4.3 El nacionalismo. El fin de la Revolución

Vamos a adentrarnos en el estudio de las raíces del nacionalismo, uno de los problemas que más afectan al mundo actual. Continuamente vemos el avance espectacular, y muchas veces agresivo, del nacionalismo; raro es el día en que no encontramos en los medios de comunicación noticias referidas a movimientos o conflictos nacionalistas.

Mitin de la ultraderecha nacionalista francesa
Mitin de la ultraderecha nacionalista francesa

MAnifestación de la ultraderecha nacionalista polaca
Manifestación de la ultraderecha nacionalista polaca

Manifestación independentista catalana
Manifestación independentista catalana

Aficionados mexicanos cantando el himno con la mano en el pecho
Aficionados mexicanos cantando el himno con la mano en el pecho
Manifestación encabezada por líderes nacionalistas españoles
Manifestantes nacionalistas chinos
Manifestantes nacionalistas chinos

Quienes vivieron en el agitado siglo XIX no podían intuir la larga duración de los problemas que planteaba el principio de las nacionalidades, como se le llamaba entonces. A quienes vivimos en el siglo XXI aún se nos hace difícil desvincularnos de las pasiones que despierta el sentimiento nacional. Por lo tanto, estudiar y reflexionar sobre este tema se hace muy necesario.

La Revolución francesa fue la creadora del Estado-nación, en el cual el conjunto de ciudadanos (la nación) organiza su Estado mediante una Constitución y unas leyes y elige a sus gobernantes. Pero en ningún caso se limitaba la ciudadanía por motivos de raza, religión, idioma… Durante la Revolución francesa la nación no estaba conformada por personas que hablaran un idioma común o tuvieran la misma religión, la nación la conformaban todas aquellas personas que aceptaran la Constitución y acataran las leyes e instituciones que de ella emanaban.

Fue más tardía la idea de que cada Estado debe vincularse a cada pueblo, entendiendo por pueblo un grupo humano que tiene en común una cultura, una lengua o una raza. Ese pueblo sería la nación y cada Estado tendría una nación. Comenzaban a aflorar el odio al diferente, la xenofobia, el chovinismo, etc.

LA CONSTRUCCIÓN DE LAS NACIONES

Como puedes deducir fácilmente, la nación no es algo “natural” o que surgiese espontáneamente, sino una idea elaborada, construida sobre experiencias muy dispares. Antes de la Revolución francesa o de las guerra napoleónicas, el sentimiento nacional se circunscribía a las élites de la nobleza de ciertos países como los Países Bajos, que lucharon durante décadas contra la monarquía hispánica para conseguir su independencia en el siglo XVII. Tras la Paz de Westfalia en 1648, en la que la monarquía hispánica reconocía la independencia de los Países Bajos, se hablaba por primera vez del principio de soberanía territorial, los monarcas no podrían considerar a sus territorios como parcelas, estos territorios tenían entidad propia y debía ser respetada.

Pero no será hasta la Revolución francesa cuando el conjunto de los habitantes de Francia tomen conciencia de que forman una nación: La Nación se entenderá como una comunidad de ciudadanos en condiciones de igualdad de derechos y deberes. En la nueva sociedad “nacional” los hombres dejaban de ser súbditos. A esa “nueva comunidad” le correspondía un “nuevo Estado”, un Estado liberal del que los ciudadanos podían o no formar parte voluntariamente.

Es cierto que en Francia tuvo éxito la identificación del Estado con el conjunto de la nación francesa. La Francia napoleónica había identificado con relativa facilidad a la Nación (conjunto de franceses) y a la nación cultural (comunidad de Historia, lengua, costumbres…) con el Estado.

En el resto de Europa la conciencia nacional se identificó con la resistencia a la dominación napoleónica, esto es: con el sentimiento patriótico y con la reacción ante la ocupación extranjera.

Inmersos en este clima político, muchos pensadores fueron creando entidades nacionales a través del folclore, las costumbres, la tradición jurídica o la historia. Esto implicaba un gran peligro, porque el concepto de nación cultural es muy maleable y manipulable: según quienes lo propongan y los fines que persigan, pondrán el acento en la lengua, o en las costumbres, o en la historia, o en el origen común, o en otros muchos elementos que conforman los grupos humanos y que varían con el tiempo.

HACIA LA CREACIÓN DE LOS NUEVOS ESTADOS-NACIÓN

En la primera mitad del siglo XIX varias comunidades poseían, o iban adquiriendo, la conciencia de pertenecer a una nación. Algunas de estas naciones tenían desde hacía mucho tiempo conciencia nacional, aunque fuera vaga y difusa, pero en otros casos fue el impulso por crear Estados-nación lo que abocó a la búsqueda de unas señas de identidad comunes para colectividades humanas muy diferentes.

El sentimiento nacional conducía a que cada comunidad deseara su propio Estado. El nacionalismo cultural tomaba así la forma de nacionalismo político y cuajaba la teoría de la autodeterminación nacional, la reivindicación de un Estado para las entidades culturales tradicionalmente diferenciadas, la necesidad de que cada pueblo tenga un Estado independiente. Por lo tanto, la organización de las fronteras europeas del Congreso de Viena era inadmisible para buena parte de la población del continente. Esto provocará que el liberalismo y el nacionalismo se den la mano para luchar contra la Restauración absolutista y contra el Antiguo Régimen para conseguir:

  • La libertad como ciudadanos. Objetivo del liberalismo
  • Un estado independiente para naciones que no lo tenían (alemanes, polacos, griegos, italianos…)

A medida que las naciones se convertían en Estados, era vital crear instituciones que preservaran y extendieran el sentimiento nacional a toda la población:

  • La educación
  • El servicio militar obligatorio
  • El control del acceso a los puestos públicos

Todas ellas cumplían los fines de extender los valores nacionales, entre ellos el patriotismo y sus símbolos (himnos, banderas, héroes nacionales, etc.), así como la de convertir el “idioma nacional” en un idioma realmente hablado y escrito por la mayoría de la población, al menos para los fines administrativos y de información a través de la prensa.

Todo esto pone de manifiesto que no es lo mismo el movimiento nacionalista, que la creación de Estados-nación. Esta idea la expresó inmejorablemente Máximo d’Azeglio, un destacado representante del Risorgimento italiano, en 1860: “Hemos hecho Italia; ahora tenemos que hacer los italianos“.

¿UNA REALIDAD PREEXISTENTE O UNA NUEVA IDEA APARECIDA TRAS LA REVOLUCIÓN FRANCESA?

Ya ha quedado claro que existían grupos humanos que se autodefinían como naciones. Pero no era tan sencillo definir quiénes componían la comunidad, la nación y, en la mayoría de los casos, las opiniones diferían sensiblemente.

Tradicionalmente se han distinguido dos grandes corrientes de pensamiento y de actuación en lo que a la composición de la nación se refiere: el nacionalismo orgánico y el nacionalis­mo liberal.

EL NACIONALISMO ORGÁNICO O DE IDENTIDAD

La corriente que se conoce como nacionalismo orgánico se basaba en las ideas fundamentales del romanticismo alemán y afirmaba que la nación era un ser viviente que se desarrolla­ba mediante la acción de una fuerza superior (el Volksgeist o espíritu nacional), que se manifestaba por ciertos caracteres exteriores hereditarios: comunidad de lengua, de costumbres, de tradiciones; la nación se concebía, pues, como el producto de un largo proceso histórico resultado de fenómenos incons­cientes o involuntarios, especialmente la lengua materna y las tradiciones populares.

Los derechos de la nación no se derivaban, por tanto, fun­damentalmente de los ciudadanos que la integraban, sino que nacían del organismo «vivo y eterno» que era la nación de base cultural; el giro fue radical: los sujetos de derechos no se­rían los individuos sino los pueblos.

