LA DEMOGRAFÍA EUROPEA DURANTE EL SIGLO XVIII
La Europa del Antiguo Régimen presentaba un régimen demográfico antiguo caracterizado por una natalidad y una mortalidad (general e infantil) muy elevadas, por lo que la población crecía poco.
Durante la Edad Moderna la población europea atravesó tres fases:
- En el siglo XVI la población experimentó un crecimiento moderado. El XVII fue un siglo de crisis, debido a las guerras, las epidemias y el hambre, lo que produjo un estancamiento en casi todo el continente.
- Durante el siglo XVIII, la población europea experimentó un notable crecimiento, sobre todo en la segunda mitad. Este aumento fue consecuencia de que las tasas de natalidad siguieron siendo muy altas (en torno al 40 ‰), pero la mortalidad descendió del 40-50 ‰ a un 20-25 ‰. La mortalidad disminuyó por cuatro motivos:
- Las guerras del siglo XVIII fueron menos mortíferas
- Se produjeron menos epidemias
- Se redujeron las malas cosechas
- Mejoró la dieta alimenticia.
- En la segunda mitad del siglo XVIII se modificó el régimen demográfico en Europa y se pasó en algunos países del occidente europeo a una nueva etapa caracterizada por la expansión continua de la población. Como había más gente, aumentó la demanda de productos básicos de consumo (alimentos y vestido), lo que favoreció el crecimiento económico.
LA MORTALIDAD INFANTIL
Nuestra familia no cesaba de aumentar y la cuna estaba constantemente ocupada, aunque, ¡ay!, la mano estranguladora de la muerte nos había arrancado de ella a alguno de sus pequeños ocupantes. […] La mayor de mis hijas, Cristina Sofía, no vivió más que hasta la edad de tres años, y también mi segundo hijo, Cristian Gottlieb, murió a la misma tierna edad. Ernesto Andrés no vivió más que unos pocos días, y la niña que le siguió, Regina Juana, tampoco había llegado a su quinto cumpleaños cuando dejó este mundo. Cristina Benedicta, que vio la luz un día después que el Niño de Belén, no pudo resistir el crudo invierno y nos dejó antes de que el Año Nuevo llegase a su cuarto día. […] Cristina Dorotea no vivió más que un año y un verano, y Juan Augusto no vio la luz más que durante tres días. Así perdimos siete de nuestros trece hijos […].
Esther Meynel. La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, 1925
LA AGRICULTURA
Durante la Edad Moderna, Europa mantuvo una economía preindustrial, es decir, el sector más importante era el primario. Más del 80 % de la población habitaba en el campo y se dedicaba a la agricultura y la ganadería. Pero la agricultura era muy poco productiva, por lo que la gran mayoría de los campesinos vivía en condiciones de escasez, incluso de miseria. La baja productividad de la agricultura se debía al atraso tecnológico, la estrecha dependencia de los fenómenos naturales (sequías, inundaciones, heladas, plagas) y el predominio de la propiedad señorial de la tierra, parte de la cual quedaba sin cultivar.
Esta pobreza generalizada contrastaba, desde el siglo XVII, con áreas de Europa que experimentaron cierta modernización: los Países Bajos, el norte de Francia y el sur de Inglaterra.
En el continente se dieron dos sistemas principales de explotación agrícola:
- Los campos abiertos (openfield) eran grandes extensiones de terreno sin vallas, que podían ser de propiedad individual o colectiva. Se dedicaban al cultivo de cereales fundamentalmente. Fue el sistema predominante en casi toda Europa, sobre todo en el sur y en el este.
- Los cercamientos (bocage) eran parcelas pequeñas delimitadas por vallas o setos, con cultivos diversificados. Era el paisaje agrario típico de la Europa atlántica (islas británicas y norte de Francia).
En toda Europa existían tierras de propiedad comunal, de las que se beneficiaban todos los habitantes de las aldeas o villas y que solían ser zonas de bosques y pastos para el ganado.
El limitado desarrollo de la ganadería no permitía la producción de carne y leche para alimentar a la población, cuya dieta se componía sobre todo de cereales.
EL RÉGIMEN SEÑORIAL
Buena parte de la tierra era propiedad de los señores feudales, que podían ser laicos o eclesiásticos y cuyas posesiones recibían el nombre de señoríos. Los señoríos podían ser de dos tipos:
- Señorío territorial: el señor poseía la propiedad de la tierra. En este caso los campesinos debían pagar al señor unas rentas por la explotación de sus parcelas.
- Señorío jurisdiccional: el señor ejercía la justicia, nombraba cargos o percibía impuestos por el uso de los monopolios señoriales (horno, molino, bodega, pasos, etc.) de un territorio. Este derecho permitía al señor tener inmunidad respecto al poder del rey.
Ambas formas de dominio se dieron con frecuencia de manera simultánea.
LAS CARGAS IMPOSITIVAS SOBRE LOS CAMPESINOS EN EL RÉGIMEN SEÑORIAL
Los campesinos europeos pagaban muchos impuestos durante el Antiguo Régimen:
- Ya hemos hablado de los que abonaban al rey, que solían ser impuestos directos sobre las rentas y otros indirectos que se pagaban como un suplemento del precio de muchos productos, especialmente los de primera necesidad.
- Pagaban a los señores por el derecho de explotación de la tierra y por otros derechos señoriales, como el uso de los molinos, puentes, almacenes de grano, etc. Algunos campesinos, además, tenían la obligación de trabajar gratis las tierras del señor.
- Entregaban al clero el diezmo eclesiástico (10% de la cosecha).
Durante la Edad Moderna los impuestos crecieron de forma continua, por el aumento de las necesidades financieras de las monarquías, a causa de las incesantes guerras y del incremento de la burocracia. A los impuestos se unían la baja productividad agrícola y los desastres naturales, que provocaban hambrunas y subidas de los precios. Estos factores a menudo originaban protestas campesinas, que casi siempre acababan con una dura represión y la vuelta al orden anterior.
LA ACTIVIDAD MANUFACTURERA
LA PERSISTENCIA DE UN SISTEMA GREMIAL
La actividad manufacturera en las ciudades estaba dirigida por los gremios, agrupaciones de artesanos de origen medieval que controlaban en régimen de monopolio toda la producción artesanal de cada oficio: la cantidad de materias primas que debía comprarse, el número de artesanos y de talleres, las zonas de venta y hasta el precio final del producto. Para poder trabajar en un oficio, los artesanos (carpinteros, sastres, albañiles, herreros, etc.) debían estar integrados en su correspondiente gremio.
La artesanía tuvo escasa innovación tecnológica hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Los artesanos trabajaban en pequeños talleres con pocos operarios y realizaban todas las labores de producción, desde la recepción de la materia prima hasta la elaboración del producto final.
NUEVAS FORMAS DE PRODUCCIÓN
Desde el siglo XVII se desarrolló el sistema de trabajo a domicilio (domestic system) para escapar a la regulación gremial. A través de este sistema, un inversor capitalista compraba las materias primas y las repartía entre los hogares campesinos en los meses de descanso agrícola. Allí se realizaba el producto y luego el inversor lo recogía y lo comercializaba a precio libre. Esto permitía aumentar la producción y reducir los precios. Este sistema de trabajo alcanzó su punto culminante en el siglo XVIII por la expansión de la demanda.
Otros sistemas industriales en la Europa del siglo XVIII fueron las grandes fábricas patrocinadas por el Estado, que en España recibieron el nombre de manufacturas reales o reales fábricas. En ellas no hubo innovación tecnológica ni se usaron máquinas. Su éxito fue escaso, salvo en ciertos productos de lujo, como los tapices.
EL COMERCIO
El comercio fue el sector económico que más desarrollo alcanzó a lo largo de la Edad Moderna, especialmente el internacional.
EL COMERCIO INTERIOR
El comercio interior se desarrollaba en ferias anuales y mercados semanales. Mientras los mercados eran centros de comercio local o regional, las ferias abarcaban intercambios nacionales e incluso internacionales.
Los mercados mantuvieron su vigor como centros de intercambio a escala local, pero las ferias entraron en decadencia en la segunda mitad del XVII y fueron sustituidas por lonjas o centros de contratación, donde el negocio era diario y las ventas se realizaban sobre muestras.
EL GRAN COMERCIO INTERNACIONAL Y LAS EXPLORACIONES EN EL SIGLO XVIII
El comercio internacional vivió una gran transformación en la Edad Moderna por la expansión colonial y el aumento de la demanda.
Muchos Estados europeos (España, Portugal, Francia, Inglaterra y las Provincias Unidas) conquistaron territorios fuera de Europa y crearon grandes imperios. Siempre que pudieron, los Estados modernos establecieron monopolios de comercio con las zonas del mundo que dominaban.
Esos monopolios estaban controlados por grandes compañías privilegiadas, patrocinadas por los Gobiernos, que se generalizaron en el siglo XVII. Las compañías debían vender obligatoriamente productos del propio país, muy a menudo de las industrias protegidas, que cambiaban por metales preciosos, necesarios para sufragar los gastos estatales. En las Provincias Unidas destacaron las compañías de las Indias orientales y occidentales, patrocinadas por la burguesía comercial, que decayeron a finales del siglo XVIII. En esta centuria, sin embargo, se consolidó la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, que se hizo con el monopolio del comercio en el subcontinente indio, tras deshacerse de sus competidores franceses.
La superioridad comercial europea fue posible gracias a las mejoras en las embarcaciones (mayor rapidez y capacidad de maniobra), en la cartografía y en los instrumentos de navegación.
En la segunda mitad del siglo XVIII se ampliaron los contactos con lugares hasta entonces casi desconocidos del planeta, donde se buscaban nuevos conocimientos científicos y nuevos territorios que dominar. Entre todas las potencias europeas, destacó la labor exploradora del Reino Unido, que promovió numerosas expediciones y logró el dominio de los mares.
- América: Era la zona más importante para el comercio exterior europeo desde siglos atrás. El Nuevo Mundo proporcionaba grandes remesas de metales preciosos, así como ingentes beneficios procedentes de la pesca, las pieles y las plantaciones cultivadas por esclavos y trabajadores indígenas.
- África: Los europeos se habían asentado en la costa africana desde finales de la Edad Media. Sin embargo, el interior del continente, sobre todo la zona subsahariana, seguía inexplorado. Aun así, desde la costa se contactaba con tratantes que proporcionaban enormes cantidades de esclavos, muy importantes para la economía de las colonias. En 1750, unos 10.000 esclavos eran enviados anualmente desde Costa de Oro a América.
- Asia: Los contactos de los europeos con Asia se intensificaron en la Edad Moderna. En el Lejano Oriente, Europa se proveía de especias, artículos de lujo y mercancías exóticas de todo tipo, como las porcelanas chinas o la seda japonesa.
EL COMERCIO TRIANGULAR
Durante la Edad Moderna, especialmente en el siglo XVIII, funcionó una ruta comercial atlántica que comenzaba en los puertos de Europa occidental, donde los barcos se cargaban de tejidos baratos, armas de fuego, abalorios (espejitos, bisutería…) y otras manufacturas. De allí se dirigían a África occidental, donde las mercancías eran cambiadas por esclavos que se llevaban a América. Por último, los barcos regresaban a Europa cargados con metales preciosos, azúcar, tabaco y otros productos muy valorados en el Viejo Continente.
LA EXPLORACIÓN DEL PACÍFICO
A pesar de que numerosos exploradores lo habían atravesado desde el siglo XVI, el Pacífico seguía siendo desconocido en su mayor parte. En la segunda mitad del siglo XVIII se generalizaron las expediciones por estas aguas salpicadas de islas, entre las que destacaron las de Bougainville, Cook y La Perouse.
Estas exploraciones no solo tenían una finalidad geográfica, sino también científica y permitieron tener un mayor conocimiento de la flora, la fauna y las gentes de esta zona.
Sin embargo, pronto se vieron las posibilidades que ofrecían los nuevos territorios y la ambición de conseguir tierras y riquezas impulsó el dominio de los mismos.
LOS VIAJES DE COOK
En el siglo XVIII el conocimiento del mundo no era completo. En 1768 la Royal Society de Londres organizó la primera expedición científica al Pacífico para comprobar si existía la denominada “Terra Australis Incógnita”, un inmenso continente situado en el extremo sur del Pacífico que, según los científicos, equilibraba la masa continental del hemisferio norte.
El capitán de la Armada James Cook fue puesto al frente de la expedición y llegó a la conclusión de que el supuesto continente austral no existía. Cook realizaría 2 nuevos viajes recorriendo el Atlántico sur y todo el Pacífico.
LA BANCA
El desarrollo del comercio en el siglo XVIII se vio favorecido por el aumento de la circulación monetaria. La moneda de la que disponía cada Estado dependía de la cantidad de metales preciosos (oro y plata) que poseía. Tras la crisis de mediados del siglo XVII, esta cantidad aumentó por la llegada de oro y plata americanos a Europa (oro brasileño y plata mexicana, principalmente). Este aporte favoreció el desarrollo económico de Europa. Las grandes beneficiadas fueron Ámsterdam y Londres, capitales financieras del siglo XVIII. El mundo financiero estaba formado por familias, cuyas fortunas y negocios se transmitían de padres a hijos: los Brentani, Cimaroli, Neufville, Bethmann o Rothschild eran algunas de ellas. Dueños de compañías de comercio ultramarino, también poseían bancos privados que realizaban préstamos a reyes, nobles o comerciantes y acabaron dando lugar a la banca moderna.
Cambio, préstamo y depósito, las actividades básicas de la banca actual, estaban ya muy extendidas a finales de la Edad Moderna. En 1609 se creó el Banco Municipal de Ámsterdam, dedicado al cambio y al depósito, pero no al préstamo. Posteriormente surgieron otros bancos municipales que acabaron convirtiéndose en bancos de Estado. El primer banco estatal fue el Banco de Inglaterra, fundado en 1694.
EL MERCANTILISMO
Todas las potencias europeas, incluso Reino Unido hasta la independencia de sus trece colonias norteamericanas, gobernaban sus imperios con criterios mercantilistas.
Según el mercantilismo, la riqueza de un país se medía por la cantidad de metal precioso que fuera capaz de acumular, es decir, por su superávit en la balanza comercial, por vender más de lo que compraba. El control del comercio era la pieza clave. El Pacto Colonial obligaba a las colonias a comerciar solo con su metrópoli a los precios que ésta fijaba e impedía el desarrollo en las colonias de una economía propia. Por ejemplo, antes de su independencia, las colonias británicas de América del Norte tenían prohibido construir hornos para metalurgia y elaborar productos acabados de hierro o acero, y se había prohibido que las colonias comerciaran entre sí con gorros de piel o prendas de lana.
Se practicaba un proteccionismo por medio de altos aranceles que impedían que se vendieran en el imperio o en la metrópoli artículos extranjeros más baratos que los propios. La vieja nobleza terrateniente tenía garantizado un precio fijo del cereal y, por ley (la Corn Law en el caso inglés), el gobierno se comprometía a no dejar entrar cereal extranjero más barato. Como además contaban con abundante mano de obra muy barata, aquellos grandes propietarios no tenían prisa en invertir en la renovación tecnológica.
Los altos precios del trigo encarecían el pan y otros artículos de primera necesidad, lo que obligaba a pagar salarios más altos para la supervivencia de los jornales o trabajadores. Cuando llegaban las malas cosechas y el cereal escaseaba, comenzaban enormes hambrunas y, con ellas, frecuentes rebeliones campesinas. Incluso en Reino Unido, la más avanzada en la revolución agrícola e industrial, la protección al precio de los cereales se mantuvo hasta 1846. No será hasta 1846, cuando en el Reino Unido, el primer ministro Peel derogue la ley de protección del precio del cereal, oponiéndose a su propio partido (tory). Desde 1839 una asociación ciudadana había estado luchando contra la Corn Law.
B1/2.3. Analiza la evolución de los rasgos del Antiguo Régimen en el siglo XVIII.
PROPUESTA PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL RELACIONADO CON LOS DERECHOS HUMANOS
EL COMERCIO DE ESCLAVOS FUE UNO DE LOS NEGOCIOS MÁS LUCRATIVOS DEL SIGLO XVIII. PERO COMO PUEDES IMAGINAR VULNERABA TODOS LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS SECUESTRADAS DE SUS LUGARES DE ORIGEN PARA SER VENDIDOS EN LAS COLONIAS EUROPEAS.
Investiga de donde procedían los esclavos, como se les secuestraba, donde se les vendía y como se les transportaba hasta las colonias. Puedes apoyarte en los siguientes documentos: