorchas.
- Gigantescas marchas semi-militares con estandartes y pancartas.
- Concentraciones de miles de seguidores con el saludo brazo en alto al grito de «¡Heil Hitlerl».
El Estado, el Partido y la sociedad debían tener un pensamiento único y para eso había que educar a la juventud. El Movimiento de la Juventud Nazi, las escuelas y las universidades enseñaban a los jóvenes las nuevas ideas. Se llegó a acuerdos con la Iglesia católica y la protestante para que los clérigos no criticasen la ideología nazi. En 1933, la Iglesia católica firmó el Concordato con el gobierno alemán, con lo que reconoció al Estado nacional-socialista y se avino a que los obispos juraran fidelidad al Estado nazi antes de ejercer su ministerio.
EJEMPLOS DE PROPAGANDA ANTISEMITA EN LIBROS ESCOLARES NAZIS
El pensamiento único requería el sometimiento de intelectuales, científicos y artistas. Los artistas debían expresar la raza, la nación y el ideal de belleza germánico y, fuera de este estrecho ámbito, el arte era «degenerado». Así fueron quemadas las obras de Einstein, Freud o Proust. Las obras de Kandinsky o Klee se exhibieron como muestra de «arte degenerado» e igualmente «degenerados» eran Manet, Cézanne o Van Gogh.
El creador de la máquina nazi de control ideológico fue Goebbels, ministro de propaganda del III Reich.
Desde la Cámara de Cultura controlaba la prensa, la radio y la edición de libros y reescribía la Historia, de manera que nadie podía aprender nada fuera de lo admitido por el Estado. El poderoso aparato de propaganda nazi, el más eficaz que jamás había existido, conseguía que nadie pudiese esquivar la verdad oficial y que una mayoría de ciudadanos renunciase a pensar por su cuenta.
La uniformidad general se mantenía sobre una feroz represión generalizada, sobre el terror, que era la verdadera propaganda del poder. Cualquiera podía ser eliminado y el único refugio seguro eran las organizaciones nazis, a las que se afiliaron masivamente los ciudadanos que no tenían hasta entonces ideas políticas muy definidas o los que no tuvieron valor para defender sus propias convicciones hasta el final.
JOSEPH GOEBBELS
LA POLÍTICA ECONÓMICA DE HITLER
El Gobierno nazi intervino en la economía. En las fábricas se introdujo una rígida estructura para asegurar el orden y la disciplina de los trabajadores. Los sindicatos fueron eliminados mediante la violencia y los obreros fueron obligados a integrarse en el sindicato nazi Frente Alemán del Trabajo, una organización enorme que reunía en su seno a obreros y patronos y que era un simple apéndice del Partido Nazi, que, de acuerdo con los grandes industriales, regulaba las condiciones de trabajo. La huelga, la asociación, la reunión, la manifestación y la propaganda de otras ideas sindicales eran delitos.
Suelen distinguirse dos períodos en la política económica del Tercer Reich. El primero de ellos corresponde a los años 1934-1936 y se centró en los problemas más acuciantes: la reactivación de la economía, el impulso del comercio exterior y la disminución del desempleo. Para reducir el número de parados se emprendieron algunas obras públicas (autopistas, aeropuertos, estadios, etc.).
Desde 1936, con el plan cuatrienal, se puso en marcha una decidida política de autarquía económica y de rearme intensivo. Se impulsó al máximo la utilización de los recursos del suelo y del subsuelo, se desarrolló la producción de sucedáneos y de productos sintéticos (para evitar tener que depender de las importaciones) y se incrementaron las inversiones en los sectores relacionados con la industria de guerra (armamento, siderurgia, química…). La demanda estatal de armamento era tal que en muchas ocasiones no se podían pagar los encargos, pero el pago se garantizaba a cuenta de las ganancias que proporcionaría la conquista de territorios que el Estado iba a emprender.
EVOLUCIÓN DE DIFERENTES INDICADORES ECONÓMICOS EN LA ALEMANIA NAZI ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Confiando en la mano férrea del Führer, la inversión privada también aumentó. El gobierno controlaba los salarios, la conflictividad social, los precios y el comercio exterior.
Los salarios se mantuvieron bajos en todo momento y las jornadas de trabajo aumentaron de forma escandalosa. El horario de un obrero especialista llegaba a 12 o 16 horas diarias. El decreto del 26 de julio de 1934 estableció oficialmente la jornada de 60 horas semanales. Muchos obreros trabajaban entre 80 y 110 horas a la semana. El incremento de la explotación no tenía precedentes.
Pero la autarquía no fue total por la falta de materias primas estratégicas (petróleo, caucho) y de alimentos. La solución consistió, según los postulados del nazismo, en la ampliación del «espacio vital» alemán, es decir, en la guerra para anexionarse territorios y recursos de otros países.
Si se miran los resultados, no puede negarse que hubo un milagro económico. El paro, crónico desde 1918, desapareció en seis años y algunos sectores industriales recuperaron el nivel anterior a la guerra. La renta per cápita se elevó en un 40 por 100.
El aumento de la producción y el pleno empleo hicieron olvidar a los alemanes los sacrificios impuestos a los obreros (congelación de salarios y aumento de la jornada laboral). Por eso, las clases medias y los campesinos se convirtieron en el auténtico soporte social del régimen. Sin embargo, la política económica era insostenible a largo plazo y su mantenimiento dependía del estallido de una guerra para dar salida a la gran acumulación de armamento y obtener recursos de otros países.
Y así, ante la pasividad de las democracias, Alemania se rearmó para cumplir unos planes de invasión y conquista que llevarían al mundo a una segunda guerra, mucho más mortífera y destructiva que la anterior.
B5/5.1. Compara el fascismo italiano y el nazismo alemán.
RESCATA EL EJE CRONOLÓGICO DE LA EVOLUCIÓN DEL FASCISMO Y AÑADE DEBAJO OTRAS TRES LÍNEAS DEL TIEMPO, UNA PARA ALEMANIA, OTRA PARA ADOLF HITLER Y UNA ÚLTIMA PARA EL NAZISMO. PUEDES USAR EL EJEMPLO QUE TIENES MÁS ABAJO Y AÑADIR LOS ACONTECIMIENTOS Y PROCESOS HISTÓRICOS FALTANTES:
TOTALITARISMO NAZI
LEY HABILITANTE
NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS
FUNDACIÓN DEL NSDAP
NOCHE DE LOS CUCHILLOS LARGOS
ELECCIONES DE JULIO Y NOMBIEMBRE DE 1932 37% Y 33%
PUBLICACIÓN DE MEIN KAMPF
ELECCIONES DE MARZO DE 1933 NSDAP 47%
LEYES DE NÜREMBERG
PUTSCH DE MUNICH
PROPUESTA PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL RELACIONADO CON LOS DERECHOS HUMANOS
¿TODOS LOS ALEMANES SE PLEGARON ANTE LA VIOLENCIA Y EL MENSAJE DE LOS NAZIS?
BUSCA AL MENOS DOS EJEMPLOS DE PERSONAS QUE SE NEGARAN A SEGUIR LOS POSTULADOS HITLERIANOS CON GESTOS COMO CASARSE CON JUDÍOS, NEGAR EL SALUDO A HITLER, NO JURAR LEALTAD AL REICH O HITLER…
DESPUÉS EN 5 MINUTOS EXPLICA QUE FUE DE ELLOS Y PORQUE SU EJEMPLO ES IMPORTANTE EN RELACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS