B5/4. Estados Unidos y la crisis de 1929: Causas, desarrollo y consecuencias.
B5/5. La Gran Depresión y el New Deal. La crisis y soluciones en otros países.
LA ECONOMÍA DE LOS EEUU EN LOS AÑOS VEINTE
Tal y como ya hemos dicho en varias ocasiones, los EEUU se habían convertido en la primera potencia económica mundial; gracias a las deudas de los países europeos, las reservas de oro de EEUU habían aumentado. En 1920 solo el dólar era de verdad convertible en oro y la Bolsa de Wall Street, en Nueva York, había sustituido a la City londinense como centro financiero mundial.
LOS AÑOS DEL OPTIMISMO
Los republicanos ganaron por entonces sucesivas elecciones y su política económica consistió en rebajar los impuestos y subir los aranceles aduaneros, al tiempo que retiraban las ayudas a los campesinos. Era una política que beneficiaba a las grandes empresas que además de disfrutar de una sustanciosa rebaja de impuestos, no tenían que competir por el mercado con otros países, gracias a las altas tasas aduaneras. Es verdad que esto contradecía las leyes de la libertad de mercado, pero resultaba muy ventajoso para el país.
Al mismo tiempo se emprendió la reconversión de la industria de guerra y se desarrolló la de bienes de consumo. Aquella sociedad estaba ávida por consumir, estimulada por la publicidad que entonces ya se difundía a través de la radio, de la prensa diaria, de las revistas y de enormes carteles instalados en las fachadas de los edificios.
Se vendían todo tipo de mercancías; los electrodomésticos abastecidos por energía eléctrica hacían furor en el mercado, pero el sector que registró mayor crecimiento fue el del automóvil, que a su vez activaba la industria petrolera, la del caucho y la siderúrgica.
Se producía mucho y muy deprisa. El gran crecimiento de la demanda durante la guerra había hecho que se perfeccionasen las técnicas tayloristas de organización del trabajo y había progresado la estandarización, que redujo la fabricación de muchos artículos a unos cuantos tipos normalizados, lo que abarató los costes e hizo crecer la productividad.
La industria automovilística y la siderúrgica aumentaron su productividad en un 31% entre 1925 y 1929. Se producían millones de automóviles y las inversiones inmobiliarias eran muy rentables, porque muchos ciudadanos pudientes habían descubierto la delicia de tener una casa en la playa y los especuladores hacían su agosto en Florida, multiplicando por tres y por cuatro los precios en pocos meses.
Incluso los ciudadanos de clase media se enriquecían con el lucrativo negocio de la Bolsa, pidiendo créditos para comprar acciones con la seguridad de que su precio subiría en poco tiempo. La ganancia era tan segura que había incluso empleados que «metían la mano» en la caja de la empresa y sacaban algún dinero para invertirlo en Bolsa, obtener ganancias y devolverlo al día siguiente.
Aquel optimismo había contagiado al ex presidente de los Estados Unidos, Coolidge, que pocos meses antes había dicho ante el Congreso: «Ninguno de los Congresos de los EEUU hasta ahora reunidos para examinar el estado de la Unión tuvo ante sí una perspectiva tan favorable como la que se nos ofrece en los actuales momentos. Por lo que respecta a los asuntos internos, hay tranquilidad y satisfacción (…), y el más largo periodo de prosperidad».
La mayoría pensaba que EEUU era «el país de las oportunidades», de los hombres que se hacen a sí mismos (self-made man); que su sistema poseía la clave del progreso y que la pobreza solo podía deberse a la falta de esfuerzo o de inteligencia. Se enorgullecían de haber superado a la vieja Europa y de ser el ejemplo de la modernidad. Su país iba a la cabeza en la construcción aeronáutica, en el tendido eléctrico, en la construcción de ferrocarriles, de rascacielos (102 pisos tenía el Empire State Building), en aparatos de teléfono, en electrodomésticos, en automóviles y hasta en la industria del cine.
OPINIÓN DE UN EMPRESARIO SOBRE LA RIQUEZA
LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO
Estados Unidos experimentó entre 1922 y 1929 un fuerte ritmo de crecimiento de su producción industrial, que pasó del 35 al 45% del total mundial; constituyó el más importante mercado (12% del total mundial) y fue el principal proveedor de capital (60% del total mundial).
Pero esta «prosperidad» tenía serios desequilibrios, que persistieron durante toda la década y que afectaban a otras zonas del mundo:
- Un primer problema fue la crisis de los sectores tradicionales. La producción agrícola aumentó por la modernización y mecanización, pero el mercado se mostraba incapaz de absorber una producción creciente, lo que provocó la caída de los precios entre 1921 y 1929. También se produjo el estancamiento de las industrias tradicionales -carbón, textil, siderurgia, naval- frente a la expansión de las industrias nuevas -electricidad, petróleo, química, automóvil-, que acapararon la mayor parte de la inversión.
- Otro factor fue el descenso de la capacidad de consumo. Un primer motivo fue el desigual reparto de los beneficios industriales: en Estados Unidos los beneficios empresariales crecieron un 65% mientras que los salarios aumentaron solo un 17%, lo que limitaba la capacidad de compra de la mayoría de la población. La caída de las rentas agrarias, el endeudamiento de los campesinos y las elevadas tasas de desempleo (entre el 10 y el 12%) hacían que amplios grupos de la población consumieran muy poco.Como la producción industrial aumentó a un ritmo superior al de la demanda de productos, muchas industrias tuvieron que hacer frente a un crecimiento de los stocks (mercancías almacenadas que no podían vender).
- El comercio mundial también se estancó a causa de la recesión del consumo y de la imposición de tarifas aduaneras a las importaciones, que se acrecentaron con las políticas proteccionistas adoptadas a raíz de la crisis de 1921.
- La inestabilidad del sistema monetario internacional fue otro escollo. El sistema del patrón cambio oro no logró estabilizar la situación por la falta de cooperación internacional y por la rivalidad entre los grandes centros financieros (Nueva York, Londres, París).
- Finalmente, también se produjo un descenso de las inversiones de capital en las actividades productivas. Muchos capitales se invirtieron en la Bolsa porque la especulación ofrecía un mayor beneficio que la inversión en actividades industriales o comerciales.
1929, LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL COMIENZA EN LOS EEUU
La cosecha de 1928 fue demasiado buena, por lo que bajaron mucho los precios agrícolas y la población rural restringió drásticamente sus compras de productos industriales. El mercado no podía absorber la producción industrial y cayeron los precios.
En 1929, en medio de tanto dinero, de tanto negocio próspero, de tanto consumo, comenzó una desastrosa crisis económica. Los ahorros de millones de personas habían desparecido y los créditos concedido con inusitada alegría no iban a poder ser devueltos.
En unas semanas la economía más próspera del mundo se derrumbó como un castillo de naipes y en el país de la abundancia y el consumo se extendieron la miseria y el hambre.
EL CRAC DEL 29
Desde enero hasta agosto de 1929, la Bolsa de Nueva York había registrado un alza de 118 puntos. Sin embargo, el 24 de octubre de ese mismo año, que pasó a la Historia como el jueves negro, comenzó el gran pánico que acabaría con los sueños de riqueza fácil. Ese día, inquietos por el movimiento a la baja registrado en días anteriores, muchos accionistas decidieron vender, especialmente los más modestos, que habían comprado acciones mediante préstamos y no podían resistir una bajada sin sufrir un grave quebranto económico.
La sesión de bolsa empezó con muchas acciones a la venta, lo que hizo bajar los precios. La baja hizo cundir el miedo y grandes cantidades de acciones se pusieron a la venta, lo que hizo caer los precios aún más y convirtió el miedo en pánico. A media mañana la bajada era alarmante y se organizaron tumultos en la calle, donde corría el rumor de que varios magnates de las finanzas se habían suicidado para no sobrevivir a su ruina. La policía desalojó el edificio de la Bolsa.
LA «BROMA» DE WALL STREET
Aunque los grandes bancos intervinieron comprando acciones para frenar la baja, el desplome se consumó el siguiente martes, 29 de octubre, y se llevó por delante no solo a los inversores individuales, sino a los bancos, los trusts y las grandes empresas. Más de un millón de familias norteamericanas estaban al día siguiente en la más completa ruina.
Es cierto que hubo entonces suicidios de magnates, como el presidente de la Rochester Gas Company y otros, pero la cifra de suicidios se disparó realmente durante los siguientes años, cuando los EEUU se poblaron de personas hambrientas y desesperadas. Tras el crak de la Bolsa, lo peor estaba aún por llegar.
LA GRAN DEPRESIÓN
El crack de la Bolsa puso en marcha un mecanismo imparable: muchos clientes de los bancos, agobiados por las deudas, sacaron todo su dinero, en una desesperada carrera hacia las ventanillas, que se cerraron cuando se agotaron los fondos. En noviembre y diciembre de 1929 quebraron 642 bancos y para el año 1931 habían quebrado 3.642 bancos más.
La quiebra de la banca arrastró a la agricultura y a la industria. En los dos últimos meses de 1929 cerraron 23.000 empresas industriales y otras 86.000 hasta 1932, debido a la falta de financiación.
Después de 1918 los EEUU eran el centro de la economía mundial y Europa apoyaba su recuperación en el dólar, así que no es de extrañar que la crisis estadounidense de 1929 le afectara profundamente. Aquella gran crisis se transmitió rápidamente por todo el mundo a través de la complicada red de relaciones mundiales creada por el imperialismo.
Y EL HAMBRE LLAMÓ A LA PUERTA DE LOS EEUU
Los agricultores venían sufriendo los efectos de una crisis larvaria. Durante los años de guerra y posguerra Europa demandaba todo tipo de productos y los granjeros habían pedido créditos para comprar tierras de cultivo, abonos y maquinaria. Cuando Europa se recuperó y comenzó a producir sus alimentos, los precios bajaron y poco después del crac de 1929, el país se llenó de parados sin ningún poder adquisitivo, que eran incapaces de poder comprar ningún tipo de producto agrícola que no fuera totalmente y completamente indispensable. Muchos agricultores no pudieron pagar los créditos y los bancos se apropiaron de las tierras. Los excedentes agrícolas eran destruidos para paliar la bajada de precios.
EL PRECIO DEL MANTENIMIENTO DE LOS PRECIOS
En 1929 EEUU tenía un millón y medio de parados; en 1930, 4,2 millones; en 1931, 7,9 millones y en 1932 tenía 12 millones. La situación era más grave de lo que pudiera parecer, porque en EEUU, el reino del liberalismo económico, no había seguros de paro, ni seguridad social gratuita. Muchos ayuntamientos improvisaron repartos de alimentos para evitar las muertes por hambre en las calles.
La masa de parados no tenía ninguna capacidad de compra, lo que empequeñecía el mercado y aceleraba la quiebra de los campesinos (emigraron a las ciudades 600.000 al año) y de las empresas industriales, que a su vez arrojaban más gente al paro. Era un círculo vicioso imparable.
Hubo otras consecuencias sociales graves: se restringió de forma drástica la entrada de inmigrantes, disminuyeron las bodas y los nacimientos, muchas mujeres perdieron sus empleos y las clases medias vieron ante sí el sombrío panorama de la pobreza y la falta de futuro.
LA GRAN DEPRESIÓN EN IMÁGENES
En 1932 hubo numerosas protestas, duramente reprimidas por el gobierno republicarlo del presidente Hoover. Se hicieron muchas «Marchas del hambre» y en marzo de 1932, una protesta de obreros en paro de la fábrica Ford de Detroit fue objeto de una represión sangrienta, en el tristemente famoso «lunes negro». En el verano tuvo lugar la «Marcha del bono», en la que más de 10.000 excombatientes se dirigieron a Washington para pedir que se les abonasen las primas que el Estado les adeudaba por sus servicios a la patria en el campo de batalla. El gobierno los acusó de «comunistas y criminales» y ordenó la intervención del ejército.
Creció la impopularidad de Hoover y en las elecciones de ese mismo año fue derrotado por Franklin D. Roosevelt, que llegaba a la presidencia con un programa de reformas.
UNA DEPRESIÓN AMERICANA
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LOS MECANISMOS DE EXTENSIÓN DE LA CRISIS
Estados Unidos era la primera potencia económica y el motor financiero del mundo, por lo que la crisis no tardó en extenderse por otros países con las mismas o más graves consecuencias.
La crisis se expandió por el resto del mundo a través de dos canales: el comercio y las finanzas internacionales.
- El comercio internacional. Entre 1929 y 1932 el comercio mundial se redujo en unos dos tercios de su valor. La disminución de la demanda de importaciones por parte de Estados Unidos y la aprobación de la ley arancelaria Smoot-Hawley en 1930, que elevaba las tarifas aduaneras de ese país en un 50%, produjeron en muchos países la caída de sus exportaciones.Esta agresiva política proteccionista fue pronto imitada por otros Estados, incluido Reino Unido, paradigma del libre comercio, que elevaron sus aranceles e impusieron cupos a las importaciones. El proteccionismo económico tuvo unos efectos nefastos para el comercio mundial. A estas políticas se debió el colapso de los intercambios y su estancamiento durante el resto del decenio de 1930, lo que agravó aún más la crisis y alargó la depresión mundial.
- Las finanzas internacionales. El segundo canal de exportación de la crisis fue la magnitud de la repatriación de capitales, que desató una crisis económica y financiera internacional. Tras el crack de la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos dejó de exportar capital (prestamos e inversiones) a otras zonas del mundo y exigió la devolución de los capitales invertidos con anterioridad. Las masivas repatriaciones de capital a lo largo de los años siguientes tuvieron unos efectos catastróficos para las economías más endeudadas.
LA CRISIS EN EL RESTO DEL MUNDO
La crisis afectó a todo el planeta, aunque la sufrieron más los exportadores de materias primas y los países europeos industrializados.
- Los primeros en sufrir los efectos de la crisis fueron los países exportadores de recursos agrarios y/o minerales. Los precios de los productos primarios cayeron un 55% en 1933 a causa de la reducción de la demanda por parte de las zonas industrializadas. Dentro de este grupo, los países más afectados fueron todos los de Europa oriental, la mayoría de los de Latinoamérica, los del sudeste asiático y China.Al desplome de las exportaciones se añadió la reducción de los préstamos y de las inversiones exteriores, y el resultado fue el crecimiento de la deuda y la ruina de la economía de muchos países, que tuvieron que buscar alternativas a la exportación de materias primas.
- Los países más afectados fueron los que en mayor grado se nutrían de los créditos e inversiones de Estados Unidos, es decir, los de Europa occidental.
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- Alemania y Austria. La economía alemana se vio muy comprometida porque el auge de sus empresas en los últimos años de la década de 1920 estuvo estimulado por las inversiones británicas y estadounidenses, y dependía de los créditos para hacer frente a las reparaciones de guerra.
Una particularidad de Austria y, sobre todo, de Alemania fue que su sistema bancario estaba muy endeudado con el exterior. Cuando en mayo de 1931 quebró el gigante bancario austríaco, el Creditanstalt, se desató el pánico y el público corrió a retirar sus depósitos.
El sistema bancario alemán se contagió de la crisis austríaca. Los principales bancos cerraron ante la afluencia de depositantes que querían retirar su dinero, congelaron los depósitos en moneda extranjera y suspendieron el pago de la deuda, incluidas las reparaciones.
El colapso del sistema bancario provocó la quiebra de muchas empresas, carentes de financiación. Además, los potenciales clientes quedaron sin capacidad de compra al haber perdido sus ahorros. - Reino Unido. La quiebra del Creditanstalt, donde había invertidos numerosos capitales británicos, afectó a sus instituciones de crédito. El Gobierno británico optó por abandonar el patrón oro en 1931, arrastrando a otras treinta monedas.
- Francia. La crisis fue menos profunda y más tardía. Sus reservas de oro eran aún importantes, y su dependencia financiera, menor. Pero el abandono del patrón oro por parte de Reino Unido y la devaluación de la libra esterlina redujeron la competitividad de los precios franceses.
- Alemania y Austria. La economía alemana se vio muy comprometida porque el auge de sus empresas en los últimos años de la década de 1920 estuvo estimulado por las inversiones británicas y estadounidenses, y dependía de los créditos para hacer frente a las reparaciones de guerra.
Las quiebras bancarias producidas por la crisis financiera internacional arrastraron a todo el sistema monetario, con lo que las inversiones y los intercambios internacionales se hundieron. Por eso, en mayor o menor medida, todas las economías del mundo se vieron afectadas, especialmente las de los países industrializados.
Al igual que en los EEUU, las consecuencias fueron terribles, el hambre y la desesperación campaban a sus anchas; la situación económica, social y política abrió un abismo cada vez mayor entre ricos y pobres y el resentimiento social creció de tal manera que se produjo una fuerte polarización política en Europa. Parecía que los europeos habían olvidado los horrores de la Gran Guerra, nuevamente los extremismos políticos alimentados por la situación económica amenazaban la estabilidad.
El sentimiento de injusticia contra el poder y el sistema económico invadió las sociedades capitalistas y se desataron huelgas y manifestaciones. La radicalización social se concretó en el crecimiento de los movimientos revolucionarios. El temor al llamado «peligro rojo», es decir, a que miles de ciudadanos optasen por el comunismo, llevó a una fuerte represión gubernamental y al surgimiento de grupos políticos de extrema derecha cuyo principal objetivo era impedir una revolución.
LAS SALIDAS A LA CRISIS
La Gran Depresión sustituyó el sistema capitalista liberal del siglo XIX por un nuevo modelo con mayor intervención estatal en la economía. La Primera Guerra Mundial ya había obligado a los países beligerantes a dejar a un lado el liberalismo económico estricto de manera momentánea, pero la crisis del 29 provocará un intervencionismo estatal, que no volverá a ponerse en duda hasta finales del siglo XX.
EL FRACASO DE LAS SOLUCIONES TRADICIONALES
Las primeras medidas ante la crisis fueron respuestas tradicionales:
- Las políticas deflacionistas. Los Gobiernos fomentaron la bajada de precios para reactivar el consumo. Para ello buscaron el equilibrio presupuestario mediante la reducción de los gastos públicos y la disminución del crédito y de la moneda en circulación. Al tiempo, las empresas bajaron los salarios para aumentar su rentabilidad. Pero estas políticas no potenciaron el consumo, y la crisis se acentuó.
- El proteccionismo económico. Para proteger sus industrias y su agricultura, los gobiernos pusieron barreras a las importaciones. Lo hicieron aunque sabían que era negativo para el comercio internacional y que acabaría perjudicando a sus propias economías.
La búsqueda de una salida colectiva a la crisis propició la Conferencia Económica Mundial de Londres (1933), en la que se propuso la vuelta al patrón oro y la reducción de los aranceles. Sin embargo, esta reunión terminó sin acuerdo y cada país hizo frente a la crisis en solitario.
El colapso del sistema generó un debate en torno a la revisión del liberalismo económico. Fue el economista británico Keynes quien propuso una mayor intervención del Estado en la economía.
EL NEW DEAL EN LOS EEUU
Con el presidente Hoover la situación de EEUU había empeorado desde el crack de 1929, pues se negaba a cualquier tipo de concesiones, tales como el subsidio de paro y no era tampoco capaz de frenar la ruina de las empresas. Los votos de los obreros, de las clases medias y los campesinos, dieron la victoria en las elecciones de 1933 al candidato demócrata Franklin Delano Roosevelt, que en su campaña electoral había expuesto un programa completo para salir de la crisis: el New Deal. Sus principios eran los mismos que había predicado el economista Keynes: intervención del Estado, aumento de la demanda y de la inversión. Bajo su presidencia, el Estado intervino activamente en la economía nacional, con importantes medidas:
LOS LÍDERES DE LA GRAN DEPRESIÓN Y EL NEW DEAL
- Se estableció un subsidio para los parados. La Ley de Seguridad Social (1935), establecía subsidio de paro y pensiones de jubilación e incapacidad, por primera vez en los EEUU.
- Puso en marcha un ambicioso plan de obras públicas, financiado por el Estado, para construir carreteras, viviendas, escuelas y completar la electrificación del país. Las obras públicas creaban puestos de trabajo y disminuía el número de parados. La repoblación forestal, por ejemplo, dio empleo a 3 millones de jóvenes.
- Se supervisó estrechamente a los bancos y se facilitó su concentración.
- Se devaluó el dólar para facilitar las exportaciones.
- Se subvencionó a los campesinos para que redujeran la cosecha y se destruyeron excedentes para evitar la bajada de precios.
- La Ley de Justas Normas de Trabajo estableció la jornada semanal de 40 horas y prohibió el trabajo de los niños.
- Se reconoció el derecho de los obreros a sindicarse y a negociar convenios colectivos.
EL NEW DEAL EN IMÁGENES
Estas medidas iban encaminadas a hacer crecer el poder adquisitivo de los ciudadanos que, al comprar más, reactivarían la producción interior, lo que a su vez haría disminuir el paro.
El New Deal contradecía todas las ideas sobre economía que estaban en boga en aquellos tiempos, pues se basaba en el endeudamiento del Estado (crecimiento del déficit) para realizar inversiones: la deuda pública se dobló entre 1932 y 1940, pero la política de Roosevelt demostró que, a pesar de lo que predicaba el liberalismo económico, la intervención del Estado en la economía podía ser beneficiosa.
Quizá porque contó con la oposición de una parte importante de los capitalistas norteamericanos, el New Deal, aunque consiguió la recuperación económica, no logró poner fin a la depresión: la renta nacional en 1939 doblaba la de los peores momentos de la crisis, pero era inferior a la de 1928. La recuperación total llegaría a través de grandes inversiones para una Segunda Guerra Mundial (1939-1945), aún más sangrienta que la anterior.
REINO UNIDO: AUMENTO DEL PROTECCIONISMO
El Gobierno británico intentó reactivar la economía reduciendo la tasa de interés, devaluando la libra esterlina y reforzando el proteccionismo por medio de aranceles a las importaciones. Además, estableció con sus colonias acuerdos comerciales (Conferencia de Ottawa de 1932) de «preferencia imperial» para favorecer las exportaciones británicas.
Esta política redujo el paro y aumentó la producción de las nuevas industrias (equipos eléctricos, automóviles, químicas).
FRANCIA: LAS POLÍTICAS SOCIALES DEL FRENTE POPULAR
En Francia el Gobierno del Frente Popular (socialistas, comunistas y republicanos radicales) intentó reactivar la economía a través de un incremento del poder adquisitivo de los trabajadores, de un programa de obras públicas y del aumento de los impuestos.
Para ello propició los Acuerdos de Matignon (1936) entre la patronal y los sindicatos, que pusieron fin a la conflictividad obrera. Esta política fracasó. En 1939 la sociedad francesa estaba fuertemente enfrentada por las tensiones sociales y la debilidad económica.
ALEMANIA: LA AUTARQUÍA Y EL PROGRAMA DE REARME
En Alemania, con el ascenso al poder de Hitler, se impuso el control estatal sobre la economía. El objetivo era lograr la autarquía económica. Las inversiones estatales se dirigieron en gran parte a la industria militar y las obras públicas. El servicio militar obligatorio, el fomento de las obras públicas y la fabricación de armamentos favorecieron una reducción drástica del paro. Sin embargo, esta política solo podía sostenerse con una futura guerra.
TRES OPCIONES POLÍTICO-ECONÓMICAS PARA SALIR DE LA CRISIS
El liberalismo económico y político desapareció definitivamente en la larga crisis de 1929. En su lugar, aparecían ahora tres opciones políticas y económicas:
- La primera era el comunismo, cuyo prestigio creció porque la URSS fue el único país que escapó de la gran depresión.
- La segunda era un capitalismo modificado en que el Estado interviniera en la economía, con leyes, subsidios, inversiones, etc., para evitar un desastre como el de 1929. Ésta era una opción cercana a las aspiraciones de la socialdemocracia (el socialismo reformista), que tomó fuerza con el ejemplo del New Deal y cuyo apoyo teórico definitivo daría Keynes, que en 1936 publicó su Teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero.
- La tercera opción era la más nueva, se trataba del fascismo, convertido ya en un movimiento mundial, también reforzado por el gran éxito del programa económico nazi frente a la crisis.
B5/4.1. Interpreta imágenes de la Gran Depresión.
REALIZA UN COMENTARIO SOBRE UNA GRÁFICA HISTÓRICA:
USANDO EL MANUAL PARA REALIZAR COMENTARIOS DE GRÁFICAS HISTÓRICAS Y OBSERVANDO EL EJEMPLO PARA “LA PRODUCCIÓN MANUFACTURERA ENTRE 1870 Y 1914”, REALIZA UN COMENTARIO COMPARADO SOBRE “LA EVOLUCIÓN DEL DESEMPLEO ENTRE 1925-1939 Y 2007-2021“:
PROPUESTA PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL RELACIONADO CON LOS DERECHOS HUMANOS
EL DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL
Explica tus compañeros en unos 5 minutos que es la seguridad social y relaciónala con la Gran Depresión, recuerda revisar el artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
OBSERVA EL SIGUIENTE ESQUEMA SOBRE EL DESARROLLO DE LA CRISIS DE 1929 Y SUS CONSECUENCIAS POSTERIORES, COMPLETA LOS HUECOS VACÍOS CON LAS OPCIONES QUE HAY DEBAJO DEL MISMO. A CONTINUACIÓN REDACTA EN UNAS 7 U 8 LÍNEAS EL PROCESO QUE SE OBSERVA EN EL ESQUEMA, INTENTA QUE APAREZCAN TODOS LOS TÉRMINOS O CONCEPTOS QUE HAY EN EL ESQUEMA:
- AUMENTA EL DESEMPLEO
- CRAC BURSATIL
- BOOM DE LOS BENEFICIOS
- INTERNACIONALIZACIÓN DE LA CRISIS
- SUPERPRODUCCIÓN Y BAJO CONSUMO