Mientras que el liberalismo justificaba la libertad para to­dos los individuos, el nacionalismo justificaba la libertad para cada pueblo. Los problemas que planteaba esta teoría son obvios: si la nación se definía por su lengua, todos los que ha­blaran francés debían pertenecerá Francia, todos los que habla­ran alemán a Alemania, tanto sí querían como si no, y lo mismo se podría aplicar a otros criterios como los ascendientes, la religión, etcétera. Esta corriente se basa en un concepto de nación cultural.

Podría incluso afirmarse que las poblaciones pertenecían a la misma nacionalidad cuando presentaban estos caracteres comunes, aun en el caso de no desear vivir en común. Por consiguiente, esta tesis podía conciliarse con las ideas conservadoras, pues este nacionalismo no requería la intervención de la voluntad popular.

EL NACIONALISMO LIBERAL

Como hemos visto hasta ahora el nacionalismo se fundamente en la existencia de un conjunto de personas que tienen en común una lengua, una historia, una cultura, un folklore… y en torno a estos elementos aparece la necesidad de que esas personas sean gobernadas por unas instituciones que respeten y engrandezcan esas particularidades conformando un estado-nación.

Sin embargo, el nacionalismo liberal defiende que la nacionalidad de un conjunto de individuos se fundamenta en el consentimiento y el deseo de estos individuos de ser gobernados por unas instituciones determinadas y esa voluntad se expresa a través de plebiscitos, elecciones o votos de los ciudadanos, independientemente de cual sea su lengua, religión, cultura…

En el nacionalismo liberal el estado obtiene la legitimidad política de la participación activa de su ciudadanía. A menudo se considera que se originó con Jean-Jacques Rousseau y sus teorías de los contratos sociales.

El rasgo esencial del nacionalismo liberal era la voluntad de vivir en común. Si bien factores como la lengua, las costumbres o las tradiciones podían ser la base para la formación de esa voluntad de vivir juntos, estos elementos no son suficientes ni necesarios y en todo caso debía expresarse a través del sufragio. Por lo tanto, el nacionalismo liberal está emparentado con el liberalismo más progresista y con el concepto de soberanía popular (sufragio universal) y se basa en el concepto de nación política.

UNA CONTRADICCIÓN FUNDAMENTAL

En el siglo XIX pocos se daban cuenta de las fuertes contradicciones del principio de las nacionalidades:

  • O bien alguien decidía o imponía un criterio de pertenencia a una nación (lengua, etnia, costumbres, etc.)
  • O bien se decidía libremente si se era voluntariamente miembro de una nación. Las dos teorías condujeron, pues, a conclusiones diferentes.

Durante el siglo XIX, el nacionalismo movió, sobre todo, a los hombres de talante liberal, progresista y democrático. Se pensaba que un mundo de naciones sería un mundo liberal. El tiempo se encargaría de mostrar que esas relaciones no eran tan simples y que esta ideología crearía los conflictos más sangrientos de la historia de la humanidad.

DEFINE LOS SIGUIENTES CONCEPTOS EN TRES O CUATRO LÍNEAS COMO MÁXIMO:

NACIÓN

NACIONALIDAD

NACIONALISMO

ESTADO

PAÍS

 

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LEE LOS SIGUIENTES TEXTOS Y RESPONDE A LAS PREGUNTAS:

TEXTO A:

«En primer lugar, no hay duda, los límites primeros, originarios y verdaderamente naturales del Estado son sus límites internos. Todos los que hablan un mismo idioma (…) hállanse unidos entre sí desde el principio por un cúmulo de lazos invisibles, porque pueden comprenderse unos a otros y se comprenderán cada vez con mayor claridad formando, naturalmente, un todo homogéneo. Siendo así, le es imposible al Estado aceptar de ningún otro pueblo noción alguna de abolengo y de idioma diferente, sin perjudicarse a sí mismo y a su propia formación. De esos límites internos, constituidos por las propias fuerzas de la naturaleza espiritual humana, se originan luego los límites o fronteras materiales, de modo que los hombres no forman una nación porque vivan en este o el otro lado de una cadena de montañas o de un río, sino que viven juntos (…) porque primitivamente, y en virtud de las leyes naturales de orden superior, formaban ya un pueblo.»

J. G. Fichte, Discursos a la nación alemana, 1807.

TEXTO B:

«Una nación es una gran solidaridad creada por el sentimiento de los sacrificios que se han hecho y que se está dispuesto a hacer en el futuro. Supone un pasado; pero se retoma en el presente mediante un acto tangible: el consentimiento, el deseo claramente expresado de continuar la vida en común. La existencia de una nación es un plebiscito cotidiano, así como la existencia del individuo es una afirmación perpetua de la vida.»

E. Renán, Qué es una nación, 1882.

A) EXPLICA LAS CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS EN QUE SE ESCRIBIÓ EL PRIMER TEXTO, ¿EN QUÉ SITUACIÓN ESTABA ALEMANIA Y EUROPA EN 1807?

B) ¿EN QUÉ CORRIENTE DEL NACIONALISMO ENCUADRARÍAS CADA UNO DE LOS TEXTOS? JUSTIFICA TU RESPUESTA

C) AUNQUE FICHTE NO PUDIERA IMAGINAR LAS CONSECUENCIAS DE SUS PLANTEAMIENTOS, ¿PODRÍAS AVENTURAR HIPÓTESIS SOBRE LOS RIESGOS QUE PUEDEN COMPORTAR?

D) ¿HAS OÍDO MENSAJES PARECIDOS A LOS DE LOS DOS TEXTOS EN LA ACTUALIDAD? ¿DÓNDE, QUIÉN LOS TRANSMITÍA Y CON QUÉ OBJETIVO?

CREA UN MAPA CONCEPTUAL SOBRE ESTE EPÍGRAFE USANDO LA APLICACIÓN LUCIDCHART:

PROPUESTA PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL RELACIONADO CON LOS DERECHOS HUMANOS

Este epígrafe daría mucho juego para hacer un pequeño trabajo sobre la existencia del derecho a la nacionalidad:

Como individuo este derecho está reconocido por la ONU en la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

Artículo 15.

1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

¿Pero y como conjunto de individuos?

Y en caso de que existiera ese derecho, ¿ese conjunto de individuos tendría derecho a crear un estado?

Este trabajo sería muy útil para comprender situaciones como la de Cataluña.

 

ESTOS DOS ARTÍCULOS PODRÍAN SERTE MUY ÚTILES:

¿Qué es el derecho de autodeterminación y qué territorios pueden ejercerlo? – El Orden Mundial – EOM

El derecho a la autodeterminación y los límites a la independencia – El Orden Mundial – EOM

CREA UNA TABLA PARECIDA A LA SIGUIENTE COMPARANDO LAS DOS TENDENCIAS NACIONALISTAS QUE HEMOS VISTO EN LA SECCIÓN DE “TEMA”:

EL PRINCIPAL SÍMBOLO VISIBLE DE UNA NACIÓN SUELE SER SU BANDERA Y SU HIMNO. EN ALGUNOS PAÍSES ROMPER LA BANDERA NACIONAL O NO RESPETAR EL HIMNO PUEDE LLEGAR INCLUSO A CONSIDERARSE UN DELITO. BUSCA EL ORIGEN DE LAS SIGUIENTES BANDERAS Y LO QUE SIGNIFICAN SUS COLORES Y FORMA. POSTERIORMENTE INVESTIGA QUE TE PODRÍA PASAR SI QUEMARAS O ROMPIERAS ESE SÍMBOLO EN EL PAÍS QUE REPRESENTA: